Capítulo 1

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-Señorita Park- un joven alto y vestido con un traje negro se acercó a mí haciendo una reverencia con la cabeza- Soy Min So Won, el nuevo asistente del señor Park
-¿Cómo está mi tío?- dije entregándole mi maleta.
-Bien señorita, la está esperando afuera.
El aeropuerto estaba atestado de personas que iban y venían, pero no nos costó ningún trabajo llegar a la puerta principal donde nos esperaban dos gualdaespaldas.
-¿Se puede saber a qué se debe tanta protección?- le pregunté al señor Min, que se encogió de hombros dándome a entender que eran las ordenes de su jefe.
Lo malo de ser la sobrina favorita, y la única, de Park Jin Young, CEO de la JYP Entretaiment, era que cada vez que visitaba Korea tenía a dos gigantes pegados a mi espalda; ¡cómo si no fuera suficiente con que mi padre me pusiera vigilancia en casa!
Llegamos al Mercedes Benz caoba que nos estaba esperando en las afueras del edificio, con la puerta trasera abierta por el chofer.
-¿Cómo estuvo el vuelo?
-Bien- le respondí a la voz de mi tío que estaba sentado en el asiento del copiloto, y pude ver como asentía por el retrovisor.
-¿Te vas a quedar en el hotel?- dijo mientras el auto arrancaba. Yo negué con un movimiento de la cabeza.
-Prefiero quedarme en la casa de la abuela.
-¿Pasarás por la empresa?- y así empezaba el interrogatorio.
-Claro, hace un tiempo que no veo a las chicas, así que me tengo que pasar por allá.
-Hoy están de práctica- asentí dándole a entender que iría com él- A la JYP- le dijo al conductor y retornó a su cuestionario-¿Cuánto tiempo te vas a quedar?
-Estoy de vacaciones tío, y voy a quedarme hasta que se terminen. No me tienes que vigilar todo el tiempo.
-¿Cómo te va en la escuela?- que conste, esta pregunta es igual a "claro que te voy a vigilar".
-Bien- dije, para luego susurrar un "sobreprotector" que él escuchó de seguro, porque sonrió y dejó de hacerme preguntas.
No nos llevó mucho tiempo llegar al enorme edificio de la JYP.
El lugar estaba revuelto de trabajadores que llevaban montones de documentos o hablaban por más de un teléfono a la vez.
-Vamos a dar un concierto por el aniversario, y todo está bastante agitadito por aquí.
-Ya veo.
-Las chicas deben de estar en el segundo piso, pero no me las entretengas mucho, que están ocupadas.
-Si señor- dije mandándome a correr hacia el asensor.
Cuando llegué al cuarto de prácticas, mis mejores amigas en Korea, y las únicas, estaban practicando 'Signal".
-Deberían de quejarse, las tienen explotadas.
-¡Ale!- dijeron gritando por encima del volumen de la música.
Una por una, fueron abrazándome con tanta fuerza, que sentí que me quedaba sin aire nueve veces.
-¿Cómo están?- les pregunté mientras nos sentabamos en el piso del salón.
-Agitadas- dijo Jihyo-, supongo que ya sabes lo del concierto conmemorativo- asentí y ella continuó- Además de que tenemos los comebakes y los programas de variedades, pero nosotras estamos acostumbradas...
-Si, exacto. Ahora cuentanos cómo te van las cosas en Inglaterra- la cortó Momo.
-Bien, ya casi termino la escuela media, dentro de dos años estoy en la universidad.
-Psicología, ¿verdad?
-Si Mina.
-¿Vienes de vacaciones? ¿Cuánto te vas a quedar?
-Todo el verano, Sana.
-Chicas, no le caigan a preguntas, que seguro acaba de llegar y estará cansada del viaje.
-Nayeon tiene razón. Mejor acordamos un día para vernos y ponernos al tanto de todo- concordó Jihyo.
-Ok- dije poniéndome de pie- Me llaman. Ahora las dejo practicar- ellas asintieron, y luego de despedirme de cada una, salí al corredor para regresar con mi tío.
Estaba muerta de sueño, así que lo único en lo que pensaba era en una cama.
Saqué mi movil de uno de los bolsillos de mi pantalón y conecté los audifonos; le di play al reproductor, y dejé que Never Ever resonara en mis oidos.
Iba llegando al ascensor cuando de otra sala de prácticas salió mi peor pesadilla. No sé si era porque me había dado de largo porque, según él, yo era una niña mimada hija de mamá y papá; o porque me había llamado cria delante de toda la empresa, alegando que yo jamás podría decidir algo por mi sola.
Traté de ignorarlo y seguir mi camino, pero no pude evitar notar como me miró, entre asombrado e incrédulo. ¿Por qué? Sencillo. Porque hacia dos años que no visitaba la empresa, y aunque hablaba con las chicas cuando iba a Korea, a ellos jamás los veía, en persona claro; porque, a pesar de haber sido humillada, seguían siendo mi maldito grupo favorito.
Saqué uno de los auriculares de mi oreja, y les hice una pequeña reverencia a modo de saludo.
-¿Alejandra?- la expresión de asombro de JB fue de lo más graciosa.
Sus caras sólo se podían interpretar como que mi aspecto había cambiado bastante en los últimos dos años.
-Hola Jb, chicos- saludé al resto del grupo, siempre tratando de evitar su mirada.
Volví a inclinar mi cabeza y continué mi camino. Mi respiración se precipitó cuando estuve dentro del ascensor y tuve que sostenerme de una de sus paredes. ¿Por qué Choi Young Jae tenía que ser tan condenadamente atractivo?
Dos años atrás me había enamorado perdidamente de él, pero después de su rotundo rechaso, mis sentimientos habían sufrido un ligero cambio: me seguía gustando, pero también lo odiaba.
Las compuertas se abrieron a la par que un pensaje de texto me llegaba al móvil.
"Ale, mañana a eso de las 10 pasa a buscarnos a la JYP, que después de que firmemos las canciones del nuevo miniálbum, podemos salir y ponernos al día. Besos, Jihyo"
¡Genial! El único problema era que tenía un 50% de probabilidades de volverlo a ver.
-¿Ya saludaste?
-Si señor gualdaespaldas- le dije a mi tío, que no había levantado la vista de su escritorio.
-Hablando del tema...
-¡No! ¡Me reuso a que me pongas vigilancia!
-Alejandra...
-Tengo 16, tío. Si necesito algo te llamo, pero no me hagas cargar con uno de tus ayudantes.
-Está bien, pero mantén el móvil encendido.
-Si señor- me di la vuelta y salí de su oficina.
Un taxi estaba esperando por mí a las afueras de la empresa, y a su lado, el señor Min.
-Cuídese señorita.
-Gracias So Won- le dije guillándole un ojo. Él carraspeo y no pude evitar sonreir cuando estuve dentro del auto.

La casa de mi abuela estaba completamente deshabitada, porque su dueña se había ido de vacaciones al campo, así que la tenía para mí solita.
Dejé mis cosas en la habitación de huéspedes y fui a tomar un baño.
Mañana, mi día iba a estar bastante movidito.

I won't let you goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora