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Capítulo I

En cuanto pongo un pie dentro del gimnasio, mi cuerpo se relaja y mis pulmones sienten respirar aire limpio.

Mi celular suena la interrumpiendo tranquilidad, pero no me molestó al ver el nombre en la pantalla.

—Hola, Chanyeol, ¿Qué pasa? Estuve en tu casa apenas ayer, ¿Ya me extrañas? —Dijo jugando mientras camino por el espacioso lugar.

Escucho una risa del otro lado y puedo apostar que Chanyeol negó con la cabeza.

—Sueña, amigo. —Contesta— ¿Te dieron el empleo— Me pregunta mientras escucho que remueve unas cosas.

—Si.— Dijo orgulloso— Sabes que es fácil. El director es un viejo muy amable, el lugar muy grande. Me hubiera gustado estar en ésta escuela tan cambiada cuando era adolescente.

—Te fuiste de Seúl a los diecinueve, sólo pasaron cuatro años, ¿En serio cambio tanto esa escuela?

Niego con la cabeza, aún consciente de que Chanyeol no me ve.

—Demasiado. Las calles son distintas, la plaza, todo.— Digo con melancolía— Pero no me arrepiento de haberme ido. Fue lo mejor que pude haber decidido.

—Supongo. —Dice Chanyeol— Ah, por cierto... No sólo te llamé para saber de tu empleo. Quería decirte que la canción que compuse no la podrás escuchar hoy, perdón, amigo.

—¿Qué? ¿Por qué?— Pregunto entrando en las regaderas del gimnasio.

—Una nueva familia se mudó enfrente y me invitaron a comer hoy, no puedo rechazar la comida.

Suspiro algo molesto mientras veo la pequeña oficina al final de los vestidores.

—Bien, pero tengo que ser el primero en oír obsession, ¿De acuerdo? Soy el fan número uno de exo. Tengo que ser primero, al menos que antes de que se vuelvan famosos y me dejen sólo en éste agujero.

—Si, si, Jongdae.— Dijo Chanyeol, riendo un poco— Será el... Miércoles, ¿Te parece?

—Bien.—Acepto abriendo la puerta de la oficina— Tengo que irme, suerte con la cena.

—Adiós, Jongdae, nos vemos el miércoles.

Cuelgo el teléfono y lo meto en mi bolsillo mientras entro a la oficina. No es muy grande. Tiene un escritorio vacío, un locker en la esquina, un sillón que está pegado a la pared, y le da la espalda una enorme ventana que me deja ver todos los vestidores. El cual me incomoda un poco, así que camino a la ventana y cierro la persiana blanca.

Luego noto que hay un pequeño bote de basura al lado del escritorio y una puerta en la esquina del rincón, la cual abro.
Encontrándome con un baño privado, una pequeña regadera y un lavabo.

Salgo del baño y dejo mi maleta con ropa en el sofá, quitándome lo que traigo puesto, quedando sólo en boxers.

Me pongo a hacer lagartijas, sentadillas y abdominales en el suelo cubierto por la tela gris oscura. Y después de unos 4 minutos de entrenamiento, me limpio el poco sudor con una toalla, sintiendo mi cuerpo caliente y cansado.

Me pongo unos shorts rojos, una camisa holgada blanca y luego salgo de la oficina hasta llegar al gimnasio, donde la arreglo la colchonetas, balones y redes en orden junto a la pared. Esperando que sean las nueve de la mañana y llegué la primera clase del semestre.

GYM [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora