10. Advertencia de hermano mayor.

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—Entonces...¿Briana y tú ya son novios?—cuestionó Christopher.

Joel sintió sus mejillas calentarse de inmediato y agradeció el hecho de estar a oscuras. Llevó su mirada hasta el techo de la cabaña donde los rayos de la luna se filtraban y dejó escapar un largo suspiro. Llevó sus manos detrás de su cabeza y negó.

—No.—respondió finalmente.—¿Por qué me haces esa pregunta?

—Porque los vi hoy...—confesó.

—Bri sólo tenía miedo de entrar en el agua y le prometí que no la dejaría así que...

—Todo el día.—lo interrumpió Christopher en medio de una risita.—Joel no te estoy diciendo que me molesta o algo parecido...no me molesta en absoluto que te guste mi hermana; enamorarse es lo más normal del mundo...lo que si no me parece correcto es que vayas por ahí besándola cuando se te antoje...—hizo una pausa.—Y como el hermano mayor que soy te prometo que te partiré la cara si no te apresuras a pedirle que sea tu novia...

—¿Qué?—murmuró.

Christopher se echó a reír de inmediato.—Y también tengo que advertirte que si se te ocurre embarazarla voy a tener que patearte el trasero hasta que se te olvide tu nombre...—suspiró.—hubiese dicho la cara pero lo cierto es que tu hijo tiene derecho a conocerte...

—¿Qué dices?—se quejó el pelinegro en medio de una risita.—¿No crees que vas un poco rápido?—cuestionó dejando escapar un largo suspiro.

—No.—decidió.

—También te partiré la cara si la haces sufrir...

—Chris...

—Si la lastimas.—hizo una pausa.—Porque lo cierto es que no me gustaría que nuestra amistad terminase por eso así que más vale que te andes con cuidado...

—No sé si es bueno o malo tenerte como cuñado...—admitió el rizado.

—Oye, ser mi cuñado es lo mejor que te puede pasar en la vida.—le espetó y ambos rieron.—Pero lo digo en serio, Joel. Briana es una chica completamente linda; y estoy muy seguro que contigo va a ser completamente feliz porque si algo le falta es precisamente eso; algo que la haga feliz...

—Yo no quiero lastimarla...—murmuró el pelinegro.—Nunca me perdonaría en la vida lastimarla; todo lo que quiero es que esté bien y hacerla feliz...yo sé que la vida de Bri ya ha sido lo suficientemente dura así que...

—¿Y qué haces aquí?—se quejó el castaño.

Joel se incorporó en la cama y lo miró.—¿Qué?

—En lugar de decirme que quieres hacerla feliz deberías estar con ella haciéndola feliz...—le espetó.—Ve, toca su cabaña e invítala a dar un paseo nocturno por la playa pero eso sí, sin ninguna intención de hacer bebés porque soy muy joven como para ser tío así que...

—¡Christopher!—se quejó el muchacho.

—Vamos, Joel. No te veo yendo a la cabaña de mi hermana...

Joel rio y se puso de pie.—En serio eres un hermano un poco extraño...—respondió avanzando hasta la puerta de su habitación mientras su mejor amigo reía. Detuvo sus pasos un omento y se giró para verlo.—¡Chris!—lo llamó con la mera intención de acercarse a él.

—¿Qué?

—¡Feliz cum...—se calló cuando la almohada de la cama de Christopher dio de lleno en su pecho.

—¡Ni un paso más!—anunció Christopher.—¡Felicítame cuando regreses!

(...)

—¿Se puede saber quién demonios...?—Briana se quedó en silencio cuando al abrir la puerta se encontró con los ojos miel de Joel Pimentel que la observaban fijamente con una pequeña sonrisa tirando de sus labios.—¿Joel...?—murmuró.—¿Qué haces aquí...?

CINCUENTA Y DOS SEMANAS||JOEL PIMENTEL (COMPLETA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora