( o m e g a v e r s e ); ❝-Te amaré hasta el fin de mis días, lo prometo-masculló entre dientes, apretando con sus dedos la mano pálida de él. -. No te dejaré ir. Aún tenemos miles de lluvias de estrellas por ver. Solo... no me dejes.❞
❀ p u b l i...
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Eren ingresó a la cafetería intentando localizar a sus amigos, pronto los encontró sentados en una esquina del lugar y se acercó a ellos rápidamente. Tomó asiento al lado de Emma y dejó caer su mochila en el piso.
—¿Y? ¿Qué pasó? — Akira preguntó observándolo.
—Nada... solo querían que le dé clases particulares a un chico. — respondió encogiendose de hombros y restándole importancia.
—¿A quién? — Jean preguntó mientras comía el sándwich entre sus manos.
—Es un chico de tercer año al igual que nosotros, se ausentó la mitad del ciclo lectivo y tiene que ponerse al día con las materias si quiere pasar de año. — respondió suspirando. — Intenté negarme porque últimamente estoy muy ocupado pero no me dejaron. Dijeron que iban a darme algunos puntos extra que me ayudarían en los exámenes.
—¡Wow, que suerte! — Emma exclamó riendo.
—¿Suerte? — preguntó extrañado.
—Si, es decir... mira el lado positivo, vas a poder aprobar los exámenes sin esforzarte tanto.
—Si, pero voy a tener que convivir con él todos los días. No lo conozco y se ve que es amargado. — suspiró pasándose las manos por el rostro.
—¿Cómo es su nombre? — Akira preguntó curiosa.
—Rivaille Ackerman.
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Al finalizar las clases Eren se despidió de sus amigos y esperó paciente en la puerta de la universidad a aquél extraño chico.
Echó un vistazo a su celular, notando los mensajes que había recibido hace unos treinta minutos por parte de Hazel, una omega con la cual tenían "algo" si asi se le podía llamar.
La chica lo invitaba esa noche a su casa a ver algunas películas y comer algo. Hazel estudiaba en otra universidad y vivía algo alejada de Eren por lo que algunas veces se les dificultaba arreglar algún encuentro.
Eren aceptó encantado y, al momento en que enviaba el mensaje, volvió a sentir aquel aroma a vainilla con tabaco. Guardó el móvil rápidamente en el bolsillo de su pantalón y levantó la cabeza, observando a su alrededor. No encontraba algo o alguien interesante que fuese dueño de ese aroma tan embriagador y el mismo desapareció segundos después.
