La Chica De La Cabaña. |Dofia|

Un beso, me besó.

Chloe.

—¿Dónde estabas estúpida? —preguntó aquél tipo que yo tanto odiaba.

—Sali a dar una vuelta, Ryan.—le respondí mientras dejaba mis cosas en el sofá que estaba frente a donde él se encontraba sentado.

—Creí que te había quedado claro la última vez.—se puso de pie y me tomó del brazo. —Estas casada, Chloe, soy tu marido y tu deber es obedecerme, te imaginas si los vecinos te ven llegar tan tarde a tu casa, somos un pueblo pequeño y todos se enterarian.—habló mientras apretaba más mi brazo.

—Me estás lastimando.—le dije intentando soltarme de su agarre.

—No, hasta que me digas dónde diablos estabas, ¿me estás engañando con otro?—preguntó, reí.

—Por Dios, Ryan, eres el hombre más respetado y temido en este asco de pueblo, ningún tipo se metería conmigo.—logré soltarme y subí las escaleras de aquella gran casa para luego ir a la habitación, donde por desgracia dormía él también.
La noche fue larga, dormir abrazada por el imbécil que tenía por marido era lo peor que podía pasarme. Pero eso me tenía sin cuidado ahora, lo único que me importaba era lo ocurrido hace unas horas, me besó, la besé, nos besamos. Cinco segundos, pero, nos besamos. ¡Me besó, maldita sea! ¡Ella me besó!
De alguna manera yo le interesaba, había sido la mejor tarde a su lado.

—Si sigues sonriendo como idiota comenzaré a creer que realmente me engañas y tendré que asignarte dos de mis hombres para que te vigilen.—dí un salto al escuchar su vos.

—Me asustaste.—le dije acostandome boca arriba. —Y sobre lo de tus hombres, no creo que sea necesario, no salgo con un tipo, sólo salgo a pasear.

—Solo duérmete.—me dió la espalda y yo hice lo mismo, cerré mis ojos. Una castaña apareció, su sonrisa, sus ojos, su risa. Por Dios, Chloe, ¿qué está pasando contigo?
No podía enamorarme de ella, yo estaba casada, si Ryan se llegara a enterar me mataría o la mataría, nunca me perdonaría si algo le llegara a pasar.

Sofía.

Estaba sentada frente a la chimenea, tenía una taza de chocolate mientras que hacía lo de costumbre, observar como el fuego consumía las brasas. Sonreí cuando mi pensamiento viajó hasta cierta rubia, ella estaba haciendo lo que el fuego hacia con la leña, me estaba quemando.
La había besado, estaba arrepentida, estaba apenada, quizás ella no me ve de esa manera, tal vez fui demasiado apresurada y me ví desesperada, ay no, que horror, Chloe debe creer que yo estoy bastante necesitada de compañía.
No dormí esa noche, sólo pensaba en aquellos suaves labios, en aquella rubia.

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Capítulo corto, ¿por qué? ¡porque por culpa del pendejo de Trump mi Sof se vendrá a mi casa para estar segura, wui, xd.
Déjenme saber su opinión sobre esta historia, también acepto críticas, sugerencias, etc, sólo comenten.