Era miércoles y yo iba a mis clases habituales en la academia, las cuales se habían vuelto una de mis favoritas, cuando voy llegando al salón de clases, veo que está esa perra sarnosa que tenía Felipe de novia, se lo estaba tragando literalmente, lo único que le faltaba a la maldita esa era empezarle a sacar la ropa ahí mismo, maldita perra sarnosa… me retiré en silencio para dejar que disfrute de los últimos momentos con Felipe, mi profesor.