Toxic «Yoonmin»

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—¿Y esas maletas?

Sábado 1:05 Pm, el clima era como él infierno y puto estomago me gruñía, me apresuré a llegar a casa con la esperanza de descansar y comer lo preparado por mi lindo novio, pero no... Mi cabeza empezó a palpitar dolorosamente cuando llegué a ver él enojado rostro de Jimin y sus evidentes ganas de comenzar una pelea.

Necesitaba un jodido dia tranquilo o me iba a volver loco.

—Min Yoongi, tu mamá estuvo aquí.

—¿Y?

No encontraba razón para su enojo por eso.

—Me insultó, me comparó con tu ex novio y me amenazó, ahí están tus cosas, ve y pasa con esa bruja unos días antes que me vuelva loco.

Jimin a pesar de sus 25 años era algo infantil y grosero, le encantaba que le rogaran y llamar la atención y bueno... Yo lo amaba demasiado.

—No me iré.

Le deje en la sala y le pasé de largo para ir por algo de comer a la cocina, mi estomago pedía violentamente ser saciado y al parecer no había almuerzo preparado.

Cuando estaba en él proceso de hacerme un sándwich él hermoso chico entró pisando fuerte y de brazos cruzados... Sabia que no iba a ser facil librarme de su mal humor por lo que decidi relajarme y mantenerme tranquilo.

—No puedo darte niños.

—No soy estupido Jimin, se que eres un hombre.

Untaba mantequilla a lo largo del pan con toda la tranquilidad del mundo, evitando entrar en la desesperación.

—Tu madre me lo hecha en cara, es demasiado perversa esa mujer, ¿Por qué viene a "visitar" cuando tu no te encuentras? —Hizo comillas con sus pequeños dedos.

—Solo ignorala.

—No, estoy cansado Yoongi, entiendeme quiero tranquilidad, quiero que te vayas unos días.

—¿Que? ¿Me botas de mi propia casa mocoso?

—No es la primera vez.

Me estaba conteniendo demasiado, solté él cuchillo y abandone mi labor para centrarme en él pequeño caprichoso que me observaba con ojos llorosos, la eterna víctima, Para Jimin.

—Vete tu.

—Es mi casa.

—También es mia.

Sonreí triunfante cuando se vio acorralado y titubeante en lo que me iba a responder.

—Bien, me voy Min Yoongi, pero no quiero saber nada más de ti.

—Eso espero...

—Maldito.

Escupió eso ultimo para darse la vuelta con agresividad y caminar a nuestra habitación totalmente indignado, no iba a dejar que Park y sus berrinches me arruinaran mi almuerzo y mi proxima siesta.