Jennie es una princesa que fue maldecida con la inmortalidad. Un día conoce a Kim Jisoo y se enamora de ella, pero una semana después ve como su amada muere frente a sus ojos. Diez mil años después se encuentra en club y mientras baila conoce a una...
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Tenía dieciséis cuando me destruí la vida intentando ser lo suficientemente buena para las personas que vivían en mi reino. Pasé casi un mes intentando encontrar a la bruja japonesa que daba deseos gratis. Era una idiota, pensaba que podía pedir algo y recibirlo sin un precio. Estaba mal, muy muy mal. Tres deseos, tres deseos que me arruinaron la vida entera.
Mi primer deseo fue fácil de adivinar, que mi reino me aceptaran. Que aceptaran que mis gustos eran diferente y que sólo quería estar con la persona que amaba. Pero enseñar un poco de mi brazo me podía llevar a prisión, así que una pareja del mismo sexo no iba a ser aceptada. Mi reino me quería muerta por que yo quería tener amor en mi vida, así de malas pueden ser las personas.
Mi segundo deseo fue encontrar el amor verdadero. Una chica que me pudiera amar tanto como o a ella. Quería a alguien que me hiciera sentir viva, alguien que no me juzgue, que me ame incondicionalmente.
Y mi tercer deseo, ese deseo fue el que me arruinó completamente; ser inmortal. Pensé que con ese deseo podría pasar el resto de mi vida con Jisoo.
Oh Jisoo. Jisoo era el amor de mi vida, nunca podría haber amado tanto a alguien como Jisoo. Sus labios en forma de corazón fue la primera cosa que me atrajo a ella. Cada que los besaba sentía que volaba, cada que pienso en nuestro primer beso me siento feliz y triste. Feliz porque sentíamos el amor con tan sólo un roce, triste porque fue uno de nuestros últimos.
Un día después de unirnos como una, y decirnos cuánto nos amábamos mis ojos observaron como una flecha atravesaba su corazón. También vi como sus últimas palabras fueron dirigidas a mi y como su lindo hanbok blanco cambiaba a rojo carmesí. Entonces me di cuenta de mi error, Mina. No quería creer lo que estaba imaginando así que escondí a Jisoo n mi habitación y me pasé un día entero para llegar a la choza de Mina. ¿Que encontré? Un maldito papel que decía que nada es gratis.
Ahora me encuentro en un bar mientras veo la reelección de Jisoo en una chica. La misma cara, el mismo cuerpo, misma altura. Incluso tenían la misma energía, si no la hubiera visto morir ante mis ojos creería que son la misma persona. Quisiera besarla y decirle cuanto la extrañé, decirle cuanto la amo, pero me detuve a mi misma cuando la vi junto a Mina mientras sus manos estaban entrelazadas.
