Ayudando a Adrien...

6. La Buena Aliada

Ayudando a Adrien

VI

La Buena Aliada

...

Alya se sacó los lentes y se apretó el puente de la nariz, era bastante tarde cuando Marinette llegó a su casa y aunque pensaba ir corriendo por el pote de helado, llegó con tal sonrisa que la preocupó.

—Pensé que ibas a llegar con el corazón hecho trocitos —se sinceró la bloggera.

—Probablemente lo esté, pero es tanta la emoción que siento en este momento, que creo que no me duele para nada... —contestó Marinette, abrazando a su amiga.

—Ya, cuéntame, ¿Qué pasó?

—¡Fuimos a Disneyland! —exclamó al separarse de su amiga, elevando los brazos en alto—. Fue maravilloso —buscó en su mochila un sobre y se lo pasó, dentro habría más de veinte fotos.

—¿A Disneyland? —Alya la hizo pasar para que se sentara en el sillón junto a ella, para revisar las fotografías.

—Sí, dijo que era por la ayuda dada...

—Si tú crees sus mentiras... —susurró Alya poniendo los ojos en blanco, pues al ir pasando las fotos, no había ni una de ellas que pareciera de dos amigos divirtiéndose, todas gritaban "son un par de ciegos enamorados" por todos lados.

—El lugar era de ensueños, Alya —comentó Marinette con las manos en su pecho—. Único y mágico....

—¿Y esto? —preguntó, Marinette rápidamente se las quitó de las manos con una sonrisa tonta en los labios.

—Le comenté a Adrien que me recordaba a Rapunzel —dijo mirando la fotografía del chico junto a la princesa mencionada—. Así que cuando la encontramos le pedimos una foto. Fue divertido, claramente —tomó otra que tenía Alya en sus manos—. Yo después fui y busque a Eugene para nivelar la cosa —terminó la frase con una risa que preocupó a Alya, ¿iría por el helado o no?

—Adrien se ve enojado mientras te ve con Eugene —Alya observó la foto con curiosidad, pero Marinette negó con la cabeza.

—Claro que no —e ignorando todo lo demás, siguió mostrándole fotos hasta que éstas acabaron y con ella la emoción exagerada de Marinette, Alya dejó las imágenes sobre la mesa de centro de su living y extendió sus brazos para abrazar a su amiga.

—Mi Marinette —y cuando la mencionada volvió a estar entre los brazos de su mejor amiga, botó todas las murallas y dejándose llevar, simplemente lloró.

...

Adrien estaba acostado en su cama, revisando las fotografías que tenía en su celular, aquel día había tomado demasiadas y la sonrisa no se le iba de sus labios en ningún momento.

—Lo estás haciendo otra vez... —susurró Plagg, mientras terminaba de comerse un trozo de queso.

—¿Qué cosa? —preguntó, sin mirarlo.

—Babear mirando las fotos de tu buena amiga...

—Claro que no —protestó, sentándose—. Solo que me parecen muy divertidas, nada más.

—Oh, sí, claro —dijo el Kwami sin mirarlo—. Por eso le sacas tantas fotos a Kagami y pasas todo el día viéndolas, ¿Verdad?

—Plagg —protestó.

—¿Qué? —preguntó inocentemente—. Solo te estoy remarcando lo obvio, ¿no lo crees? Mira tu Instagram, lleno de fotos de Kagami, pero no te veo todo el día observando sus fotos con cara de cordero a punto de morir como ahora con Marinette, eso no pasaba desde Ladybug.