(Carlos)
- Bien, ayúdalo. Pero te advierto, que aquí, quien saldrá lastimado serás tú, no él, así que deberás dejarlo tres días antes de que se cumpla el lapso de su trato, no más, no menos -su voz seguía tan lejana como siempre, pero esta vez no sonaba tan vacía, tenía un ligero tono de tristeza, del que no sabía el por qué.
- ¿Enserio? -le pregunte sorprendido, mientras intentaba acercarme a él.
- No des otro paso -se alejó el doble de lo que yo me había acercado, como siempre que estaba a más de un metro de distancia de él.
-Ya, tranquilo. Solamente te quería abrazar en agradecimiento, pero veo que nuevamente, no se podrá -le mencione sonriendo con tristeza.
- Sabes cómo puedes agradecerme -me dijo mientras veía que sacaba sus manos de los bolsillos de su chaqueta.
- Pero eso no es justo, no me dejas verte la cara, no puedo tocarte ni el cabello, no puedo acercarme a ti a menos de un metro, y cada vez que no matas a alguien que gusta de mi me pides lo mismo, sabiendo que no es real y no puedo hacer nada en tu contra -le mencione frustrado, pues no es justo que me pida un beso, si esto era un simple sueño.
- Estoy siendo amable, y además es tu mente, no la mía
- ¿Pero no puedo abrazarte al menos una vez? -hable con tristeza.
- Lo harás pronto, ya es tiempo de que me conozcas, pero no podremos seguir juntos -agacho la cabeza.
- ¿Me has monopolizado todo este tiempo para que me digas que cuando te conozco, no podremos ser una verdadera pareja? -cuestione completamente frustrado.
- Si -susurro.
- ¡¿Por qué?! -me exalte, no podía dejarme después de que me enamorara.
- Así han sido reprogramadas las cosas, no se suponía que ocurriera cierto hecho, y por ello ahora debo irme, y tu como mi alma gemela debes entenderlo -me irritaba no poder acercarme, no poder hacer nada más allá de lo que qué mis sueños me permitían, o mejor dicho, de lo que él le permitía a mis sueños.
- Pero si soy tu alma gemela debemos estar juntos -le solloce, pues desde hacía segundo que había comenzado a llorar.
- No todas las almas gemelas se quedan juntas, tú debes estar con la persona a la que estás unida por el hilo rojo del destino -no cambiaba su voz lejana.
- ¡No quiero eso! -le grite, pero me arrepentí al ver que unas silenciosas lágrimas llegaban hasta el suelo.
- No es opción Carlos, yo me iré en un tiempo, y tú debes continuar, con todo -me dijo antes de desvanecerse, alejándose de mí, sabiendo que pronto se iría para siempre.
Y yo no pude hacer más que llorar. Odiaba llorar, odiaba ver llorar a la gente, odiaba las lágrimas, pues me recordaban a todas las veces que Víctor lloro frente a mí, y no pude hacer nada para calmarlo.
Víctor siempre estuvo conmigo acompañándome en mis sueños y pesadillas, solamente ahí no estaba solo, pero desde que les conté a los demás sobre él, se alejó de mí. Algunas veces lo vi llorar por mi culpa, otras veces no sé por qué lloraba, pero yo nunca pude hacer nada.
***
(Marcos)
- ¿Está hablando con él? -me pregunto Diego al regresar a la cocina.
- Si -le respondí con la mirada baja- ¿crees que deberíamos decirle la verdad? -susurre.
- Sabes que no podemos, el doc. . . -
- No me refería a decirle la verdad a Carlos, si no a Ale -le corte antes de que comenzara a decir cosas en voz alta, que ahora no me apetecía escuchar.
- ¿Qué debemos decirle? ¿Qué la persona de la que ahora es novio estaba a punto de curarse hasta que el llego con sus suplicas de que fueran pareja? -dijo burlón e irónico.
- No. . . solamente decirle que tenga cuidado, sabes que aún tiene problemas para controlarlo, y no puede evitar imaginar que no es él quien “entra” a la mente de las personas explique.
- Pero debe decirnos el por qué lo ha forzado a esto, no es justo que haga todo estopor nada -me dijo enojado, después de haber procesado mi argumento.
- Dudo que sea por “nada”, no lo conozco, pero sé que no es mala persona -le dije, sabiendo que no me creería del todo.
-Y así quieres que no lo intente matar -suspiro- pero bien, él nos dice el por qué lo quiere cerca y nosotros el por qué lo queremos lejos -me concluyo, mientras se levantaba de la silla en la cual había estado sentado.
- No es mi culpa que seas tan celoso -
- Ya, ya. Hay que ir por él -dijo mientras salía, para comenzar a subir las escaleras que daba el segundo piso, intentando llegar al cuarto de invitados.
- No es buena idea que lo molestes -le pare, sujetando el cuello de su camisa.
- ¿Tan grave era lo que hablaban? -me dijo volteándose, quedando de frente a mí.
- Murmuraba algo sobre que no le dejara, y estaba recordando todas las veces que lloro -le dije, recordando la imagen de mi amigo comenzando a llorar entre sueños.
- ¿Sigue hablando en sueños? -me soltando una ligera rosa, a lo que recibió un ligero zape de mi parte.
- No te burles, sabes que eso ayudo a su recuperación -le recordé, defendiendo la extraña costumbre de mi amigo de hablar en sueños.
- Bien, bien. . . y pensar que solo quedaban dos meses de tratamiento -divago con expresión triste, y yo no pude evitar tener la misma sensación.
- Ya, no recordemos eso. Hay que pensar como decirle a Alejandro sobre la enfermedad de Carlos -dije suspirando.
El asintió. Sería difícil explicarle a Ale sobre las alucinaciones de Carlos, y el tiempo que estuvo en tratamiento, pero si no queríamos que cayera de nuevo en lo mismo, debíamos hacerlo.
No fue grave la primera y única vez que paso por eso, pero como lo dijo su psicólogo, “hay que cuidarlo, pues una recaída le puede afectar mucho más que el primer ataque”.
Ahora solo quedaban en su mente las pocas secuelas de ese ataque, pero seguían afectándolo, y no se podía evitar, pero era mejor que estuviese como ahora, en lugar de estar con el psicólogo seis horas al día, drogándose cada dos horas.
Holawas :3
Si al principio parecía que habría magia y cosas místicas en esta historia(creo que así parece)… pues no. Simplemente son misterios que se resolverán muy pronto. Últimamente me ha dado por ser misteriosa, y algo más bipolar de lo normal.
Pero bien, ¿qué opinan? ¿Qué está sucediendo?
Ya dejo de quitarles tiempo xD Nos leemos pronto.
Les aprecia:
-SS
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Miénteme [Yaoi] {En revisión ortográfica}
Teen FictionAlejandro ha pasado por una vida bastante difícil, y con el tiempo se ha vuelto alguien sin ningún tipo de autoestima. Nada le parece en su monótona vida, y no tiene a nadie que lo ayude a salir de su abismo. A su madre le ofrecen un nuevo trabajo a...