Protegido 01

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Había pasado ya 1 año desde que el pequeño de cabellos rojizos había llegado al orfanato.
El ángel estaba tan orgulloso de como iba por el momento.

Y se podría decir que tuvo suerte ya que hoy mismo iba a ser adoptado,su estadía había sido relativamente corta.

Por la fina puerta de madera entró un sujeto alto, de cabellos negros como el carbón que estaba notablemente bien cuidado.

Fue recibido por una de las trabajadoras

- Bienvenido Señor, dígame en que puedo ayudarle -

-Vengo por un ñiño, que otra cosa podría ser-

Respondió con ironía, a la mujer no le gustó aquello encontrandolo desagradable al instante.  Con un asentimiento indicó que le siguiera para que diera un vistazo a los jóvenes.

En el comedor estaban los niños, todos tranquilos con conversaciones ocasionales mientras desayunaban.
Los niños podían sentir sobre ellos la dura mirada del hombre.

Entonces se fijo en Raphael, quien se encontraba sentado en el regazo de otra trabajadora siendo alimentado.

- Él -

- ¿Disculpe...? -

- Me escuchó, quiero al niño pelirojo que estaba allí -

- ¿se refiere a Raphael? -

- En efecto, vamos a hacer los trámites de inmediato -

La señora quería objetar pero no estaba en su derecho, volvieron a la recepción del lugar a preparar todo.

Cierto ente celestial les seguía el paso, preocupado por su niño pues podía sentir que el hombre que tenía frente suyo no era del todo correcto a cuanto a actitud se refiere.

En ese lugar se escuchaban nada más que el sonido de las hojas de papel cambiando cada ciertos minutos, el aire se sentía pesado. Un ocasional carraspeo de parte del hombre mientras sus ojos recorrían las múltiples hojas que tenía en sus manos. La mujer había insistido en que no era necesario que él leyera todo lo que decia la formalidad de adopción pero él no lo tomó en cuenta, ella en todo ese tiempo estaba muy incómoda con sólo sentarse ahí sin hacer absolutamente nada.

Así es como se pasaron los siguientes 30 minutos o más, incluso el ángel no pudo esperar más y el resto del tiempo fue a jugar con el pequeño Raphael donde nadie les diera mucha atención, para él pelirrojo Aziraphale era más que un  ángel guardián, un amigo (imaginario) según su simple mente por el momento.

El niño de repente fue tomado por los costado y estrechado contra un firme pecho, él miró con curiosidad hacia arriba recibiendo una mirada orgullosa.

- Hola niño, ahora yo soy tu padre-

El joven sólo balbuceo alegre recibiendo una sonrisa de parte del hombre quién caminó fuera del establecimiento y hacia su auto. Un bentley negro que relucia con la iluminación que recibía.

Fue asegurado en una silla de bebé en el asiento trasero, el motor no tardó en encenderse.

El ángel iba oculto de la vista del hombre, ahora sentado junto al bebé al cual entretenía con caras divertidas recibiendo risas a cambio.

Comenzaron el viaje y en medio de este el hombre había apagado la música que estaba reproduciendo, miró por el retrovisor.

- Sabes mocoso, Raphael no es un gran nombre -

Azhiraphale fruncio levemente el ceño hablando al aire mientras que el bebé miraba curioso hacia adelante.

' Claro que lo es '

- Te daré un nuevo nombre, uno que si vaya contigo-

' No debes, él ya tiene un perfecto nombre y va de maravilla '

- Qué te parece... Matthew aún que ese no te queda bien... Mejor algo más fuerte, quizá Andrew o Anthony.. Así es -

Aziraphale se acercó al oido del pelinegro, para tratar de convencerle que debía arrepentirse del cambio de nombre, que era una mala idea.

- Anthony J. Crowley, llevarás con orgullo mi apellido mocoso -

No funcionó.

En ese momento el shock estaba escrito en el rostro del ser divino al ver que sus poderes celestiales no parecieron tener efecto alguno.

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⏰ Última actualización: Feb 08, 2020 ⏰

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