Capítulo 1

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Derek miró la dirección que el señor Stilinski le había escrito en una servilleta la primera vez que se encontraron. Quería asegurarse que estuviera en la casa correcta y evitarse la pena de equivocarse entrando en la casa de alguien más, aun podía sentir los nervios en todo el cuerpo y tenía miedo de que todo aquello hubiera sido una mala broma, aunque el señor Stilinski le dio un pago adelantado...

Derek miro hacia delante, no era momento para pensar mal de la situación. Frente a él, la mansión Stilinski se alzaba con magnificencia, era más grande de lo que él había pensado, mucho más grande de lo que a él le hubiera gustado, pero fuera de lo impresionante que se veía por fuera, Derek comenzó a preguntarse qué tan problemático sería el hijo único del señor Stilinski considerando que él no era el primer tutor privado contratado. El hombre no había mencionado mucho de la historia de su hijo, pero si había mencionado que todos los profesores privados que había contratado terminaron siendo despedidos por culpa de las acciones de su hijo. Derek tampoco preguntó al respecto, y tal vez ese fue su peor error aquel día. Por naturaleza, Derek no soportaba lidiar con los niños consentidos, no obstante, sí quería mantener ese empleo, debió hacerse a la idea de lo que tendría que soportar preguntando con anterioridad.

Se detuvo en la reja de entrada sin saber que era lo que debía hacer, dejo su maleta en el suelo y con la servilleta donde venía la dirección se limpió la frente empapada de sudor, al poco rato, una mujer salió en su búsqueda antes de que él pudiera decidirse a hacer algo.

—¿Señor Hale? —preguntó, se trataba de una mujer de rasgos latinos, no muy mayor a él. Lucía cansada, pero su sonrisa era cálida y amable, Derek asintió tendiéndole la mano y rápidamente sintiéndose torpe porque no era muy común que los diplomáticos saludaran a los empleados domésticos. La mujer rio un poco ante la vergüenza de Derek, aun así, la mujer tomó su mano saludándolo con cortesía—. El señor Stilinski lo espera, por favor acompáñeme adentro.

La mujer dio una lenta caminata por los enormes prados de la mansión Stilinski, y Derek se lamentó muchísimo de carecer de condición física, aunque su cuerpo parecía tenerla. Hiperventilo de más mientras se iban acercando a la puerta de la casa. La mujer, quien no había revelado su nombre aún, la abrió para Derek dejándolo entrar primero. Luego de ello, cerró tras de sí y lo hizo esperar en el vestíbulo para ir por su señor.

Derek estaba maravillado, la entrada de la casa Stilinski tenía grandes ventanas en las que entraba buena luz, lucía armonioso y para nada extravagante, simple, en una palabra, simple y acogedor. Derek nunca había estado en un lugar tan grande. Pero entonces, los firmes pasos del señor Stilinski lo distrajeron lo suficiente para dejar de mirar el lugar, el hombre llevaba un puro entre sus dedos y le dedico una sonrisa sincera y amable, igual que su mucama.

—Señor Hale —saludo estrechándole la mano. Lucía diferente estando sobrio—. Me alegra que haya podido dar con la casa —en realidad no había sido nada complicado, considerando que la mansión Stilinski era la única casa a la redonda—. Por favor, Melissa, preparé la habitación del señor Hale en la sala oeste, en el primer piso. Será el nuevo tutor de Mieczyslaw.

La mujer que lo había llevado hasta ahí y que respondía al nombre de Melissa asintió no sin antes de hacer un gesto en los labios que lo puso nervioso. ¿Quién era ese Mieczyslaw? ¿y por qué parecía tener tan mala fama? Derek se sentía mareado por la curiosidad.

—Te mostraré la casa antes de presentarte a mi hijo.

El señor Stilinski le mostró todo lo que podía de la mansión, la cocina, el comedor, cuatro de las habitaciones de huéspedes, la biblioteca, el estudio, su propia oficina donde enseñaría a su primogénito, lucían igual de elegantes, pero fue la sala de estar donde lo conoció que realmente lo dejó sin palabras.

Acostado en el gran sofá, con unos shorts cortos que dejaban ver sus muslos y unas calcetas muy largas, hojeando desinteresado un libro que se encontraba en el suelo con la yema de los dedos de su mano colgada. Era... magnifico, increíblemente hermoso y mágico, como un cuadro pintado en óleo de tonos grises por algún hombre renacentista. Hinchó su corazón, y sus latidos sonaron dentro de sus oídos con agonía. ¿Ese era el niño al que le tenía que dar clases y que era un verdadero demonio? Derek no podía sacar esas conclusiones sabiendo que su postura y sus finos rasgos en el rostro solo lo hacían lucir como un ángel caído, inocente, amable... hermoso.

—Mieczyslaw —gimió Noah desconcentrando a Derek de su inminente análisis—. Mi hijo.

El niño alzó la vista tras escuchar su nombre, ojos castaños y profundos bajo largas pestañas negras que resaltaban de su piel blanquecina enfocados únicamente en él, en su presencia. Derek aguanto la respiración sintiendo que sus rodillas temblaban al sentirse observado por ese joven adolescente, era como si lo analizará y sacará conclusiones sobre su patética vida. Él no podía ser realmente malo, pensó Derek, tal vez solo un poco holgazán, tal vez un poco desinteresado y somnoliento, pero no malo... Derek sonrió tímidamente cuando el chico se levantó del lugar donde descansaba, miro a su padre antes de caminar hacía él, dejando la pila de libros en el suelo.

—Derek Hale —saludó extendiéndole la mano, esperando recibir un saludo de parte de ese ángel, pero sorprendentemente, el hijo del señor Stilinski miro su gesto con molestia, de abajo para arriba haciendo que se sintiera inferior y torpe por haberle extendido la mano.

—No se acostumbres a rondar por aquí, señor Hale.

Mieczyslaw pasó de él y de su padre en silencio, y se perdió al dar la vuelta en el pasillo. Escucho al señor Stilinski reclamar a su hijo, caminando tras de él por su muy grosera actitud, dejando a Derek solo en la sala, con la mano estirada y sintiendo que su corazón latía con dolor.

RUDE (AU) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora