Capítulo 5

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Este capítulo ya lo tenía escrito hace cuatro meses con la ayuda de Jasiel-sama, pero apenas me dieron ganas de subirlo XD

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Hunter se encontraba en la oficina del director, sentado esperando a que llegara alguien, de repente llegó cierto castaño con un semblante serio.

El azabache solo vio la expresión de su padre para luego voltear a otro lado.

El castaño suspiró para luego mirar con tranquilidad al joven.

—¿Cuantos años tiene que no pasaba esto? —dijo el castaño.

—Unos ¿10?... —contestó el joven sin mirar a su padre.

—Hunter... —dijo el castaño con un tono de regaño —¿Esto era necesario?, tú bien conoces tú condición.

—Lo sé papá, pero... ellos me provocaron.

El castaño suspiró para luego ver a su hijo.

—Quien sea que te haya provocado no te da derecho a hacerle daño.

—Yo sólo me defendí —contestó el azabache.

—Más que defensa lo quieras humillar...

—Él se lo buscó de todos modos, yo me estaba retirando cuando el apareció... —dijo el chico.

—Hunter, con un gran poder viene... —dijo el castaño mientras el joven desviaba la vista —No me ignores y repite conmigo.

—Papá... no enfrente del director...

—Te voy a dejar sin tu PlayStation si no lo dices. —dijo con firmeza el hombre poniendo alerta al joven.

—Con un gran poder, viene una gran responsabilidad...

—Listo que bueno que lo dijiste —dijo Issei cerrando los ojos con una sonrisa de satisfacción —Aun así, te voy a quitar tu consola.

—¡No es justo! ¡yo me la compré con mi dinero! —Repeló Hunter.

—Eres menor de edad y yo soy tu padre así que harás lo que yo diga.

—¡¡¡Papá!!!

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Se podía ver a cierta peli plata caminar por los cuartos de su hogar mientras se mostraba inquieta.

Issei veía un poco extrañado el comportamiento de su esposa.

—Rose, ¿sucede algo?

La mujer no contestó mientras seguía en su propio mundo.

Issei se levantó de donde estaba, se acercó a Rossweisse y la tomo por los hombros.

—Rose, estás muy extraña ¿sucede algo? –preguntó el castaño algo preocupado.

—S-Sí, lo siento... —contestó la mujer con algo de nervios —Lo que pasa es que mi abuela viene hoy a conocerte.

—¿Enserio?, eso es bueno. –dijo el hombre con alegría.

—S-Sí...

—No te veo muy animada, ven hay que preparar las cosas para su llegada —dijo Issei con una sonrisa.

El hombre tomó la mano de Rossweisse para guiarla a la sala.

Issei sento a Rossweisse a un lado de él y saco una libreta empezando hacer una lista.

Mi esposa es una ¡¿Diosa?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora