Capítulo 1

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-Señorita Willow?!-

-Ah que?- levanté mi cabeza de golpe de la mesa para encontrarme con un muy molesto profesor mirándome al igual que toda la clase.

-¿Puede responder a mi pregunta?- dijo con su tono molesto sin dejar de mirarme.

-Em... Um... ¿Me la podría repetir?- "Bravo Emma, no podías ser más tonta" Agg calla consciencia... Si, hablo conmigo misma si eso te preocupa. Toda la clase reprimió una risa estúpida,

-Dije, ¿cuál es la segunda fase de la mitosis en una célula?

"Demonios, no lo se" pensé pero en realidad dije:

-La segunda fase emm... Es la telofase- a este punto ya quería meterme bajo el escritorio y no salir nunca más. La clase se reía con fuerzas.

"Tonta yo".

-No señorita, preste más atención y deje de dormir en mis clases o la reprobare- dijo el profesor M de molesto.

-Si si si, lo que diga- "Dios! Que lo intento si? No es mi culpa que su clase sea aburrida y no le entienda nada"

Y así el profesor se alejó de mi y siguió dando su clase mientras yo volvía a apoyar mi cabeza en la mesa.

No recordaba haberme dormido, sólo recordaba el sueño, el mismo que había tenido toda la semana, 'mi cuerpo llenandose de una luz intensa y miles de voces susurrando, con una oscuridad amenazante'. No sabía porque, pero ese sueño me inquietaba bastante. No se lo dije a nadie porque obviamente pensarían que estoy loca.

Priscila, una amiga (más bien compañera), me veía divertida, disfrutando de mi bochorno (vergüenza).

"Que odio, ahora eres la atracción del día"

"Somos la misma persona pilas"

"Si, pero el deber de tu consciencia, o sea yo, es burlarme de ti"

"Ja ja"

Seeee definitivamente piensan que debo ir al psicólogo, pero púdranse, que estoy más cuerda que ustedes.

Y después sonó el timbre del colegio anunciando el final de la hora y del día de clases.

Recogí mis cosas y salí sin mirar a nadie. Llegue a mi casillero y cuando toque el candado para abrirlo ese se sacudió antes de que lo tocara.

Fruncí el ceño. "Raro" pensé. Aunque no le di mucha importancia. Guardé mis cosas y salí de ese lugar.

*****
-Mari! Ya estoy en casa!- Mari era mi madre adoptiva, era una muy buena persona y la quería de verdad-. Mari?!- repetí pero no me respondió. Simplemente me encogí de hombros, tal vez salió o algo por el estilo.

Subí a mi cuarto y dejé mi maleta y demás cosas sobre la cama, que de paso esta desatendida, y fui al baño para cambiarme de ropa.

El baño era simple, no muy grande, con una ducha, un inodoro, un lavabo y un espejo.

Me quedé viendo mi reflejo por una rato, mis ojos eran raros, podía ver como cambiaban de color lentamente.

-Vaya que parezco un fenómeno...- me dije a mi misma.

Me agaché para lavar mi rostro tranquilamente y cuando levanté la vista al espejo otra vez, grité.

Espíritu de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora