- El Angel Y Su Protegido -

Ángel 02

Te encuentras sentado frente a la cuna del pequeño Raphael, meciendolo suavemente para que no llegase a interrumpir el sueño de los trabajadores.
Tú joven protegido era el único bebé en todo el orfanato, claro que, pudo haber más bebés antes que él pero ya hubiesen sido adoptados antes que ninguno de ustedes dos hubiese llegado, de repente escuchaste unos quejidos fuera de la habitación que te llamaron la atención, con una última miraba al pequeño saliste en busca de la fuente de ese ruido.

No tardaste en encontrarlo, estabas en medio de uno de los largos pasillos de esta construcción y a unos metros de tí había un niño, calculas unos 4 años, él o mejor dicho ella estaba llorando y murmurando a la nada

-papi...- 

Supones que llegó aquí no hace tanto atrás, debiste de simplemente ignorarla e irte otra vez a cuidar de Raphael pero algo te lo impedía y era la culpa que sentirás al saber que pudiste hacer algo y aún así no lo hiciste.

Dudas de tí mismo y miras hacia arriba dando una pequeña disculpa hacia el todo poderoso, usas otro milagro en ese momento.

Ahora tu apariencia ha cambiado a la de un hombre más bajo de lo que eras antes, de tez blanca y de cabellos cafés revueltos, das un pequeño llamado a la pequeña que sollozaba. Tu voz suave y arulladora, como la que un ángel debe de tener ante estas situaciones, ante casi todas las situaciones.

-Mi niña..-

Vez su rostro voltear con sorpresa ante tu interrupción pero eso cambia en menos de lo que creías, ahora corrió y te abrazó, ocultando su rostro en tu regazo, la levantas con suavidad acunandola entre tus brazos.

-Tranquila, papá está aquí-

Sentiste que le mentiste, él no estaba aquí y probablemente jamás lo estaría pero con esto ella sería feliz, eso es lo que importaba ahora.

Entonces caminas con ella todavía en tus brazos, sus lloriqueo cesaba con cada minuto, te diriges hacia su habitación compartida y cuando ya estás frente a la puerta ella ha caído dormida.

Al abrir la puerta te recibe una oscura habitación, prendes la luz encontrando otros niños dormidos, caminas hasta la cama vacía y la depositas con cuidado. Le vez retorcerse un poco pero la calmas con un beso en la frente, la arropas.

-Papá te quiere y te desea dulces sueños-

Una vez ya en el marco de la puerta vuelves a tu aspecto normal y admiras a los pequeños frente a ti.

- A todos les deseo dulces sueños-

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Al día siguiente el ángel estaba sentado en la copa de un árbol, mirando a los niños jugar.

- Te lo digo de verdad, papi ayer me vino a ver ! -

Decía la pequeña a su compañero de cuarto, el cuál no le creía completamente pero asintió de acuerdo con un "Me alegro por ti" y continuaron jugando.

Volteando a ver el ángel podía notar como el pequeño Raphael estaba siendo alimentado por uno de los trabajadores con ayuda de uno de los niños más grandes de ese lugar.

Azhiraphale sonrió ante lo que tenía frente suyo, al pequeño le faltaba mucho por delante.

-Y yo me asegurare de que siga el buen camino-