• Siempre seré tu ama • |Gilgamesh x Tú|

Capítulo 4: Un viaje dulce.. ¿O no? |Parte 01|

Narrador omnisciente:

Una mañana algo extraña. No, de hecho, completamente extraña y fuera de sí.

¿Cómo era posible que el rey de Uruk estuviera de tan buen humor?

Las mirada que abarcaban Fujimaru, Mash e ________ quienes estaban siendo embarcados por uno de los pedidos que el rubio les ordenó ejecutar como uno de sus trabajos, decidió acompañarlos. Gilgamesh haciendo tal tipo de cosas y, ayudando a ellos era algo... Muy poco inusual. Si bien desde que habían llegado a Uruk nunca vieron tal comportamiento de buen humor del rey, la Keinko lo había apreciado un poco, a su manera claro está. Sin embargo, el que ya fuera nuevamente justo el mismo día de la semana en que presencio esos cambios del rubio cuando estaban en la piscina, nuevamente se presentó el mismo día de la semana que hoy abarcaba.

¿Gilgamesh estaba jugando alguna clase de broma?

—Oye, _____. ¿Que se supone que haces? Ésto es un viaje, deberías mirar los alrededores. —Gilgamesh interrogó a la chica, sonriendo de oreja a oreja levantando sus brazos en forma de exclamación.

Pues, desde que todos los individuos habían dado esa caminata antes de entrar al carruaje, la Keinko no se veía para nada de humor. Una mirada más inexpresiva e sombría de lo normal abarcaba su rostro e, sus ojos por alguna razón, hasta se veían propanar cierto rojizo intenso cual la sangre. Como si quisiera matar algo o torturar algo que fuese lo que sea que estuviese en su camino. En medio de ese trayecto, ella compró un libro con algo de dinero que le había dado Merlín.

Oh, si. El mismo Merlín flojo que todos conocen.

Cuando ella logró coger ese libro, el resto del camino que era faltante, se la paso solo leyendo y leyendo. No levantó la mirada en ningún momento y, lo que era su anterior semblante incluso, había logrado calmarse un poco solo por tal lectura y no concentrarse en nada más.

—N-no es por interrumpir, pero... Keinko-senpai.. ¿Usted se siente bien? Si se siente mal, no debería haber venido con nosotros en el viaje. —Mash guío su vista hacía la chica sintiendo un deje de preocupación por la salud e mentalidad de la misma.

—No te preocupes, solo algo me molesta. —Ella respondió poco después, cerrando el libro para posar su mirar sobre el rubio, —Por cierto, Gilgamesh... ¿Por que exactamente nos acompañas aquí? Pensé que debías hacer cosas en el reino. —realmente no necesitaba saber pero, de igual forma preguntó.

Quizá era solo para no prestar atención a su alrededor.

—No debes preocuparte por eso, le dejé lo que sobraba a mí asistente. Ella se encargará de todo. —Infló su pecho sonriendo con cierto orgullo e confianza con la decisión que había tomado.

El semblante de la pelirosa y el pelinegro cambiaron por completo a uno preocupante al imaginarse tan solo la escena de la repentina aparición del rubio al dejar sola a su mano derecha con seguramente un montón de papeleo.

—Pobresita.... —Es lo único que pudo Murmurar Mash, recibiendo un asentimiento de su amo.

Después de aquel suceso, Fujimaru miró de reojo a ambos individuos que iban detrás, preparandose para hablar y no incomodar a nadie. Más que todo por _______ al saber la relación que tenían. Aunque claro, no es como si él hubiese tenido la culpa de algo, al contrario, quería saber por que la actitud tan distante que presentaba la Keinko hacia él.

—U-uhm... Entonces, nos gustaria saber por que decidió acompañarnos. —El Ritsuka habló, mirando nuevamente hacia al frente escuchando un leve ruido por parte de Fou.

La Keinko ni si quiera aparto el rostro del libro que compró.

Gilgamesh lo miró, ante las palabras que el azabache simplemente soltó. La Keinko en sí ya había preguntado parte de eso antes, pero no dió una respuesta más definida a sus verdaderas razones por así decirlo.