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Actualidad.

Tal vez el día en que dejara de beber, podría escribir canciones que no fueran tonterías, era algo que Tracie y Monty le decían todos los días, pero también, era algo que en lo absoluto, no le importaba.

—Estoy harta de tu comportamiento.— Tracie iba tras de Zayn diciéndole una y otra vez lo mismo de todo el tiempo.

—Debería de darte un obsequio por aguantarme todos los días.— Responde ebrio.

—Tienes presentaciones, Zayn, tienes que escribir canciones, dar entrevistas, siempre estás en tu escondite.— Monty se agrega a la conversación, teniendo ahora dos personas encima de él. —No puedes seguir así.

—Sígueme si quieres ver más.— Responde solamente y busca una botella de tequila que se encontraba en la alacena de el avión.

—Eres un caso perdido.

—Sólo llévame a casa.— Zayn se recostó en el asiento y bebió de la botella. Si, tal vez no podía seguir bebiendo todos los días, por cansancio, estrés, depresión, cualquiera que fuera la situación, pero era lo único que lograba tranquilizarlo hasta ahora.

Sacó de su mochila aquel aparato que con trabajos y servía, era su celular desde que estaba en la secundaria, su primer y último celular. Tal vez es difícil entender y pensar que él fuera famoso y no tuviera un celular nuevo o tal vez que cambiara una vez al mes, pero no es así, Zayn lleva siete años con el mismo teléfono, puede parecer imposible, pero no lo es, ni siquiera necesita un teléfono, todas las llamadas y mensajes deben pasar primero por Monty; su manager, y después llegan a él.

—¿Eso es cinta?— Monty se burla al ver una pequeña hoja verde pegada sobre el teléfono.

Zayn no respondió, sólo sacó la pequeña antena del celular y lo puso en su oído, para escuchar lo de siempre. Emitió un fuerte y pesado suspiro, miró por la ventana, y una vez más se arrepintió por lo que hizo en el pasado.

(...)

La libreta, la hoja, el bolígrafo y la guitarra estaban sobre la cama del hotel, Zayn lleva esperando la ola de la inspiración por más de dos horas, frustrado se levantó fuertemente de la cama y caminó hacia el pequeño bar que había en su habitación, se sirvió alcohol, y regresó a su lugar.

Con sus dedos rasgeó las cuerdas de la guitarra emitiendo un sonido, ensordecedor por cierto, no entendía como es que al inicio de su carrera podía pasar escribiendo canciones todos los días, vendiendo álbumes, discos, y ahora ni siquiera podía escribir una palabra en aquella libreta. Estaba harto de la situación.

Y al paso que iba, posiblemente perdería su carrera, su fama, simplemente Zayn Malik desaparecería, aunque sería un favor para él.

—¿Sigues aquí?— Monty apareció en el campo de visión de Zayn. —Creí que estabas en la ducha.

—Para nada, lo haré más tarde.— Se niega y sigue bebiendo de su vaso.

—¿Nunca te cansarás de beber, Zayn?— Monty lo cuestiona una vez más y al parecer eso hace que el chico enfurezca.

—¿Y tú nunca te cansarás de joderme con la misma pregunta todo el tiempo?

—No si de eso depende tu carrera, te lo dije la semana pasada ¡Saliste ebrio a cantar al escenario! Es tu reputación y mi trabajo el que sales a reflejar ahí afuera.— Exclama molesto. —¡Tienes veintisiete años, Zayn! Compórtate como un adulto, maldita sea.

—No quiero hacerlo.— Responde tontamente.

—Te comportas como un niño tonto y berrinchudo, no sé cómo es que has llegado hasta aquí.— Suspira hasta el cansancio. —De verdad, tengo tres hijos en edad de rebeldía, y ni siquiera ellos que son niños se comportan como lo haces tú.

Zayn no responde, eso sí que le había dado vergüenza.

—No conozco mucho de tu vida con profundidad, claro... Porque tú no nos has dejado hacerlo, pero sé que hay algo ahí que te tiene así, sólo te puedo pedir que descanses, deja de beber y duerme tus horas completas, trata de dejar de lado lo que te atormenta y duerme un poco, vienen días muy buenos.

—Lo intentaré, Monty.— Suspira por fin.

—Tienes muchas responsabilidades, hombre, inténtalo al menos, por favor.— Monty se levanta y le da una palmada en el hombro a Zayn en señal de apoyo.

Él sólo asiente pensando en todo lo que Monty le había dicho, tenía razón, absolutamente todo lo que su manager le había dicho era cierto, en parte estaba muy estresado tanto que ni siquiera podía planear un tour, no tenía cabeza para ello, se sentía agotado.

Encendió el televisor e hizo zapping de canales en ella, música, películas viejas y feas, películas de amor y terror, pero no había ninguna de acción o suspenso que pudiera dejarlo satisfecho de haberla visto, pero no, ni siquiera había algo bueno que le gustara.

—Y sin más, tenemos noticias del chico que falleció en ese trágico accidente en las calles de la pequeña ciudad que inicia al final de la carretera, tenemos información y al parecer es un hombre llamado Ronn Stephens de veintiséis años de edad.

Paró por completo el zapping de canales al escuchar aquel nombre. Ronn Stephens, aquel particular nombre jamás podría olvidarlo, y mucho menos aquel rostro moreno que minutos después apareció en la pantalla de las noticias. No podía ser cierto, esa mujer periodista no puede estar hablando enserio. Hizo cuentas con sus manos y todo coincidía a la perfección, su edad, su nombre y terminó de confirmarse con lo fotografía digital en la pantalla.

Siguió escuchando toda la información que había podido recabar los periodistas y terminó por detener aquel noticiero apagando la televisión, y lanzando el vaso de vidrio al suelo se tendió a llorar.

¿Cómo es que pasó todo eso? Desaprovechó a sus mejores amigos por estar en la cima de un éxito que ni siquiera lo hace feliz.

—Como un demonio, eso es lo que me faltaba...— Zayn grita fuertemente mientras sigue llorando. —¡Porqué!

001.

FallingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora