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El día siguiente había llegado, los invitados habían comenzado a llegar. Edward hablaba con Alphonse cerca de la ventana, a le veía muy animado. Havoc se apresuró a abrir la puerta en cuanto sonó el timbre, Roy había llegado. Fué bien recibido por Jean.

Por su parte, Alphonse había puesto una cara rara, pareciera que había visto un muerto, Edward lo notó y volteó hacia donde Alphonse. Le vió, suspiró para calmarse. No es que tuviera sentimientos por el azabache, si no que todos los sentimientos encontrados se juntaban en su estómago haciéndole sentir nervioso. Después de todo, eso ya estaba en el pasado.

Caminó junto a Alphonse y éste le dejó al lado de Havoc, abrazó al chico. Edward no se sentía incómodo, tan solo raro.

—Hola Edward.— saludó Roy con el riesgo de ser ignorado, pero no fué así. Vaya que el chico había cambiado para bien.

—Hola Roy, ¿Cómo estás? ¿Quieres tomar algo?— Ofreció y Jean sonrió, entonces Edward se separó de ambos adultos y fué por la bebía que había ofrecido, se la dió y continúo al lado de Jean sin interrumpir la conversación.

Otro conocido de Roy, le abordó y la plática entre la pareja y él se truncó.

Aunque lo ocultan bien, Roy no había dejado de amar ni un minuto a Edward pero a la vez estaba feliz por él. Los observó de reojo abrazarse y darse un corto beso.

Edward desde ese día no había cruzado ningúna palabra con Roy, casi no sabía nada de él, pero parecía estar bastante bien. Así que no tuvo otra razón para acercarse. Sin embargo la noche pasó lento. Y con el pasar del tiempo los invitados a iban, excepto Alphonse y Roy, ellos se habían quedado. Roy platicaba con Havoc y Edward con Alphonse.

—¿Estás bien Ed?—

—¿Qué te hace pensar que no?— sonrió amplio, sin duda Edward había progresado mucho, entonces decidieron unir sus pláticas, los cuatro hablaban de cualquier tema interesante, entonces Alphonse tuvo que partir. Dejando al trío solo.

Hablaban normalmente, el tema no era tocado.

Después de la fiesta, los tres se volvieron a frecuentar, para salir, jugaban videojuegos, iban a bares, hacían cosas juntos. Y debido a la relación que llevaban Edward y Jean, les era fácil comportarse como amigos cuando estaban con Roy.

—Amor, nos vemos a las 3 en la plaza, con Roy.— Edward se preparaba para salir con su novio y su amigo. Estaba en el lugar y en la hora acordada, Mustang no tardó mucho en llegar. Comenzaron a platicar sobre un videojuego. Edward comenzaba a sentirse confundido.

A Jean le había pescado un monstruoso tráfico, así que demoró bastante en llegar.

—Edward, sé que todo ya es pasado pero aún así. Nunca me disculpé contigo.— abordó el tema el adulto.

—Lo sé Roy, y no tienes nada de qué disculparte, me hiciste más fuerte, aprendí la lección y de paso me enamoré de nuevo.— confesó con un hermoso sonrojo en sus mejillas. Sabía que era tiempo de hablarlo, aunque sea pasado, hay cosas que no le quedaron claras. Esta era su oportunidad para resolver sus dudas.

—Fuí muy cruel, pero yo también sufrí.—

—Y que lo digas, alcohólico.— se rió bajito, se sentía bien al soltar todo ese peso en esa plática. —Honestamente yo también. Tenía pensamientos absurdos en mi mente, todo me iba de mal en peor. Pero Jean nunca me dejó solo.— las palabras comenzaban a atorarse en su garganta. —Gracias a él no estoy en el hospital o muerto.— se rió nervioso.

Can't Get You Out Of My Head.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora