«ᎪᏞᎪՏ ᎠᎬ ႮΝ ᎠᎬᎷϴΝᏆϴ» |Golddy/Goldred|

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Y antes de que aquellas alargadas manos tocaran el blanquecino rostro, el demonólogo llegó al tiempo

—S-si que eres inútil..— comentó jadeantes sosteniendo su rodillas después de arrojar una piedra, deteniendo el toque del demonio

Una sonrisa de alivio se asomó por los labios del ojos rojos.

—¿Segundo round?— preguntó retador el de hebras rubias con una sonrisa dibujaba en esos labios.

Ahora sabia que este trabajo no sería aburrido.

El espectro asintió emocionado, esto sería divertido.

—Venga.— incitó con su mano derecha en una pose de pelea después de recuperar el aire perdido.

El demonio se acercó con una velocidad sobrehumana, como si no tocará el piso, al tenerlo de frente llevo con sigilo y precisión su gélida mano a las entrañas del joven atravesando la carne y la tela que lo cubría. Golden escupió por el improvisto, tanto sangre como saliva a los segundos que comenzaba a toser lentamente.

—¿E-es.. t-t..Odo?— interrogó con osadía enfureciendo al contrario el que penetrando aún más el interior dio un giro con su mano abriendo de sobremanera la herida. —H..i..j-jo de.. p-pu..ta— una sonrisa asomo, apesar de la situación.

El mayor irritado con la actitud del mortal realizó un corte en uno de sus dedos depositando su demoníaca sangre en el cuerpo del humano.

—Pse nuk vdes ?!— exclamó sumergido en cólera, estaba harto de la insolencia de quién tenía enfrente. —Ju duhet të vdi_— su propia oración de vio interrumpida por el dolor desprendiente de sus alas, las habían lastimando y con lo peor para un ente dominico agua bendecida. Fred con la poca valentía que pudo reunir arrojó el agua bendita que tenían guardada en unos de los frascos de su mochila.

Un grito de agonía resonó en esas resistentes paredes, separado de inmediato la mano del interior del rubio, ensangrentado retrocedía en calvario intentando inútilmente resguardar sus alas con las manos, termino por chocar contra la pared de las ruinas.

—S-se acabo..— sentenció el demonólogo ante la asustada sonrisa del espectro.

El demonio ante la impotencia de la pérdida en batalla desprendió un grito agudo y desgarrador que aturdia y dañaba los tímpanos de los compañeros. Cubrieron sus oídos rápidamente sin poder concentrase apropiadamente, Fred cayó al piso arrodillado por el dolor y Golden expulsó una santa oración.

—... Bendito sea tu nombre, que no sea pronunciado en vano, dame el poder de acabar con la corrupción demoníaca que se desprendió por la humanidad..— Exclamó con uno de sus grises ojos cerrados intentando mantener la compostura y terminar la sagrada oración — Que este engendro del mal sea expulsado a manos de tu sagrado saber.— A cada palabra era un paso adelante y juntando la poca fuerza que tenía separó las manos de sus oídos y las unió una sobre la otra hasta sellar las mismas contra la frente del ente.

El grito calló.

Y la tranquilidad al reducido espacio llegó

—¿Y-ya acabó?— pregunto el de hebras negras aturdido por el sonido anterior, su oídos escuchaban un molesto pitido antes de recobrar la normalidad. Al levantarse miró con detenimiento el cuerpo desmayado del demonio —¿Lo mataste?— Golden arqueó una ceja incrédulo —Perdón, pregunta estúpida— se disculpó bajando la mirada arrepentido.

—Es tu turno— mencionó como último el de hebras claras antes de entregarle una navaja al teólogo. —Corta sus alas.—

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Traducción:

Pse nuk vdes?!: “¿¡Por qué no mueres!?”

Ju duhet të vdisni: “Debes morir”

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