Passionate and sexy love [jjk x bts]

A little death.

Era un algo más como una cueva donde se encontraban las almas destrozadas y sin ganas de vivir de todo del barrio sur de Seúl. Aquellas personas rotas y sin sueños que buscaban refugios para aferrarse a algo o alguien, por el tiempo que fuera: minutos o segundos, no importaba si alguien más les acompañaba y apartaba su soledad por poco.

La música resonaba por todo el lugar y las personas danzaban sin problema, moviéndose al ritmo o no, eso no importaba mientras intentaban perder toda la angustia, depresión y dolor que los afligía. Los demás se volvieron siluetas borrosas cuando encontró a un chico que sobresalía de entre todos. Y es que sus movimientos no eran nada más que sensuales, dejando a más de uno con ganas de poseerlo, pero él simplemente seguía bailando, moviendo sus caderas, acariciando su cuerpo como quisiera que lo tocaran, cubriendo esa lechosa piel con pequeñas perlas de sudor. Sus pantalones de cuero ajustados dejaban ver lo bien torneadas que estaban sus muslos, gruesos y deleitantes a simple vista pero, cuando se giró y vio ese trasero, Dios, no sabe de dónde sacó las fuerzas para no tomarlo ahí mismo. Tal vez fue el hecho de seguir la vista, de esa delgada cintura a la que quería aferrarse hasta dejar sus manos marcadas, por ese exquisito cuello que pedía a gritos ser marcado o esos apetitosos belfos rosados que deseaba comerse cuanto antes.

Todo en él estaba en llamas, era ardiente y sexy. Jodidamente sexy. Sus ojos, que se habían mantenido cerrados durante la canción, se abrieron en cuanto esta terminó y entonces pudo verlos; esos hermosos orbes lo poseyeron de inmediato. Fue cuando supo que él definitivamente sería su todo esa noche, y sería malditamente inolvidable.

El chico caminó hacia él y tomó asiento a su lado, recargando sus codos en la barra antes de girar hacia él y sonreírle con coquetería, como si estuviera esperando algo; y no tardó en descifrar esa mirada pues inmediatamente le habló.

— Vodka y sprite aquí, por favor. — Pidió Jungkook para ambos, antes de regresarle la vista al peli plata a su lado. — ¿Cuál es tu nombre, guapo?

El chico, sin perder esa sonrisa coqueta, respondió:

— Park Jimin, ¿y el tuyo?

— Jeon Jungkook, ese soy yo.

Los tragos llegaron y ambos comenzaron a beber, llevaban una fluida conversación y no dejaban nada ocultos los coqueteos mutuos ni las intenciones que tenían por conocer la anatomía contraria. Acercamientos para nada sutiles, caricias eróticas y miradas deseosas era lo que abundaba en la atmósfera que ambos habían creado y que estaban dispuestos a llevar a otro lado.

Jungkook pagó la cuenta, tomó la mano de Jimin y lo llevó tras él camino hacia su auto, un hermoso Mustang Fastback Cammer Engine del 65, negro brillante incluso en la oscuridad.

— Tú, definitivamente no eres de aquí ¿cierto? — Cuestionó Jimin luego de ver el auto del chico. Y es que no era para nada común ver ese tipo de autos por aquí, de hecho, no había ningún tipo de auto por los alrededores.

— Soy un ciudadano del mundo, qué dices. — Respondió el castaño con una sonrisa e invitó a subir al más bajo, quien abordó de inmediato.

Ambos emprendieron camino hacia algún motel cerca, el deseo nublando la cordura de ambos por completo. Sabían lo que pasaría en cuanto se encontraron, y por supuesto que lo deseaban con demasiada intensidad.

Un par de minutos más tarde, Jungkook aparcaba su auto en el estacionamiento del Blue Swallow Motel y tras hacerlo, ambos fueron hasta la recepción en donde pidieron una habitación y prácticamente corrieron hacia ella. El lugar no se veía muy decente, lo supieron desde que vieron el letrero viejo y desgastado al igual que la fachada del lugar y la habitación no lucía mejor; el lugar era un desastre, la cama ni siquiera estaba completamente arreglada y había moho en las tuberías de agua, pero nada de eso importaba cuando las manos de ambos quemaban por tocar el uno al otro.

Finalmente entraron y se miraron fijamente, desnudándose el alma o lo que quedaba de ambas. Entonces Jungkook tomó la delgada y fría cintura de Jimin y lo pegó a él, con su pie derecho azotó la puerta y luego caminó hasta la cama. Ahí, el peli plata quedó debajo de él y este aprovechó para enroscar sus piernas alrededor de las piernas adversas para que no se quitara tan pronto.

Jeon sonrió con picardía justo antes de acercarse más y finalmente comenzar a devorar los labios adversos hasta dejarlos rojos e hinchados; ninguno sintió timidez ni la necesidad de pedir permiso para tocarse así que las manos de ellos viajaron tan rápido como un auto va en la autopista free-way.

Un botón tras otro botón, las camisas volando hacia cualquier lugar fuera de la cama; los pantalones fueron empujados con torpeza hacia abajo pero ambos disfrutaron de quitar la última prenda con el sexo oral más rico de toda su vida. El éxtasis los llenaba por completo, sus vidas no se sentían ni en lo más mínimo de vacías en ese momento.

Luego de prepararlo, Jungkook abrazó la cintura de Jimin y pegó la espalda de este a su pecho para luego alinear su miembro hacia la apretada y rosada entrada de Jimin, hundiéndose en él de forma lenta mientras besaba su nuca para distraerlo de la incomodidad y aprovechando a dejar unas cuantas marcas en esa zona. Luego de unos segundos, comenzó a moverse de adentro hacia afuera, lento y profundo, deleitándose de los gemidos agudos provenientes de la boca ajena.

— Tócame... quiero que me toques ahí... — Repetía Jimin constantemente mientras que Jungkook repasaba cada parte de su cuerpo con absoluta devoción.

Las estocadas fueron subiendo de ritmo e intensidad, creando la más gloriosa melodía dentro de esas cuatro paredes, no importaba si el ruido era muy fuerte o si había un vecino golpeando la puerta de la habitación, simplemente lo ignoraron y siguieron entregándose, tan íntimos, tan salvajes.

— Hazme sentir que sigo respirando, sentir que soy humano de nuevo. — Jadeó Jungkook con fuerza sobre los belfos contrarios, besándolos con pasión después.

No hizo falta decir nada, ambos se liberaron al mismo tiempo y quedaron recostados, Jimin sobre Jungkook después de haberlo montado ferozmente y quien tenía las manos del más alto bien marcadas en su blanquecina piel, por todos lados había rojizas señales que evidenciaban lo jodidamente posesivo que era el castaño, aunque este no se quedaba muy atrás pues Jeon estaba tan marcado como él, sobre todo de ese aromático y delicioso cuello que poseía.

Decidieron tomar una ducha, en ese momento eran un poco más de las cuatro de la mañana pero no tenían planeado terminar en un rato más. Jungkook llenó la tina de baño y se sumergió primero, Jimin llegó a sentarse frente a él sonriendo gatunamente hacia el adverso.

— Cariño, tu apariencia puede matar...

Susurró Jungkook, acariciando las piernas adversas y este no perdía su sonrisa, sólo se sumergió por completo debajo del agua para mojar todo su cuerpo y terminar de refrescarse. Sólo que los planes no siempre salen como uno quiere.

— Así que...— Se colocó sobre el abdomen del chico y colocó ambas manos alrededor del cuello ajeno, apretándolo con fuerza. Jimin luchó por aire cuando la desesperación se apoderó de él, pero luego se dejó ir, rápido y sin dolor. —... ahora estás muerto.

Dejó el cuerpo gélido de Park en el agua y tuvo la amabilidad de cerrar sus ojos, él lucía tan pequeño e indefenso ahí. Caminó al minibar y, para su fortuna, encontró una botella de sprite y vodka así que las tomó antes de sacar una jeringa de su pantalón tras haberlo encontrado.

Regresó a la ducha, tomó asiento en la bañera y se sirvió un tragó antes de inyectarse una sobredosis de heroína, entonces lo bebió y luego se recostó al lado del cuerpo sin vida, abrazándolo para darle calor antes de perderlo él mismo.

Buscaron la muerte, a cambio de una noche de entrega y pasión. Y valió cada maldito segundo.

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Aquí el primer capítulo, espero que les haya gustado y lamento si se me pasó algún error.

Psd. La canción a little death le pertenece a la The Neighbourhood.

¡gracias por leer y votar!

Jeon fuera.

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