Capítulo 3

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Pasamos horas hablando y dando vueltas por ahí, sobretodo por barrios poco transitados, hasta que una llamada del manager de las chicas, hizo que estas volvieran a la empresa y que yo me tuviera que decidir entre regresar a casa o ir a dar una vuelta.
Mis energía nos estaban del todo agotadas, pero ir sola a una diascoteca, que era mi mejor opción por el momento, era un problema, porque iba a tener que llamar a mi tío y no me apetecía tener escolta.
Miré la hora en mi teléfono, y después de comprobar que eran cerca de las seis de la tarde, decidí irme a descansar.
Un mensaje me detuvo de sacar la mano para detener a un taxi que venía por la autopista.
"Ale, gracias, te debo una. Sé que es tarde, pero... ¿te molestaría si damos una vuelta? Young Jae"
¡Listo! Ya tenía planes, y bastante interesantes.
"Ok. ¿Cuándo y a dónde?"- fue mi respuesta.
"Si no estás muy ocupada, ¿puedo pasarte a buscar ahora? Sabes que no tengo mucha libertad en lugares públicos, pero estoy seguro que a esta hora no va a haber mucha gente en Dream World"- así que una cita en un parque de diversiones.
"Bien, pero no estoy en mi casa, de hecho, estoy a una cuadra de la tuya"
"Espérame"
Caminé el tramo que me faltaba para llegar al punto de encuentro mientras sonreía como una tonta, cosa de la que me percaté por la forma en la que me miraron algunas personas.
Me puse los auriculares mientras esperaba. La verdad es que no esperaba que me fuera a arreglar con Jae de esta forma, ni tan rápido.
El sonido de un clapso hizo que despertara de mi ensoñación.
Me acerqué a su auto y él abrió la puerta del copiloto.
-Eso fue rápido- le dije poniéndome el cinturón.
-Estaba de camino. No estaba seguro de que dijeras que sí, así que decidí venir mientras esperaba tu respuesta.
-Así que se arreglaron.
-Gracias a ti. Te debo una.
-Ya me la estás pagando- una sonrisa se dibujó en su rostro.
-Esta no es tu recompensa, es una cita. No sólo te debo un favor, sino que te debo una disculpa; y más aun, nos debo a ambos la oportunidad de salir- dijo mientras doblaba en una curva.
-Creí que era una niña mimada.
-Ale, nunca pensé que lo fueras, de hecho, tienes bastante carácter para ser tan joven, por no hablar de la madurez; pero tenía miedo de que no soportaras mis horarios.
-Bueno, emtonces acepto la disculpa.
-¿Así de simple?- no muy lejos se empesaban a ver las atracciones del parque.
-¿Estás seguro de que nos dejen entrar? Parece que ya cerró.
-Hoy hay un festival celebrándose, así que podemos pasar.
-Ok, y no, la diculpa no es así de fácil. Tienes que hacer una última cosa- se quedó en silencio esperando mi petición, mientras una expreción seria reinaba en su rostro.
-Quiero algodón de azucar- dije soltando una pequeña risa. Volvió a sonreir mientras asentía.
Una de las cosas que amaba de él era su sonrisa.
-Creo que me va a costar ganarme tu perdón.
Se estacionó en la entrada del parque y apenas me dejó moverme, porque enceguida rodeó el auto para abrirme la puerta.
-Gracias- cuando llegamos a la taquilla principal, un anuncio me llamó la atención- Jae...- dije mientras tiraba de su manga como una niña pequeña.
-¿Sí?
-Aquí dice que es por invitación- le señalé el cartel a la par que él sacaba los billetes de entrada de uno de los bolsillos de su pantalón.
-Este festival es para personas como yo, que no podemos venir a plena luz del día, así que ni siquiera tengo que esconderme.
-Así que al final lo hicieron.
-JYP, fue el principal promotor de... Espera, ¿fue idea tuya?
-Quizas haya hecho el comentario- el volvió a asentir mientras le entregaba las invitaciones a una señora que acababa de aparecer en la taquilla.
-¿Lista?
-Sólo una cosa... Por favor, nada que de muchas vueltas ni que vaya muy rápido.
-¿Antiparque de diversiones?
-Desde pequeña.
-Por suerte hay otras cosas que hacer.
-Siempre me ha gustado la zona del jardín.
-Tienes opciones. Según tengo entendido, hay un jardín oriental y uno occidental.
-¿Podemos ir a los dos?
-Iremos a lo que quieras- dijo mientras tomaba mi mano y la enganchaba en su brazo- pero no te sueltes, que le juré a tu tío que regresarias en una pieza- sentí como el rubor subía hasta mis cachetes  efecto que se intensificó cuando él se hecho a reír.
-No te rías.
-Te ves mona así- literalmente fuegos artificiales, y no sólo e  mi cara, sino también en la porción de cielo que cubría todo el parque, absolutamente todo- Tenemos dos opciones para llegar a los jardines, botes o el puente colgante.
-Debajo del puente hay agua, así que de cualquier manera tengo probabilidades de mojarme.
-Te mojarás aunque no vallas, porque no salgo de aquí hasta que no pases por la canal de agua.
-Espero que hayas traido ropa de cambio.
-De hecho, hice que Jihyo te empacara un cambio completo.
-Te doy un diez en eficiencia. Y respondiendo a tu pregunta, puente; la última vez que subí a un bote, pasé horas en el mismo lugar y terminé con mareo.
-Puente entonces.
Tiró de mí con delicadeza hasta el inicio de la fila colgante de tablones de madera. Safó mi agarre para tomar mi mano, y de espaldas al camino, me ayudó a pasar aquella cosa que más que un puente parecía una gelatina.
Los jardines occidentales eran preciosos, con paseos y faroles por doquier, por no hablar de las variedades de arbustos, rosas, girasoles y flores silvestres; pero la verdad es que no les presté mucha atención, porque estaba más centrada en mi acompañante, que tampoco tenía casi interés en el paisaje.
-¿Qué hacemos ahora?- le pregunté cuando regresamos al punto de partida.
-Canal de agua- fue su respuesta- Pero antes déjame hacer una cosa. Expérame aquí.
Me senté en uno de los bancos que tenía más cerca y miré a mis alrededor. La mayoría de las personas que disfrutaban de las atracciones eran artistas con sus parejas y amigos, así que nadie estaba curiosiando por ahí.
Un algodón de azucar apareció delante de mis ojos, y casi me mata del susto. Youngjae estaba detrás de mí, y se las había arreglado para que yo no lo viera llegar.
-¿Ya estoy perdonado?- dijo parándose delante de mí.
-Sip- tomé el algón y le hice un  espacio para que se centara.
-El cambio- dijo levantando la bolsa que traía en la otra mano.
-¿No hay forma de que me escape, verdad?- él negó y yo traté de terminar lo más rápido posible- Listo.
Nos pusimos de pie y él volvió a tomar mi mano para llevarme hasta la atracción. Colocó la bolsa en una especie de taquillero y casi me tiene que jalar hasta la cola.
-¿No conoces a nadie por aquí?
-Por supuesto, pero no he visto a nadie con quien tenga suficiente confianza, y ponerme a saludar sólo porque sé quiénes son, hace que esto se vuelva trabajo- asentí- ¿Vas a regresar a Inglaterra?- la pregunta me tomó por sorpresa así que no pude evitar sonreir.
-Papá quiere que empiece la universidad aquí para que pueda ayudar a abuela, y a mí no me parece mal quedarme un tiempo en Corea.
-Entonces...- la frase se quedó en el aire cuando la fila comenzó a avanzar- Vamos.
Nos tocó la última parte del carro que nos llevaría por la canal. Me abroché el cinturón con bastante trabajo, porque me había dejado los espejuelos junto a la ropa de cambio.
La máquina comenzó a andar y sentí como nos moviamos, al inicio lentamente, pero luego fue ganado velocidad. Cuando llegamos a la cima del recorrido ya estabamos empapados.
No puede evitar ahogar un grito durante el descenso mientras me agarraba al brazo de Youngjae con todas mis fuerzas hasta que llegamos al final del recorrido.
-¿A que no estuvo tan mal?- dijo él mientras me ayudaba a bajar.
-Aceptable- ambos nos comenzamos a reír.
Nos secamos y cambiamos de ropa en unos locales que habían junto a la canal. Por suerte, a alguien se le había ocurrido la idea, porque sino tendríamos que esperar siglos en los baños normales.
Para cuando salí de los vestidores, Jae ya estaba afuera esperándome, aunque su cara no lucía lo que se puede llamar feliz.
-¿Oppa, pasó algo?
-Creo que nos tendremos que ir- dijo entre dientes y sin mirarme a los ojos.
-¿Tienes algo que hacer?
-Un show de última hora para cubrir a un grupo que no se pudo presentar- esta vez fui yo quien lo tomó por el brazo y lo obligué a caminar hacia la salida.
-¿Y cuál es el problema?- se me quedó mirando mientras caminabamos, sin dedicarse a responder.
Llegamos al auto y se soltó de mi agarre para abrirme la puerta y luego dar la vuelta hasta el lado del conductor.
No habló en todo el camino hasta mi casa, y cuando llegamos, se limitó a esperar a que me bajara.
-Eres tú el que lo está complicando...
-¿Me estás diciendo que no te molesta que hayamos tenido que dejar nuestra cita a medias?
-Te estoy diciendo que me voy a quedar en Corea por bastante tiempo. Podremos tener otras citas; y no, no me molesta que tengas que ir a hacer algo que sé que adoras, aunque, si no me das una entrada me voy a enojar- sus ojos se iluminaron y una sonrisa se dibujó en sus labios.
-Eres increible.
-Lo sé- le dije mientras safaba el cinturón de seguridad. Acerqué mi cara a la de él y le di un beso en la comisura del labio.
No le di mucho tiempo a reaccionar, porque enseguida me bajé del auto, no sin trabarme un tanto con la puerta.
Pude respirar más pausadamente cuando estuve en la acera, pero mi tranquilidad no duró mucho. Youngjae, que se había bajado del auto, tomó mi brazo y me dio la vuelta hasta ponerme frente a él. Sostuvo mi cara con una de sus manos, mientras ponía la otra en mi cintura. Sus labios rozaron los mios y un susurro salió de ellos:
-Si alguien nos ve tu tío me va a matar- pero eso no lo retuvo de acabar de acortar la distancia entre nosotros y besarme- Te mando la entrada para el show de hoy en cuanto llegue a la JYP- asentí- Te veo luego- dijo tratando de contener una risa, y eso me dio una medida de cuál era mi expresión, así que mejor ni hablaba: volví a asentir- Entra tú primero- me di la vuelta y traté de no tropezar con mis propios pies.

-Así que tienes novio- dijo Chaeyoung que se había acercado por detrás de mí.
-No es mi novio- dije por sabe quién qué vez.
-Si tú lo dices.
Era verdad que no eramos novios, al menos no oficialmente.
Los chicos terminaron su presentación justo cuando Sana iba a seguirle la rima a su donsaeng, y hacer algún comentario sobre mi relación con Youngjae.
-Me tengo que ir- dije poniéndome de pie.
-Claro, pero no es tu novio- de todas maneras, logró hacer su comentario. Todas comenzaron a reírse y yo las di por locas.
No me dio tiempo de llegar a los camerinos, porque Jae me intersectó en el camino.
-Ven- me dijo tomándome de la mano.
-¿A dónde?
-A hablar con tu tío.
                       Fin.

I won't let you goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora