Naranja

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Ambos estaban parados, apreciando con sorpresa lo que ahora sería el hogar de Steve; no era una casa realmente alucinante, sólo tenía un piso, un muy pequeño patio y una cerca descolorida, pero lo que realmente apreciaban era el color de esta

—Naranja...— Susurró Steve

—Sí, naranja

Y justo así, como lo dijeron, la casa era de color naranja y no un naranja clarito, sino uno intenso, un buen naranja calabaza, que por alguna razón combinaba muy bien, con otro color que Steve ya conocía también, café chocolate, él cual era el color del armazón de la ventana y de la puerta; el frente era rectangular, aunque la casa en general tenía una forma como si de un L mayúscula se tratara, con la puerta en el centro y viéndola de frente con una sóla ventana a la izquierda

—¡Tomemos una foto!

—¡¿Qué?!— Reaccionó Steve una vez que había sido jalado hasta la pared de la izquierda por el menor —¿Una foto?

—¡Sí! Tu casa es muy bonita. ¿Tienes celular?

—Hum... Sí— Steve saco el artefacto y se lo tendió a Tony —Aquí está

—Bien, ponte ahí— Tony se alejo para tomar una buena foto pero fue detenido

—No, espera...

—Oh... Vamos. ¿No quieres una foto?

—-No

—¿Por qué?

—No creo que sea necesario

—Claro que lo es, un recuerdo de tu primer casa fuera del ejercito

—Hum...

—¡Ya sé!— Comenzó a teclear algunas cosas en el celular mientras caminaba hasta el dueño de este —¿Vez esto?

Steve trago grueso —Sí...

—Es mi número. Solo lo guardaré, si te dejas tomar una foto, ¿bien?

—Bien

Tony sonrió complacido y volvió a su posición anterior. Steve no sabía que hacer pero sólo sonreía un poco para las fotos, estaba muy nervioso, pero era una buena oportunidad para conseguir su número; Tony no tomo muchas fotos y luego volvió con Steve, le iba a dar el celular, pero entonces tomo del hombro a Steve y junto a él se tomo una selfie, no sólo una, sino varias, con los dos dedos levantados, en amor y paz detrás de la cabeza de Steve, sonriendo, riendo, sacando la lengua, haciendo muecas raras, eran más fotos así, que las que Tony había tomado sólo de Steve. Le devolvió el celular después de terminar la seción

—Tony... ¿No quieres, no quieres entrar?

—Gracias, pero no. Te conté cómo son mis padres, debería de irme ya

—Hum... Bueno— Comenzó a caminar, pero pronto otro llamado de Steve le haría detenerse y girar a verle —¡Tony! Mañana, ¿podemos irnos juntos a la escuela?

Tony rió —¡Claro! Yo paso por ti, ¿bien?

—Bien

El Color De La Adolescencia {Stony}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora