No huyas de mi *3*

"ALÉJATE DE MI"

TJ conduce a una velocidad poco prudente... y me asusta.

- TJ... por favor... reduce la velocidad o nos matarás a ambos...

Veo como me mira de reojo y se relaja un poco. La velocidad disminuye hasta los 80 km, menos mal.

Miro por la ventana y veo que no se donde demonios me está llevando... sin querer acabo durmiéndome apoyada en la ventanilla del coche.

En cuanto siento que alguien me carga abro los ojos de golpe. TJ me mira sorprendido mientras cierra la puerta del coche.

- Perdón, te he despertado?

Niego y miro a mi alrededor. Le veo caminar hacia la enorme casa que hay frente a nosotros. Le miro sorprendida y el rueda los ojos divertidos.

- Ni un comentario... que te veo las intenciones.

Me callo con una sonrisa y en cuanto llegamos a la puerta me bajo de sus brazos.

Le veo introducir la llave, un código y una prueba ocular. Vaya con el nivel de seguridad...

Cuando la puerta se abre me hace pasar. Entro algo cohibida debido a la inmensidad de la casa. 

- Tranquila que la casa no muerde

Me sonríe y se revuelve el pelo mojado por la llovizna que caía al salir del coche.

- Tyler?

Veo que chasquea la lengua y me fijo en el hombre... adulto... adolescente... que edad tiene esta persona?

- Papa... gracias

PAPA!? ESTE... LO QUE SEA ES SU PADRE!?

- Por favor, no dejes a tu invitada en la entrada. Por favor pasa, debes estar congelada.

No me había dado cuenta de que estaba tiritando hasta que lo ha dicho.

- Me llamo Stephen James, soy el padre del mocoso este.

Me río.

- Encantada, me llamo Noa.

Nos estrechamos la mano cuando siento una mano en mi hombre algo... posesiva?

- Papa, si no te importa llevare a Noa al baño para que tome una ducha caliente.

- Claro, adiós Noa.

Me despido y camino hacia el piso de arriba tras los empujones de TJ.

- Pero a ti que te pasa?

- A mi nada mujer... pero no quiero seguir viéndote tiritar.

Asiento y le sigo hasta el que muy probablemente sea su cuarto. Abre la puerta y me sorprendo ante la sencillez y el orden que coexisten en esta habitación.

- Has acabado de registrar mi cuarto? Tienes el baño en esa puerta, hay toallas limpias. 

Asiento y me dirijo hacia la puerta del baño.

- Y... puedes coger lo que quieras del armario para dormir esta noche.

Voy a darle las gracias, pero cierra la puerta dejándome sola en su habitación.

Voy a entrar en el cuarto de baño cuando siento una opresión en el pecho. Salgo de la habitación de TJ y miro a los lados. Hacia el fondo del pasillo hay otras dos puertas.

Camino hacia ellas y me paro en la primera. Una puerta doble de color blanco... porque tengo el corazón acelerado?

Apoyo la mano en el pomo de la puerta y giro la muñeca...

La puerta cede dejándome ver lo que hay en el interior. Una mesa, una biblioteca personal... y un gran ventanal.

Observo la habitación con atención hasta que diviso un marco de fotos. Me acerco a la mesa y giro el marco...

Miro con sorpresa las dos personas que se encuentran... una mujer y un niño pequeño.

Doy la vuelta a la mesa y me siento frente al ordenador que hay. 

El niño es sin duda TJ, pero la mujer... será su madre? Y de que me suena tanto?

Muevo el ratón del ordenador sin querer haciendo que se encienda la pantalla. Miro atentamente toda la información hasta la última noticia... 

- Has terminado de cotillear?

Levanto la mirada asustada y me encuentro con TJ apoyado en el marco de la puerta.

- TJ yo...

- Puedes bañarte si quieres, yo voy a dormir ya.

Veo que se va dejándome sola en esa habitación que tanto dolor parece causarle. Me levanto corriendo y cierro la puerta para seguirle hasta su cuarto.

Cuando entro la luz de la luna da directa a su cama... y ahí se encuentra él, tumbado, mirando al techo, apretando la mandíbula con fuerza.

Cierro la luz del baño y me acerco a él lentamente. En ningún momento me dirige la mirada... he abierto viejas heridas.

Hundo mis rodillas en su colchón y gateo hasta quedar encima suyo. Ni se inmuta, pero puedo ver sus ojos aguados...

Acaricio su cara y le obligo a mirarme lentamente.

- TJ...

- Deberías alejarte de mi Noa, no soy bueno para ti.

Sigo acariciando su cara, observando tiernamente sus rasgos.

- Ni yo lo soy para ti...

Y sin saber porqué, en ese momento me inclino y beso sus labios.

Esos labios que serán mi perdición.