Hamasaki 浜崎[Muzan Kibutsuji]

04Ademán

Recordaba las palabras de su madre y la atesoraba en su corazón.

Su última conversación con Ima antes de marcharse se basaba en que ella deseaba saber los deseos de su madre ya que temía regresar y que esta no estuviese con vida.

—¿Hay algo que puede hacer por ti mientras no me encuentro? —preguntó Kimi a su madre, quien descansaba en el lecho.

Su madre dudosa toma la de su hija, no debía decirle su mayor secreto pero la sed de venganza no se había saciado; Ima abraza la mano de su hija mayor recordando la felicidad que le causaba verla, la amaba.

Suelta un suspiro, su vida no había sido fácil. El amor que alguna vez le tuvo al padre de su pequeña hija le costó absolutamente todo, todas su comodidad y reconocimiento.

— Hija mía, ¿sabes que te adoro mucho, verdad? Me duele que vivamos de esta manera, te ocupas de todo y yo soy una estúpida. —relame sus labios, estaban secos.

A su hija se le entume el corazón verla así, todos en la casa deseaban una situación diferente, pero no era posible. Kimi sujeta la mano de su madre nuevamente.— No lo eres, solo estamos en una situación difícil. 

La Hamasaki mayor sonríe.—  Amé mucho a tu padre.

La menor se desconcerta ya que Ima nunca le hablaba sobre él, se limitaba a ignorar las preguntas de su hija, sin embargo, Ima notaba que su pequeña estaría cerca de aquél hombre y podía hacer algo al respecto, tenía fe en el poder de su Kimi. 

—¿Hablarás sobre él? —pregunta ilusionada.

A  lo que Ima niega suavemente y con su mirada perdida comienza e hablar.—Hablaré sobre la persona que lo asesinó.

La mente de Kimi queda en blanco, nunca se había enterado de tal cosa, su corazón se paraliza, un persona les había quitado la oportunidad de vivir con su padre, no podía soportar aquel sentimiento encontrado, con dificultad, planea que decirle a su madre—¿Por qué razón lo  asesinó?

Su labio inferior timbla, esas heridas aún no sanaban, y extrañaba a Youchi más que nunca, recordaba sus últimas palabras, memoraba su mirada de preocupación donde le pedía que abandonara la corporación cazadora de demonios porque ambos estaban en peligro, incluyendo a Kimi que se encontraba en su vientre. Las lagrimas bajan por sus mejillas y su hija sentía mucha pena verla llorar.

Kimi le estaba dando tiempo para que su madre se desahogara y le dijese algo.

— Estaba embarazada y él nos protegió, Kimi. —ccon su mano libre quita aquellas lagrimas de dolor que le causaba recordar a su amado Youchi.

Ella luchaba para no llorar frente a su madre, debía mostrarse fuerte para ella.— ¿Sigue con vida? —su madre sonría con frustración. ¡Por supuesto que ese asesino seguía con vida!