[F I N A L]

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La tarde pasó en silencio, Edward no quería hablar con el tema, y Roy no insistió después de el segundo: No. Tan solo se quedó a su lado, preparó su comida. Y alguna otra cosas que necesitaría para el día siguiente, después de todo apenas era miércoles, la semana aún no terminaba. A pesar de que Edward necesitara un descanso emocional extenso.

El chico se levantó de inmediato, mirando como el hombre estaba a punto de partir, comprendía que no compartían la casa, que aún era pronto para hacerlo, pero de todas maneras se levantó y le abrazó por la espalda con poca fuerza.

-Quedate... Sólo hoy, no quiero dormir solo, por favor.-

En voz bajita casi suplicó, Roy se giró y correspondió ese tan necesitado abrazo, dió un par de besos en su frente, comprendía después de todo, la revolución de emociones que en éste momento pasaba el chico.

El problema de haber tenido una relación tan temprana era: Edward no tenía ni una sola experiencia amorosa, sentimental o algo que se le parezca, Roy había sido su primero en todo.

Su primer amigo, su primer enamorado, su primer novio, amante... De igual manera, su primera ruptura amorosa.

Cosa que Roy, tenía. Pues en el pasado, se había catalogado entre las mujeres de su empleo: como un mujeriego. Aunque ninguna de ellas lograra obtener la atención de Mustang, por más de una noche.

¿Quién diría que fuese un niño quien logró la total atención de Mustang?

-Dime de nuevo la historia.-

Pidió el muchacho, una vez sentado en el sofá, cubiertos con una manta.

-¿De nuevo? Esa historia ya la sabes al derecho y al revés, Ed.-

Mustang sonrió, pero aún así comenzó con su relato, el niño entre sus brazos se preparaba para escucharlo atento.

-La primera vez que te vi... Habías ido a mi oficina a pedir una oportunidad como practicante profesional. Yo nunca había recibido a alguno, si no hasta que noté lo hermoso que eras y te di la oportunidad. Después de todo, también te ayudé y me ayudaste. Fuiste mi amigo, mi ayudante y al final del periodo impuesto... No te dejé escapar, aunque era un niño. Todo lo que hacías y la manera en que lo hacías, me gustaba. No te falté al respeto, esperé pacientemente porque cumplieras un par de años más. Mismo tiempo, que te llevaba a lugares, restaurantes, de paseo. A dónde tú quisieras.-

Hizo una pausa para admirar los ojos de genuino cariño, con los que miraba al mayor. Dió un pequeño beso en sus labios y después continúo.

-Siempre que veía tu sonrisa, me sentía aún más afortunado de ser yo quien la causara. Aunque tú carácter agresivo fué un problema, al principio. Después de un año de relación seria... Por fin pude tocarte como anhelaba hacerlo desde que te ví. Solo que mi conciencia advertía no hacerlo y esperar. No quería hacer algo que te lastimara, jamás. Fué mi cumpleaños ¿Lo recuerdas? Estabas nervioso y temblando, a pesar de que tuviste la iniciativa, terminé haciendo todo el trabajo.-

Edward comenzaba a sentirse adormilado, entre sus brazos, el calor, y la historia que le encantaba escuchar.

-Luego, comencé a esperarte fuera de la escuela y llevarte a casa, tan sólo para verte más veces a la semana. El amor nunca menguó. Y jamás lo hará Ed, puedes dormir tranquilo pensado en eso.-

Abrazó bien al niño, que ya estaba bien dormido después de eso.

-Y siempre me aseguraré de que lo sepas.-

Edward abrió los ojos por unos segundos y le sonrió.

-La Canción...-

-¿También la canción?-

Volvió a cerrarlo, con la confianza de que él se la cantaría incluso si estaba dormido. Nadie lo sabía, más que Edward, pero Roy, tenía una muy bella habilidad para el canto.

"-Dejame entrar, para sentirte más.

Y qué me puedas dar... Luz cuando no hay nada más, en que ocupar, mi soledad.

Una vez más, puedo sentir que soy Parte Del Sol... Parte de tu silencio.

Hay que olvidar lo que nos hace mal y no disimular, que no nos conocemos...

Te iluminas con tu propia luz... En un instante.

Cambias de color tu alrededor...

Solo tú y yo, no necesito más para sentir calor, para sentirme vivo.

Hay que olvidar, lo que nos hace mal y no disimular que no nos conocemos...

Te iluminas con tu propia luz... En un instante.

Cambias de color tu alrededor.-"

Continuó cantando la misma canción un par de veces más, estrechando al niño entre sus brazos, cargándolo para llevarlo a la cama. Su promesa se cumplió, durmió a su lado esa, y la demás noches, de muchos meses, de muchos años.

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Se acabó amigos. c:
Gracias por leer y seguir la historia, les dejo hasta a arriba la canción. Para que chillen.

Gracias por leer, una vez más se está horneando una historia más.

Can't Get You Out Of My Head.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora