Epílogo.

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Dos años después...


El viento fresco le revolvió el cabello, erizó su piel e hizo que sus piernas comenzaran a temblar débilmente. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que Briana Lee se había encontrado de pie en ese mismo lugar que no le parecía más que un vago recuerdo.

En aquel entonces las heridas que tenían su alma la habían hecho derramar miles de lágrimas, la habían vuelto mucho más frágil y vulnerable de lo que ya lo era y desde entonces no había querido volver nunca más. Prefería recordarlos de una manera diferente; una donde el dolor no fuese tan intenso y tan vivido que le erizara la piel y le rompiera el corazón otra vez.

Pero se cumplían ocho años de la muerte de sus padres y no podía seguir postergando el momento.

Inspiró profundamente y sintió un pequeño apretón de manos por parte de su novio. Llevó sus ojos hasta Joel que la contemplaba en silencio con una pequeña sonrisa en los labios incitándola a seguir caminando.

—¿Vienes...?—cuestionó la muchacha sin dejar de mirarlo.

—Si me pidieras que fuese contigo hasta mismísimo fin del mundo; sin duda alguna lo haría...—respondió obsequiándole una pequeña sonrisa.

Briana también le sonrió antes de comenzar a caminar por el solitario lugar. Sentía que en cualquier momento se desmayaría pero al menos tenía la seguridad de que Joel iba a estar con ella en todo momento, no era alentador pero era razonable.

Sus ojos se llenaron de lágrimas inevitablemente apenas llegaron hasta una lápida con el hombre de sus padres y la fecha de su muerte.

Jackson Lee. Diana Vélez. Padres amorosos y ejemplares. Los recuerda con amor; Briana.

—Hola...—susurró la muchacha.—sé que deben estar preguntándose porqué deje que pasara tanto tiempo desde la última vez que estuve aquí y realmente no encuentro una respuesta que sea lo suficientemente coherente excepto cobardía. Egoísmo.—Joel se quedó en silencio escuchándola atentamente. Sabía que ese era un momento íntimo de Briana y todo lo que podía hacer era permanecer en silencio sin intervenir.—Perdón...—agregó.—Perdón por no haber venido antes pero realmente no tenía el valor suficiente para hacerlo...cada vez que pensaba en la última vez que estuve aquí se me partía el corazón, la gente no dejaba de acercarse a mí para decirme que lo sentían pero todo era mentira. Era mentira porque nadie sabía lo que yo estaba sintiendo, nadie comprendía el dolor que había en mí y la manera en la que tenía el corazón y la vida completamente destrozado. El miedo de volver a sentir ese dolor tan intenso me abrumaba pero eso no significa que los haya dejado de querer; al contrario...los quiero muchísimo más ahora....sé que no tengo que contarles absolutamente todo lo que ha pasado con mi vida porque lo saben porque me ven desde el cielo, sé que me cuidan y que son los dos ángeles de la guarda que están siempre conmigo, porque los veo en sueños y cada sueño es más real que el anterior.—hizo una pausa.—Y sólo quería decirles que espero que se sientan muy orgullosos de mi por todas las cosas que he logrado en los últimos dos años...porque cada una de ellas es por ustedes y sobre todo por saber que he elegido bien, Joel es el mejor ser humano que he conocido en mi vida y estoy segura que si ustedes lo hubiesen conocido también entonces me habrían dado la razón, seguramente se llevarían muy bien...no me han dejado de hacer falta ni un solo momento en los últimos ocho años de mi vida...son lo primero que pienso que cuando despierto y lo último cuando voy a irme a dormir...—se limpió las lágrimas y negó un poco.—Los echo mucho de menos...

—Bri...—murmuró el muchacho tomando su mano nuevamente.—Tus padres saben que estás aquí, mi amor...—susurró.—Saben que los extrañas y que los sigues amando igual o más que antes...y estoy muy seguro que ellos te aman también de la misma manera...

—¿De verdad lo crees?—cuestionó la chica. Joel asintió recibiéndola con los brazos abiertos cuando ella se acercó a su cuerpo. Apoyó su cabeza encima de la de Briana y anclaron sus ojos en la lápida de los padres de su novia releyendo una y otra vez el pequeño grabado.

—Estoy muy seguro así que como también estoy muy seguro que están completamente felices por ti.—le dijo.—Y aprovechando que estamos aquí, frente a ellos...quería entregarte algo...—anunció.

Briana se apartó de él para mirarlo con sus ojos empañados. Joel retiró sus lágrimas una vez más y le un momento después le tendió una pequeña cajita de terciopelo color negro. El corazón de la muchacha se aceleró de manera inmediata y se quedó inmóvil.

—Joel...

—¡Ábrelo, mi amor!—le indicó. Lo tomó con manos temblorosas y lo abrió con sumo cuidado. Soltó un gemido de sorpresa encontrándose con un lindo anillo.—Sé que debes estar pensando que te estoy proponiendo matrimonio pero lo cierto es que todavía no aunque no niego el hecho de que en algún momento vaya a hacerlo...—comenzó mientras ella lo miraba fijamente.—Pero quería aprovechar el momento porque justo ahora estamos frente a tus padres y quería que ellos supieran y tuviesen la seguridad de que el amor que yo siento por ti es completamente real y es tan grande y tan inmenso como el océano...—Briana le sonrió.—Señores Lee, sé que pueden escucharme así que sólo quería entregarle un anillo de promesa a Briana para de alguna manera comprometerme con ella a cuidarla para siempre, es mi prioridad en todos los sentidos y va a seguir siendo mi prioridad por el resto de mi vida porque ella es la persona que me hace feliz y cuando una persona te hace feliz de la misma manera en la que ella lo hace conmigo entonces no hay manera de que no sea tu prioridad en la vida; pueden estar tranquilos y les puedo asegurar que ella está en las mejores manos, sus padres y hermano la adoran de la misma manera en la que yo lo hago y sé que eso es lo que ustedes hubiesen querido para Briana...vamos a cuidarla, apoyarla y guiarla por el buen camino de la vida siempre porque todo lo que queremos es lo mejor para ella, vamos a acompañarla en cada momento bueno y malo que tenga en su vida y junto a ella vamos a encontrar una solución para cada problema que se le presente porque no está sola, nunca ha estado sola y nunca lo va a estar. Así que mi anillo simboliza el compromiso con ella y la promesa de que nunca en la vida voy a dejarla sola; que voy a luchar por ella y junto a ella hasta el último de mis días; que voy a quedarme incluso el día en el que ella me pida que me vaya...y ustedes son testigos de ello porque es un juramento que estoy haciendo con el corazón en la mano y el amor más puro y sincero que he sentido alguna vez...—nuevas lágrimas escurrieron por las mejillas de la muchacha. Joel le sonrió ampliamente deslizando el fino anillo por su dedo.—Te amo con toda mi alma, Briana Lee...

—También te amo, Joel...con toda mi alma...—respondió ella. Joel apoyó su frente en la de su novia y la miró a los ojos retirando algunas pequeñas lágrimas rebeldes que se rehusaban a abandonar sus mejillas.

—¿Juntos hasta los cien...?—cuestionó débilmente sin deja de mirarla.

Briana le sonrió uniendo sus labios en un pequeño y casto beso que hizo que el corazón de Joel se acelerara de manera inmediata.—Juntos hasta los cien...y muchos más...

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¿Qué tal Cincuenta y dos semanas? ¿Lloraron con el epílogo si o neh? ¡Sean sinceras que las estoy viendo!

Pues sólo quería agradecerles por todo el cariño que le dieron a esta historia y por toda la paciencia que tuvieron porque en serio que me la bañé con las actualizaciones, Jajajaj. En fin, siempre les digo que son las mejores pero aja, lo digo porque es la verdad. Son lo más best del mundo y las adoro con toda mi alma.

Les dejo un beso lleno de amor cibernético y les envío un abrazo muy fuerte y nos seguimos leyendo.

Glo, xx.

CINCUENTA Y DOS SEMANAS||JOEL PIMENTEL (COMPLETA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora