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—Muy bien, Jinie

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—Muy bien, Jinie. Lo hiciste estupendo —felicitó el moreno a su dongsaeng cuando terminaron de grabar la canción que había preparado para él—. Y a la primera, como siempre. El príncipe de Corea hace todo perfecto.

Seokjin se sonrojó por los cumplidos de su mayor. No los decía en broma, Namjoon siempre se la pasaba diciendo cosas de ese estilo. Según él, así las personas se sentirían mejor y confiarían más en ellas mismas.

Basura.

—¿No crees que desafiné mucho en la última nota? Y en la segunda estrofa, no me gusta como suena mi voz con esa armonía.

—El Worldwide handsome es tan perfeccionista, ¡Estuviste increíble, Seokjin! Siempre haces lo mismo cuando terminamos de grabar algo.

—¿L-lo mismo? —preguntó el menor confundido.

—Si, buscar errores donde no los hay. Aunque te diga que todo esta bien siempre buscas algo que cambiar —respondió Namjoon sin ni siquiera verlo, ocupado escribiendo algo en su teléfono—. A veces me gustaría prestarte mis oídos para que te escuches a ti mismo y entiendas el porqué siempre estoy complacido con tu trabajo —ahora si el mayor fijó su mirada en él—. Te lo he dicho miles de veces; de todas las personas con las que trabajo tu eres mi favorito. Haces todo a la primera y siempre cumples con mis expectativas, ¡Ni con Jiminie es así!

Y ahí iba otra vez. Si Namjoon no lo estuviera viendo ya habría arrugado su cara en asco. 

El productor trabajaba con otros idols; componía sus músicas o escribía algunas letras para ellos pero era algo esporádico. Con el único que trabaja fijo era con Seokjin... Hasta que llegó Jimin.

Park Jimin, —también conocido como Mochi por sus fans, Jiminie por Namjoon y enano de mierda por Seokjin— era un chiquillo de veinte años de edad y con un futuro prometedor como idol. Cantaba y bailaba como los dioses, a parte de poseer una belleza que cautivaba a todos. Con un aegyo natural y mirada coqueta, Jimin era uno de los más renombrados jóvenes en la actualidad, pero le faltaba una vida y parte de otra para ser mejor que Kim Seokjin.

¿Y Seokjin? Oh, Seokjin lo odiaba.

A Jin le valía un campo de mierda que Jimin tuviera una voz hermosa, un cuerpo hermoso, una cara hermosa, una personalidad hermosa... en pocas palabras, que fuera hermoso. Porque él tenía que aceptarlo, Park Jimin era un joven precioso y lleno de talento. A Seokjin le valía mierda todo eso y mucho más. Lo que sí no le valía mierda era la atención que había conseguido por parte de Namjoon.

Seokjin no supo cuándo, cómo ni dónde pasó; pero de un momento a otro Namjoon no sólo trabaja fijo con él, ¡Si no que también le trabajaba a la pequeña mierda de Park Jimin!

Y sólo podía escuchar por parte del moreno los halagos hacia el menor: Jiminie esto, Jiminie lo otro, Jiminie es tan lindo, ¿Has visto a Jiminie cuando sonríe? ¡Sus ojos desaparecen!

𝗙𝗔𝗞𝗘 LOVE ៚ 𝗡𝗔𝗠JINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora