Prólogo

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Me desperté con el sonido de la alarma. Primer día de clases. Ugh. Me arrastré, literalmente, hasta el baño de mi habitación, una vez en el me quité la ropa lentamente y me empujé a mi mismo adentro de la ducha.

Abrí la llave y, como no, un chorro de agua más congelado que el culo de mi tía Martha en el sillón frente al televisor, me cayó encima. Yo grité un poco (muy) fuerte y seguro todo mi vecindario lo escuchó. Tal vez mi mamá piensa que alguien trata de matarme o algo así, ella es algo (en realidad muy) paranoica.

Una vez estaba jugando un juego de carreras de autos mientras que gritaba: "MÁS RÁPIDO. ESO, ESO, ESO, ESO. YA CASI ESTÁ, ESTAMOS POR LLEGAR. ESO ES, TU PUEDES, SOLO UN POCO MÁS, BEBÉ. MÁS RÁPIDO. SI, SI, SI. VAMOS", o algo así, y mi mamá pensó que estaba teniendo sexo, y no se le ocurrió hacer otra cosa que entrar con un condón en la mano gritando que como soy distraído e irresponsable, había olvidado usar protección y que no quería que yo tenga sida o algo y que no quería ser abuela hasta que yo tenga trabajo para mantener una familia y cosas por el estilo. Claro que cuando me vio jugando carreras tranquilamente, ya era demasiado tarde y yo quería explicaciones ¿Mencioné que en ese momento solo tenía siete inocentes años? Pues los tenía.

Hoy en día me sigo preguntando que se le pasó por la cabeza en ese momento. Quiero decir, tenía siete.

Ni siquiera me había desarrollado.

En fin, después de que mi mamá entrara con una cruz de madera diciendo que satán estaba en mi baño, me terminé de duchar, salí en ropa interior y me dirigí a mi armario, me puse unos vaqueros negros, una camiseta y mis botas favoritas. Volví al baño y me lavé los dientes, mientras con la otra mano me secaba mi rosado cabello con una toalla. Si, rosado, como el algodón de azucar.

Cuando terminé de prepararme, salí del baño, busqué mi mochila y salí de la habitación. Mi mamá me esperaba en la cocina.

-Buenos días, Mikey- dijo con una sonrisa poniendo un plato de cereal en frente de mi.

La miré sin expreción.-¿Vas a hacer como que no pasó nada?- comenzé a comer.

-¿Qué cosa?- preguntó poniendo un vaso de jugo de naranja al lado de mi plato.

-Nada- rodé los ojos ignorando el hecho de que casi me mata de un susto irrumpiendo en mi baño tirandome agua bendita y hablando cosas sin sentido. Suspiré.

De todos modos estas cosas son bastante cotidianas. Una de las peores cosas que me pasó involucran a mi septimo cumpleaños. No fue el mejor que tuve.

Y es culpa de mi rara y vieja vecina, el "acrobata" pedófilo (por que no se si un hombre e 47 con sobrepeso que ni se toca los pies  pueda llamarse acrobata)  y un mono con sostén llamado Larry.

Larga y perturbadora historia.

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Solo, como siempre, sentado en el autobus escolar. Todos se sientan donde quieren y, obviamente, nadie se quiere sentar con el rarito de cabello rosa.

No tengo muchos amigos, no soy una persona sociable, y de los pocos que tengo, la mayoría no van en mi escuela. El único que si está en la escuela, mi mejor amigo, tiene un auto y el muy nieto de su abuela no me quiere llevar a la escuela.

-Para eso existe el autobus, Clifford- decía cada vez que se lo pedía el año pasado.

-Para eso existen los amigos, Hood- le respondía yo.

Al final me rendí y tomo el autobus todos los días a la escuela, me siento solo y escucho música todo el viaje para no prestar atención a los idiotas de mis compañeros.

Algo irónico, Calum es de los más populares de la escuela. Está en el equipo de football y tiene de novia a una de las chicas más lindas de la escuela, Andie Benson. Personas como yo y personas como él no se juntan, si no fueramos mejores amigos desde chicos, estaría solo.

Ya en la última parada, suben dos chicas. Ashley, la capitana del equipo de porristas desde hace dos años, y otra chica que no había visto antes. Ashley se fue al fondo y la desconocida buscó con la mirada un lugar para sentarse. Tenía el cabello azulado, seguro fue un azul intenso en algún momento pero ya estaba algo desteñido, aunque igual se veía genial, ojos color chocolate y un lunar en su mejilla (no como los que tienen los viejos, todos peludos y asquerosos sino uno pequeñito y lindo). Llevaba unos vaqueros negros y una musculosa que decía crazy mofos.

-¡Apresurate!- le gritó el conductor provocando que ella se sobresalte y empiece a caminar rápidamente por el pasillo buscando un lugar.

Cuando lunar tierno estaba a la mitad del pasillo, el conductor arrancó de golpe. La chica terminó en el suelo y todos se rieron de ella, negué con la cabeza. Imbéciles. Me levanté de mi asiento y la ayudé a levantarse.

-¿Estás bien?- le dije cuando recuperó el equilibrio.

Volví a mi asiento y ella se sentó a mi lado. un poco sonrojada porque se burlaban de ella, y asintió.

-Si, gracias- respondió sonriendo. Pudé notar como dos hermosos hoyuelos se marcaban en sus mejillas.

-Soy Michael, pero me puedes decir Mike.

-Yo soy Tami- sonrió estrechando la mano que le había extendido.

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Hola a todos. Bueno, ya está el prólogo. Lo cambié mil millones de veces pero ya lo terminé, sigue sin convencerme del todo pero espero que les guste.

Dedicado a Sofiuchy a pesar de que no me dio nutella, ily.

Pls voten y comenten, quiero saber que piensan hasta ahora.

Bueno eso, mucho Hamor para todos!!! (hagamos eso mi marca, okey? okey, ah)

Valexx

Colors || CliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora