El viento que corría lo hizo recordar lo bien que se sentía estar de vuelta, los recuerdos lo recibieron bien y los pensamientos al tener casi frente a él a las personas que había dejado de ver hace muchos años comenzaban a inundarlo.
Una gorra y una chaqueta obscura lo hicieron pasar desapercibido, pensó que tal vez eso no sería una tarea fácil, pero concluyó siendo algo simplemente eficaz.
Zayn no sabía si acercarse un poco al lugar, su cuerpo estaba dentro de aquella pequeña capilla donde su madre lo llevaba a escuchar los sermones que su padre tenía para darle al pueblo que los seguía, su padre era como el pastor de esa pequeña comunidad, sabía muchas cosas y en parte ayudaba a las personas a sanar sus heridas mediante palabras alentadoras y discursos de sanación.
Sus pies y su corazón querían correr ahí adentro y saber qué fue lo que había sucedido, pero su mente y su inseguridad se encargaron de hacerlo quedarse parado a lado de una camioneta negra sólo observando como la gente entraba y salía dándole el pésame a la que al parecer era... ¿Maggie?
Ella abrazaba a una pequeña de, al parecer, unos cuatro o cinco años y a lado de ella estaba otro pequeño, un poco más grande que ella, sólo observaba a las personas y se sujetaba de la mano de su madre. Ronn se casó con la mujer que amaba; Maggie y dejó su familia sin él.
Maggie tuvo un impulso y giró su cabeza levemente hacia donde se encontraba Zayn, haciéndole un leve asentimiento con su cabeza, mostrando que estaba bien con verlo ahí.
—No se cómo es que esto pasó...— Se repetía una y otra vez a él mismo mientras tallaba sus ojos tratando de tragarse las enormes ganas de soltar su llanto e ir de rodillas a suplicarle a Maggie que dejara de sentirse así. Le dolía ver a su amiga cabizbaja y adolorida.
(...)
Zayn los acompañó hasta el cementerio tratando de que nadie lo reconociera, yendo a una distancia inteligente de todas aquellas personas que lo conocieran, sobre todo de su amigo Marcus, que tal vez lo odiaba de por vida.
Esperó a que todos se fueran, que quedara el menor número de personas para al fin poder acercarse a la lapida de Ronn, tal vez no lo pudo ver en vida, pero tratará de recordarlo como antes, un chico locamente sonriente y que le encantaba hablar todo el día.
—Siempre te voy a recordar, amigo, perdóname por no haber estado contigo y haberme ido de aquí sin explicar muchas cosas, espero que estés muy feliz en el lugar donde te encuentras, algún día nos volveremos a ver.
—Vaya, estúpidamente volviste en un mal tiempo.— Zayn cerró los ojos al instante cuando escuchó aquella voz que él repetía cada noche un su viejo celular.
—Joyce...— Se levantó impresionado al verla separarse de Walid; su hermano y entregándole la mano de una niña pequeña que también se encontraba desconcertada. —Llévatela, voy en unos segundos.
—Joyce...— Su hermano dijo para nada agradable de haber escuchado aquello.
—Por favor, Walid.— Ella se lo pidió y él obedeció. —Iré con ustedes en un momento, cariño.
Ambos se fueron y Joyce se acercó con pasos rápidos y con un poco de dificultad hacia Zayn ya que se encontraban en un viejo cementerio, había escavaciones y hoyos.
—¿Que haces aquí?— Joyce va directamente al grano mirándolo con dureza.
—Quise despedirme de Ronn.
—Oh vaya, hasta que él se marchó recordaste que tenías un amigo llamado Ronn, que ilógico.— Joyce se encontraba consternada por la situación tan difícil que estaban viviendo.
—Joyce, tú no sabes...
Ella fue más rápida y eficaz, le soltó un golpe en la boca del estómago a Zayn haciendo que se detuviera por completo y se encorvara un poco por el dolor. Joyce había hecho eso una vez más, cuando se enojaba con él era lo primero que ella hacia. Soltarle un puñetazo en la boca del estómago siempre había sido su juego sucio.
—Ni siquiera sé porqué estás aquí, espero no te cruces en el camino de la familia, ya no perteneces ¿Lo recuerdas?
—Yo...— Él no sabía que decir.
—Será mejor que te vayas, Zayn.
—Sí, será mejor que me vaya.— Él suspira profundamente y Joyce espera hasta verlo desaparecer del lugar.
—Perdona por lo que hice, Ronn, sabes que era necesario.— Joyce se pone en cuclillas y pasa lentamente su mano por la lápida de su amigo. —Perdón, Ronnie, descansa.
002.
