—Park Jimin.
Dijo Taehyung en una sala de la gran mansión, camino alrededor del chico de hebras claras, hasta posicionarse detrás de él. Con sus manos, agarró una buena cantidad de su cabello para arrojar la cabeza del contrario hacia atrás, pero en vez de ganar un quejido solamente obtuvo una risa lleno de sarcasmo.
—¡Ya te dije que no lo maté!
—Las cámaras muestra lo opuesto—refunfuño— además, me dirás como ganaste tanto tiempo de vida, Park.
—Kim Taehyung... vete a la mierda— le sonrio para escupir en la cara fina del guardián del tiempo.
Taehyung no dijo nada, se limitó a limpiar su cara con un pañuelo. Estaba sonriendo, al igual que Jimin, pero él estaba enfadado, enojado con el mayor. Se posicionó delante del chico y suspiró.
—Oh no... ni se te ocurra hacerlo o será mucho peor, oficial Kim.
Pero el que vestía de negro completamente, avanzó, las botas rechinaban en el piso. Tomó el brazo de Jimin y con simpleza, lo dio vuelta. El joven se iba a resistir pero sintió el cañón de un fusil impactar con su nuca. Pronto, el número que marcaba la muñeca empezó a disminuir hasta quedar en media hora.
—Nosotros no podemos matar, pero acá no conseguirás tiempo y te vas a morir.
El chico quedó en silencio en la silla, miró de reojo como el joven de cabellos rizados y negro se dio vuelta, dejando ver la espalda y su chaleco negro que llegaban hasta sus tobillos. Jimin solo sonrió y se levantó golpeando a unos de sus secuaces y robando sus pistolas.
—Si me quedan media hora Kim, lo disfrutaré—río Jimin llamando la atención de todos, saliendo de la habitación donde lo retenían.
Los guardias del lugar lo apuntaron al instante pero el chico se despojó de su chaqueta para poder moverse mejor. Sus manos se afirmaron de la barandilla y se arrojó, dando un salto, hasta caer en el piso. Su mano atrapó el brazo de Min Yoongi, notó que iba a repeler, antes eso puso la boca de la pistola en la cabeza de este.
—Sueltame imbecil — dijo el chico millonario mientras sentía el fusil acariciar su cabello.
—No, no, tu vendrás conmigo—Park lo miro con una sonrisa para acercarse a la puerta—si me disparan lo disparare a él y ya saben que pude pasar al matar al hijo de unos de los mayores empresarios...
Observó como los sujetos soltaron el arma. Aprovecho esa oportunidad de correr junto a Yoongi y subir al auto. Prácticamente obligó al chico con ojos de gatos a entrar y entregarle las llaves.
Arrancó a toda la velocidad.
Después de unos minutos pudo detenerse en un punto ciego, aun así seguía escuchando el rugir de un motor que lo alcanzaba, seguramente de Taehyung.
—Mierda, me queda quince minutos —refunfuño y miró a Yoongi —sácate el guante.
—¿Por qué tendría que hacerlo? —alzo una ceja.—Estaría ayudando a mi secuestrador y a una persona que asesinó aún pobre tipo del distrito cua...
No había dicho más, sintió unos labios estampados con los de él, quedó inmóvil y una mano ajena se deslizó hasta su pecho, su brazo y quitar el guante. Los movimientos eran sigiloso, como un ladrón, no, él era un ladrón que en ese momento hizo girar el brazo del multimillonario. En unos instante se separó. Park miro su muñeca, tenía cinco horas, era suficiente.
—¿Por qué?— refunfuño Yoongi.
—Mira gatito—tomo aire, para posicionar sus manos en el volante, antes de conducir.— Si quieres marcharte ahora, hazlo, pero te diré una cosa, del por qué lo hiciste, simplemente es porque donde te tienen no te dejan libre, estas atrapado en una burbuja. Una persona bella atrapado en un castillo sin saber lo que es la vida, entonces ¿qué sentido tiene vivir de esa forma? Vete si quieres vivir una vida muerta, quédate si quieres hacer algo.