ECLIPSE LUNAR

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(Canción para ambientar, o pongan la música que les guste de fondo en sus teléfonos :) )

Desperté de golpe, con la respiración agitada y un poco asustada, fue un sueño.

Estaba en el sillón recostada, la tele estaba apagada y yo tenía una cobija encima.

Me paré, dejando la cobija sobre el sofá y fui a la cocina. Ahí estaba papá, sentado con la cabeza sobre sus brazos, recostado sobre la mesa del comedor. A escasos centímetros había una botella completamente vacía, la última vez que la vi estaba a la mitad.

Suspire muy hondo y me dirigí a mi cuarto, al entrar miré por mi ventana ya era de noche y la gran luna llena se alzaba iluminando la ciudad.

Bajé las escaleras, me dirigí a la puerta y salí, silenciosamente para evitar molestar a papá, aunque estaba segura de que en ese estado necesitaría más que el sonido de una puerta para despertarlo. Al salir, en la entrada, vi el auto.

Seguí avanzando hasta llegar al borde de la vereda, la calle estaba desierta, me senté en la acera y permanecí ahí un momento, observando cómo se formaban pequeñas virutas de humo con mi respiración. De pronto todo se fue oscureciendo mucho más, como si de repente la luna se volviera más pequeña.
¡Que extraño!

Palpé mi bolsillo, al sentir mi celular, lo saqué, miré la hora y luego el cielo. De pronto a mi mente llegó el recuerdo de la voz de la locutora anunciando el eclipse.

T/n: ¡Lo olvidé por completo!

Me levanté y volví rápido a la casa. Luego salí al patio de atrás y me recosté sobre la hierba. Observé embelesada como la luna era absorbida por la sombra, para después volver a aparecer frente a mis ojos. Después de un minuto o algo más, regresó la luna a la normalidad, al instante me senté sobre el suelo.

Nada pasó, nada cambió, pero tuve un presentimiento, fue una sensación extraña, como si supiera que algo importante acabara de ocurrir, pero al mismo tiempo no tenía idea de qué.

Miré al piso unos instantes antes de levantarme y volver a entrar. Ya era hora de la merienda, papá estaba borracho dudo que quiera comer algo, pero yo si tengo hambre.

Fui a mi habitación y de mi bolso saqué 20 dólares.

T/n: Podría ir a comprar algo para hacer de comer yo misma o...
Puedo pedir pizza 🍕 -esta segunda idea me agradó mucho, pero toda mi felicidad desapareció al recordar el toque de queda.

Decidí buscar algo en la alacena e improvisar, después de una merienda muy triste subí a mi cuarto, pero no sin antes llevar a mi papá al suyo, estaba enojada con él pero no por eso dejaría que pase una mala noche.

🌚🌚🌚🌚🌚🌚🌚🌚🌚🌚🌚🌚🌚

No puedo creer que ya casi llevo 2 meses en Beacon Hills; llegué en vacaciones, y cada vez todo se me hace más raro.

Pero las cosas han mejorado un poco de alguna u otra manera. Las clases se reanudaron y el toque de queda se levantó, al parecer habían encontrado un culpable por los asesinatos y desapariciones, la noticia no fue muy detallada pero la cosa era que todo volvía a la normalidad.

Hablé con papá y aunque todavía no se me pasa del todo el enojo, él logró convencerme de que mamá estará mejor ahí. Me ganó diciendo que la puedo visitar todos los días desde las 3 hasta las 6 de la tarde. Sin embargo no puedo evitar sentirme mal por ello, ella debería estar en casa con nosotros, no en ese lúgubre lugar.

Además papá me dijo que le dieron un empleo en el cual va a viajar mucho pues lo contrataron como importador y distribuidor de maquinaria.

Con respecto a mis sueños, siguen igual; últimamente he soñado con un hombre o momia o algo así. Ya he tenido pesadillas antes, pero estas son, sin duda, las más escalofriantes. En mis sueños él está al acecho, es como si esperara el momento adecuado para alcanzarme. Siempre despierto antes, pero cada vez consigue acercarse más. Evito darle importancia, después de todo son solo sueños, aunque eso no le quita lo aterrador.

NO ES UN SUEÑO...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora