02

3.3K 354 118
                                    

Capítulo II

—¿Qué trae puesto? —Le preguntó al chico formado al final de la fila.

Todos los demás estudiantes nos miran mientras aún espero una respuesta.

Comencé a pasar lista y cuando pronuncié Kim nadie contestó, al menos, no lo escuché. Así que pregunté más alto y vi a un chico con la mano alzada.

Debía ser una broma.

Llevaba unos shorts rosa pastel cortos, con una camisa blanca ajustada, una diadema del mismo color que los shorts y tenis unos tenis blancos.

—Le hice una pregunta, Kim.— Le recuerdo, molesto.

El chico sólo mira tímido al suelo, jugando con las agujetas de sus tenis.

—Vaya a cambiarse ya mismo. —Le ordeno— No quiero éste tipo de bromas en mi clase.— Digo molesto.

Me doy la vuelta y voy al inicio de la fila escuchando risitas de algunos otros chicos. Pues al voltear atrás, el chico no se mueve, sólo mira a otros compañeros, como suplicándoles que digan algo y no sé rían. Pero nadie haría nada por un chico como él.

—¿No me escuchó?—Pregunto— Estoy harto de repetirle las cosas, ¡Cámbiese esa ropa ya mismo! –Exclamo, señalando la puerta.

Los demás sólo observan cuando el castaño se da la vuelta para salir del gimnasio con los ojos rojos y pasos tímidos.

—Escuchen —Le hablo al grupo—. No quiero volver a ver una broma de éste tipo, ¿De acuerdo? — Digo con el semblante serio y conteniéndome por decirles "Eso no es normal, idiotas. Son hombres."

—¿P-Profesor? —Habla alguna pelimorada de la fila.

—¿Qué necesita? —Pregunto sin mirarla, aún pasando lista.

—Minseok no estaba jugando.— Me dice y la miro confundido.

—¿Minseok?

–Kim – Dice, poniendo los ojos en blanco. Kim Minseok. Al que acaba de echar por su ropa.

—¿Cómo te llamas? —Pregunto cruzándome de brazos.

—M-Moonbyul —Dice tímida cuando me acerco a ella molesto.

—Bueno, Moonbyul. —Digo— La primera regla que debes saber sobre mi clase, es que no debes interrumpirme. Mucho menos contradecirme cuando hablo, ¿Entendiste?

Me doy la vuelta y doy una palmada fuerte para luego señalar el lugar.

—Todos. Diez vueltas a la cancha, ya.

Y milésimos segundos después, escucho los trotes de los chicos a mis espaldas. Sin que ninguno diga o reproche algo, será fácil controlar a éste grupo.

GYM [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora