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A nosotros siempre nos pasan cosas, y algunas de esas cosas se nos quedan marcadas por mucho tiempo, para no decir de por vida. Algunas las recordamos porque nos hirieron, otras las recordamos porque nos llenaron de alegría. La cosa es que, son hechos importantes de nuestras vidas, hechos importantes que eventualmente dejan de ser 'importantes', o que son importantes para siempre. ¿Te gustaría escuchar un hecho importante de mi vida? No me ofenderé si no, pero si te interesa puedes seguir leyendo.

Eran las 7 de la mañana y yo ya estaba listo para ir al primer día de escuela, las ganas de tumbarme en mi cama y dormir por toda la eternidad no me faltaban, pero nadie tiene total libertad a los 15 años, así que en vez de estar calentito en mi camita, tenía que sentarme en el frío y mal cuidado asiento de ese viejo bus escolar. Me llamo Mathius Evans por cierto, los modales no son lo mío pero no tengo la intención de estar de incognito.

Estaba sentado en el ya mencionado asiento, me había puesto mis audífonos y estaba empezando a sumergirme en la música cuando sentí un movimiento bien brusco a mi lado, giré suavemente mi cabeza para mirar mal a la persona que me había golpeado el hombro y vi a este sujeto... a este terrible sujeto, Toby Jackson. Toby y yo éramos compañeros de clase, el era bastante reconocido por ser el matón de la clase, ya sabes, el que se cree que es grandioso solo por tener a un grupo de imbéciles detrás de el, chupándole los pies. Yo era una recurrente victima de este sujeto, porque cómo era callado y encima pesado era un blanco fácil, y además nadie me defendía pues les caía mal a todos, o a la gran mayoría. Puedes imaginarte lo que me hacían, típicos comentarios como "¿Te comió la lengua el ratón?", aunque afortunadamente nunca me pegaron, ya que no tenían razón para hacerlo, solo llegaban y me decían pendejadas como lo del ratón o me llamaban limón agrio, y cómo yo les ignoraba o con suerte les respondía con un "ajá." terminaban por aburrirse e irse, aunque más de una vez tuve que contenerme de no decirles nada y mandarlos a cagar a cada uno, ya veía que entre todos me agarraban y me quebraban un hueso o algo.

Yo miré a Toby y el me miró a mi, tenía puesta esas sonrisa y mirada burlona que tanto me irritaba. Y sin estar contento, Toby me quita un audífono.

- Ey, que pasa, limoncito, ¿me extrañaste?- Fue lo primero que oí.

Limoncito. Limoncito. Puedes darte cuenta de que odiaba que me trataran de limón agrio o estupideces así, tipo, si me iban a poner un apodo por último que no fuese tan de pendejito de 8.

- Sí, me moría de ganas de verte.

Dije con un tono sarcástico muy marcado para que el idiota ese no pensara que hablaba en serio. Cómo estábamos solo el y yo había que aprovechar de decirle al menos una cosita, ¿no?

Toby soltó un "ja", se escuchaba molesto. Yo, satisfecho por haberle podido cerrarle el hocico, procedí a tomar uno de mis audífonos y volver a ponerlo en mi oreja, pero antes de poder llegar a mi oído Toby me detuvo.

- No me vas a ignorar aquí también, ¿verdad?

Me dijo eso cómo si fuésemos amigos, eso me perturbó y me molestó. Tuve que morderme la lengua para no desintegrarlo a insultos. Y al final, lo que hice fue mirarle de reojo y luego volverme hacia la ventana, quitándole MÍ audífono de la mano y volviendo a ponérmelo en la oreja, esta vez sin ser detenido por cierto adolescente cargante.

- Huh, pero por supuesto que sí lo va a hacer. Que malo salió el limón, menos mal que el mismo se alejó de los que están buenos.- Toby dijo esto y procedió a cambiarse de asiento.

Limón Agrio (DESCONTINUADA)Where stories live. Discover now