007 : Incomodidad

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Las nubes se tornaron de un gris fuerte y los árboles se movieron violentamente a causa del viento, avisando que la lluvia llegaría pronto. A ShuHua le gustaba la lluvia, y por lo tanto estaba observando a través de la ventana en espera de que las gotas de lluvia cayeran e impactaran contra el cristal.

Luego de ese momento en el que estaba a punto de besar a SooJin y al final no lo logró porque su celular sonó, todo se volvió muy incómodo para ella. Y lo que aún no lograba comprender es por qué la rubia parecía querer besarla también cuando tenía novio.

Asumir que le correspondía los sentimientos no era una opción para Yeh. Sabía que a su mayor le podían gustar dos personas, pero no le parecía que mientras estaba con su pareja, esté pensando en otra persona. Así como ella estaba con JungHoon, y hace unas horas quería besarla.

Era confuso, bastante. No entendía qué pasaba por su mente, y quisiera saberlo para comprender por qué parecía querer corresponderle un beso, sabiendo que estaba en pareja. Ella quería a SooJin, claro que sí, pero no quería ser plato de segunda mesa si es que resultaba que también le correspondía sentimientos de algún modo. Aunque dudaba bastante en aquello, la rubia siempre la había visto como una amiga desde el comienzo de su amistad, y no veía ninguna señal por parte de su mayor que le diera a entender que la quería como algo más.

Las gotas empezaron a caer e impactar con fuerza en el vidrio, sacando de sus pensamientos a ShuHua. Aún se podían ver a ciertas personas correr bajo la lluvia desesperadas por encontrar un lugar en donde refugiarse, también habían perros callejeros que intentaban dar con un techo para no empaparse.

A la lejanía pudo ver un pequeño cachorro de pelaje negro, correr velozmente hacia su hogar y esconderse detrás de una de las macetas que tenían frente a la casa. La pelinegra sintió algo de pena por el cachorrito, así que salió corriendo hacia la sala, ignorando a SooJin que estaba mirando películas, abrió la puerta delantera y salió a la lluvia en busca del perro.

—¡ShuHua! ¡está lloviendo!
¡¿qué haces?! —exclamó, yendo en dirección de la puerta para buscar a su amiga que se había metido a la lluvia, sin nada que la protegiera de las gotas que caían violentamente del cielo.

Al llegar, se asomó por la puerta y vio a la pelinegra totalmente empapada por la lluvia, rebuscar algo entre las macetas que se encontraban frente a la ventana de su cuarto.

—¡Yeh ShuHua, ven ya mismo aquí! -
—le gritó fuertemente para que la oyera, y a pesar de que lo hubiera hecho, la ignoró. SooJin frunció el entrecejo y fue en busca de un paraguas.

Luego de que lo encontrara, fue en dirección de la puerta para adentrar a su menor a la casa nuevamente. Pero al llegar pudo ver a la pelinegra parada en la entrada, completamente mojada, el agua chorreando de su cabello y sus prendas, tiritando del frío y con un pequeño cachorro de perro en brazos. Ahora comprendió todo.

Soltó el paraguas y fue hacia su menor, estirándola del brazo y adentrándola a la casa. Cerró la puerta, fue por unas toallas y envolvió a ShuHua en ella. Luego cargó al perro y lo envolvió también.

—¿Por qué no me dijiste y así salíamos a buscarlo con el paraguas?, ahora vas a resfriarte por eso, Shushu. Ve a cambiarte esa ropa ahora mismo.

La pelinegra obedeció y fue al cuarto a pasos lentos, cuidando de no caerse al suelo por el agua que caía de sus prendas. Una vez llegó, abrió el armario, dejando ver la gran variedad de ropa que había allí dentro. Algunas veces le era difícil elegir alguna prenda para el trabajo, o simplemente para una salida de amigos.

Como el resto del día sólo estaría en casa por la lluvia, decidió ponerse tan sólo algo cómodo. Fue al baño y cerró la puerta, dejó caer sus prendas hasta el suelo, luego les quito todo el agua y las lanzó al canasto del ropa.

Al salir, sólo tenía puesto un pantalón y un abrigo olgado.

Fue nuevamente a la sala en donde estaba SooJin y el cachorrito.

La rubia secaba delicadamente al perro, mientras que este se mantenía con miedo puesto que eran unas totales desconocidas para él. La menor se sentó en el sofá al lado de ambos, mirando detalladamente al perro. Tenía pelaje negro rizado, era bastante pequeño y parecía ser un caniche.

—Que lindo eres —dijo acariciando suavemente su cabeza. Aún seguía temblando—, ¿por qué un perrito tan tierno estaba en la calle?

—Luego de esto deberíamos buscar a su dueño, sinceramente no creo que un perro que parece ser bien cuidado como él, sea callejero —le dice SooJin, sin despegar su vista del cachorro, no se atrevía a mirar a ShuHua.

—¿Y si resulta ser callejero, Jinie? ¿nos lo podremos quedar? —la rubia por fin levanta su vista y mira a la pelinegra, niega y vuelve a mirar a la pequeña bola de pelos.

—Es bastante responsabilidad y nosotras no estamos todo el día para cuidarlo.

—Yo podría cuidarlo por la mañana mientras tú trabajas, y mientras yo lo hago por la tarde, lo cuidas tú.

—Hay veces en las que trabajamos todo el día y lo sabes. Además, va a ser un gasto muy grande, tendríamos que comprar varias cosas y...

—El dinero nos alcanza para eso. Por favor, Jinie. —hace un tierno puchero cuando la rubia la mira. Sus ojitos destellan en súplica y la mayor sabe perfectamente que está jugando sucio sólo para convencerla; sin embargo, no puede resistirse.

—Bien... —la pelinegra chilla de emoción, casi perforando sus tímpanos y salta emocionada en el sofá—. No te emociones, Shu, aún debemos saber si tiene dueño o no.

—Ok, ok. —intenta calmarse, pero aún así no puede evitar soltar un último chillido mientras reprime una sonrisa. Unos segundos luego siente la necesidad de abrazar a su amiga en agradecimiento, y así lo hace, olvidando lo ocurrido anteriormente.

La rubia se tensa entre los brazos de la menor, le seguía siendo incómoda toda la situación luego de lo que pasó. No sabe cómo siquiera pudo mirar a ShuHua a los ojos, no sabe cómo pudo querer besar a ShuHua estando en pareja. Sabía bastante bien de sus sentimientos hacia ella, pero obviamente no podría estár con ella ni aunque termine con JungHoon.

Yeh se da cuenta de que SooJin está incómoda, no había envuelto sus brazos en su cintura como siempre, no le había correspondido. Sabía porque y al recordarlo, ella también se incómodo. Su agarre en la cintura de la rubia se aflojó y poco a poco fue soltándola hasta quedar en su posición original.

—Yo-yo...lo siento... —se disculpó en voz baja—. No debí hacerlo...

—No hay porqué recordarlo... —dice, aunque es mentira, si que había razones para recordarlo. Shuhua quería besarla y no sabía por qué, quisiera preguntarle, pero todo se haría más incómodo.

—Es-está bien, tienes razón. Sólo espero que nuestra amistad no se arruine por eso, no fue mi intención intentar eso... —oh, claro que lo fue; no obstante, ahora se arrepentía un poco. No quería que su linda amiga se alejara de su lado.

—No hay que hablar de eso...

Shuhua temió por un momento, SooJin y sus respuestas evadiendo el tema a toda costa no era algo que debía ignorar.






























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Al final del día ─── sooshuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora