Los Doce: Zodiaco Yaoi

10. Nuevos tutores

El salón era un completo caos. Todos los dioses estaban en sus mundos; Poseidon lloraba en un rincón de la habitación, mientras Apollo a la distancia intentaba calmarlo dandole unas palabras de apoyo dadas sin muchas ganas ya que el dios del Sol estaba más ocupado acomodando sus lentes oscuros en su pelo, a su lado Artemisa estaba igual de concentrada limpiando con esmero sus uñas y afilándolas sin quitar su ceño fruncido. Encima de la mesa Cronos jalaba el ondulado y suave cabello de Afrodita quien pedía a gritos la ayuda de Urano, a cambio solo consiguió la ayuda de Ares quien con energía y ferocidad tenía mordido a Cronos de la pierna, Urano estaba muy ocupado como para ayudarla hechando viento a Hades que se veía próximo a tener un colapso nervioso, con un celular sacado de sepa sé donde Hermes enviaba mensajes sin parar, Zeus estaba a poco tiempo de explotar.

Calipso miraba avergonzada a sus superiores pelear como niños en el que debía ser el salón donde más respeto hay que guardar. Los invitados de honor, a quienes debían de impresionar con su poderío y sabiduría, estaban divididos en dos grupos, los que tenían la decencia de ignorar lo que pasaba mirando al suelo y los que reían a carcajada suelta, lo que no sabía es que había un sub-grupo que dominaba entre todos los grupos, que era el grupo de los que querían abandonar el salón.

-¡Silencio!- Zeus grito con todas sus fuerzas y un trueno se escucho también- ¡Siéntense en sus tronos! ¡Ahora!- Todas las entidades flotaron con velocidad a sus respectivos tronos e intentaron arreglarse lo que más podían- Y los que están en la puerta los quiero ver sentados  en la alfombra- Los signos que estaban a pocos metros de la puerta, sonrieron nerviosos para luego correr para sentarse en algún espacio de la alfombra.

- Ahora si comencemos- Calipso caminando con unas piernas de gelatina volvió a acercarse a la mesa- Ellos son...- Un trueno le hizo callar lo que iba a mencionar.

- Querida creo que eso te lo puedes saltar- La voz de Zeus sonaba dulce y en su cara se mostraba la sonrisa más forzada que los signos habían visto en un largo rato- Por favor continua con lo siguiente.

Calipso temblaba a tal nivel que cualquiera que le viese creería que estaba en pleno terremoto, uno de sus inseguros pasos provoco que  pisase mal y estuviera apunto de caer, esto antes de que Tauro y Piscis se levantasen para sostenerla, Calipso sonrojada cuando estuvo derecha mando a sentar a los dos jóvenes y suspirando para mantener la calma llego con su típico andar elegante a  la mesa.

- Les pido que cuando escuchen su apodo se levanten y se acerquen al dios que los llame- Los signos dieron alguna señal afirmativa- Comenzaremos por el lado de Cronos- A pesar de que la mayoría de los dioses le dirigían una mirada asesina, Calipso mantuvo su autoría y le dio un asentamiento a Cronos dandole a entender que podía comenzar.

El dios se levanto de su trono con rectitud, se apoyo en la mesa para poder hojear un poco los papeles que minutos antes Calipso había puesto adelante de cada uno en la mesa.

-Capricornio, seré yo el que te enseñe a comprender tus poderes y habilidades- Las palabras de Cronos eran amables, sus intenciones se veían de igual manera, pero eso no quito que  a Capricornio le pasase un escalofrío por la espalda al tener que levantase de su cómodo sitio y que al tener que irse al lado de ese dios todos sus compañeros le miraban con lastima.

Hades al ver como Capricornio se ubicaba al lado del trono de nube de Cronos, se levanto de una forma brusca, empujando un poco los papeles de la mesa, no le importo ponerse derecho, tan solo se mantuvo encorvado, con una cara de puro cansancio y desinterés.

-Escorpión- Dijo con su voz de ultratumba, muy distinto a la voz que tenia cuando se estaba quejando de su padre con su abuelo.

Los signos al entender a quien se refería no pudieron aguantar una pequeña risa, risa que aumento al ver la cara de incomprensión de Calipso al escuchar un nombre que no estaba en los documentos y Hades levanto una ceja al ver que nadie se acercaba a él, con lentitud se acerca a la carpeta y releyó los documentos.