• Siempre seré tu ama • |Gilgamesh x Tú|

Capítulo 03: Un día de relajación, ¿cierto?

Narrador omisciente:

Finalmente, un día en que la Keinko pudiese relajarse.

El agua de aquella piscina brillaba ante el brillo que el sol le proprocionaba. El agua era cristalina y su diseño sin duda era hipnotizante como para haberse hecho en tan poco tiempo. Tenía ahora en claro que no debía subestimar a los hobreros de Gilgamesh que tenía de confianza en su castillo.

Pues, desdé que pequeño Gilgamesh se había quedado a hospedarse en la casa que ella se establecia; la situación en como vivia ahora era algo de otro nivel. Mucho tenía con ver de cuando en vez al amo de Mash pero, ahora que el pequeño rubio hacía lo posible por que el albino no se le acercará mucho podía llegar a estresarle un poco. Aunque, tampoco no era solo eso. Pequeño Gilgamesh no podía separarse de ella.

Claro, no le molestaba que el pequeño estuviera siempre con ella pero, el problema en que consistia su apego (y si que gran apego), era que el niño aveces no soltaba a la pobre de la Keinko como para que pudiese movilizarse bien. Era como si ella fuera alguna clase de peluche adante que debía ser alejado del albino como si fuera alguien muy malo a toda costa.

Por otra parte, había momentos en que la compañía del menor era realmente agradable. En los momentos en que ella debía limpiar debido a que no se le había asignado algún encargo por parte del rey del lugar, simplemente se quedaba a limpiar con la compañía del pequeño rubio. Aunque, _______ siempre trataba de hacer las cosas justas en la limpieza entre ambos, la determinación y obstinación del menor siempre le ganaban haciendo él el que limpiase más. Mucho más.

Cuando caía la noche, ambos dormían en un futón que el rubio mayor había traído al día siguiente para ______, lo que hacía pequeño Gilgamesh era escabullirse en las noches para poder dormir al lado de Keinko y así poder estar más tranquilo en cuanto a Merlín. La Keinko sabía lo que el pequeño hacía pero, la calidez que le daba al estar medio consciente, hacía que simplemente ella se volviese a dormir por lo acojedor que era ese preciado calor.

—La piscina en serio que no está nada mal. —Pronuncio ____, acomodándose un poco el traje de baño de una pieza que tenía puesto.

—Así es, créeme que prepare con mucho esfuerzo esto. Bueno, solamente me costo convencer a Gilgamesh para que pudiese aceptar. —Habló Merlín con una ligera sonrisa mientras estaba metido en la piscina mirando a Keinko desde su posición.

—¿No crees que deberíamos invitarlo?... ¿Tú que opinas, Gil? —La peli_____ guió su vista al niño rubio que estaba a su lado, llamándolo con el apodo que ella le colocó.

—Realmente me da igual pero, si tú quieres que este con nosotros, adelante. Yo me quedare aquí para estar al pendiente. —El apodado Gil, levantó su pulgar en forma de aprobación y confianza para que la chica no se sintiera mal o presionada.

—Gracias. Entonces, iré a buscarlo. —Ella se dio media vuelta para comenzar a ir en dirección al castillo del gobernante.

Sin embargo, cuando estaba por tomar el atajo que Merlín le había enseñado hace un par de días para llegar con más rápidez al lugar, la voz del albino se hizo presente.

—Espero y logras convencerlo. Aún así, no te des por vencida ante sus primeras palabras. —Ante esas palabras, él suspiro y se hundió en el agua recibiendo poco después algunos reproches de pequeño Gilgamesh.

La Keinko simplemente asentido en silencio para continuar su rumbo en dirección al castillo del rubio.

(......)

La Keinko finalmente había entrado al castillo de Gilgamesh. Se había logrado escabullirse por el lugar, evitando cualquier guardia que estuviera cerca de su posición consiguiéndolo sin problema alguno. Ella se posicionó detrás del trono del rubio en el momento en que vió que él solo estaba ahí sin nadie, leyendo algunas cosas seguramente de su población. Con delicadeza y tranquilidad, _____ llevó sus manos hasta los hombros del rubio haciendo que éste soltará un quejido y sacará sus cadenas para enrollaran con rápidez a la chica, elevándola hasta dejarla en una posición en que la pudiese ver.