MIS DELIRIOS POR TI - THANATOS X HYPNOS

TORMENTA EN PRIMAVERA - EXTRA I

⚠️Este capítulo contiene escenas violentas no aptas para menores de edad.

Contenido ➕🔞

Las escenas pueden ser crudas, crueles o incluso provocarte náuseas. Si decides leerlo, queda bajo tu responsabilidad.

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   El reloj marcaba las 12:00 a. m. cuando Hypnos yacía plenamente dormido sobre la almohada. Sus hebras doradas se esparcían desordenadas sobre la sábana y su mente apenas comenzaba a caer en los efectos del sueño, mismos que venían atormentándole desde hacía semanas.

   —Por favor… —Se recordaba suplicando mientras lágrimas se acumulaban en sus párpados inferiores.   Podía escuchar los jadeos de su agresor, fascinándose con cada allanamiento a su intacta pureza. Apretaba los labios y ojos para sobrellevar sus gritos de dolor, aunque era evidente que se quejaba en silencio; de manera intercalada se le escapaban jadeos acompañados de gemidos que inmediatamente callaba.
   No disfrutó ni un solo segundo estando contra la pared mientras era ultrajado por el vigoroso vaivén que cada vez le tenía menos misericordia. Lo peor vino después, cuando Hades se cansó de invadir su cavidad para darle la vuelta, besándolo apasionadamente. Su boca le humedeció los labios, sabiéndole a dolor.  Al cabo de unos minutos lo observó con ese deseo inmensurable únicamente para pedirle algo indecente.
   —Arrodíllate. —Sintió como su cuerpo tembló ante su imponencia, limitándose a bajar la vista con pesar. No quería más golpes, tampoco deseaba que prosiguiera penetrándolo con tanta violencia.  Sin vacilar obedeció, inclinándose lentamente hasta que sus rodillas pisaron el suelo.
—Eso es. —Acarició a esas hebras doradas que lo enloquecían, alzándole el semblante al tomarlo de la barbilla—. Pórtate bien y abre grande. —Rozó los bordes de sus labios, apretando su mentón al mismo tiempo que lo alzaba para obligarle a verlo. Una lágrima se le resbaló de tristeza al humillado, su rostro angelical y sumiso destrozó al azabache con su dulzura, pero ya era tarde para retractarse. Hypnos abrió la boca, lleno de una nostalgia que se notó. Hades llevó a su miembro dentro, extasiándose con la suavidad de su lengua y la oscilación que pecó de rápida al introducir y sacar vertiginosamente sin cansancio.
   El ultrajado experimentó a la incomodidad en todo su esplendor, no supo diferenciar entre estar así o ser corrompido sin delicadeza, simplemente era horrible. Apretó los ojos recibiendo al blando de su intimidad hasta que un gemido placentero se le escapó a su acompañante, impregnando su lengua y garganta de algo que no supo describir.
   —Límpialo —ordenó y el dios cerró los labios, ingiriendo el líquido forzosamente, ni siquiera quiso respirar al hacerlo, le resultó repugnante tan solo pasárselo por la faringe que quiso vomitar. Mas se negó a mostrar su asco, acercándose al miembro obedeció; tuvo que tomarlo con una de sus manos, lamiendo e introduciéndoselo en la boca hasta dejarlo impecable. El simple hecho le pesó, demasiado que lágrimas surcaron sus mejillas hasta que no pudo más.
   —No llores cariño, mañana estarás bien. El dolor te va a durar 4 días si es que en verdad eras virgen.
   Su comentario solo empeoró su llanto, evidentemente era la primera vez que hacía algo como eso. Y fue obvio que no deseaba volver a repetirlo con nadie. NADIE, NUNCA.

   JAMÁS.

   Hades se inclinó hacia él, depositando un beso en su cabeza.
   —Eres realmente cautivador. Apuesto a que fascinarías a Thanatos con tus encantos. Simplemente ver tu sumiso rostro es inolvidable.
   En cuanto se fue, se quedó recargado en la pared, llorando en plenitud; estrujando su blanca túnica, humedeciéndola con sus sollozos.

   Hypnos se despertó llorando otra vez, la tristeza impregnada en su expresión daba ternura, sus mejillas rosadas y esos ojos desanimados lo hacían adorable.
   Se secó el agua con la manga de su suéter, sentándose en la cama mientras veía la hora.
   —Otra vez las 4:44 —suspiró.