[ocho]

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[BUSTED]

A la mañana siguiente se levantó temprano. Hizo toda su rutina de la mañana y salió de su habitación hechando humos. Estaba furiosa. Había tomado todas las cartas y el libro que le había regalado de cumpleaños, tampoco lo quería.

Era todo una broma. Todas esas cartas que la habían hecho dudar de su familia, todo era una artimaña hecha por James Potter.

Lo encontró solo desayunando leyendo un libro. Pocas veces lo veías así pero con los exámenes antes de Navidad todos estaban así.

Caminó a él, él la vió y dudó si en saludar o no. Ella le aventó todas las cartas y el libro.

-¿Pero que te pasa?-preguntó James.

James la miró y vio las lágrimas cayendo de su rostro. Se sintió extrañamente muy mal.

-Siempre supe que nunca me quisiste, incluso cuando yo si. Porque éramos familia.-dijo Ginny-Y sé que me odias, me molestas, me haces bromas. Pero jamás pensé que hicieras algo tan cruel. Pero felicidades, lograste lo que querías. A partir de este día, tu, James Potter, dejas de ser mi primo. Yo no sé quién eres ya.

Con una última mirada bastante cargada de odio y dolor, se marchó a la salida del comedor. James, helado, entendía que pasaba. Sabía que ella sabía.

Sabía que lo habían descubierto. Pero ¿De que broma hablaba ella ahora?

James se enojó, la primera vez que hacía algo bueno por la chica y recibía eso.

-Mujeres-dijo y regresó a su libro.

Ginny había ido al baño a llorar en paz. Estaba bastante furiosa, y ni tenía ganas de nada. Desgraciadamente le habían dicho que la primera prueba era aquel día. Tenía que asistir.

Solo habían organizado un duelo, como había dicho Scorpius. Por lo que no le encontraba nada de interesante, pero quería apoyar a Diggory, él se había entregado mucho a la competencia. Pero vamos, ¿Un duelo? Eso era aburrido.

-Mi papá me contó que su primera prueba era un dragón.-le dijo Albus cuando se acomodaron en sus lugares.

El Gran Comedor había sido remodelado para la ocasión. Las mesas habían desaparecido y las bancas estaban en forma de gradas. En el centro del Comedor había una larga tarima. Ahí se pondrían a pelear los participantes.

Ginny alzó los ojos ante la declaración de Albus. Los dragones eran ciertamente más interesantes que un duelo.

-Esto será aburrido-dijo Scorpius. Ginny no pudo estar más de acuerdo.

Decir que la chica estaba pendiente de lo que pasaba en la prueba habría sido una mentira. Estaba pensando las razones por las cuales James Potter habría hecho tal broma. O sea, sí, se llevaban mal, pero eso era solo por qué él lo había decidido. Ginny le importaba James, quería que él fuera feliz y se había apartado. Pero ahora él había hecho algo muy cruel, incluso para él mismo.

Del otro lado de la tarima, James se encontraba pensando en la misma situación, sólo que desde su perspectiva, Ginny había actuado bastante mal agradecida. Es decir, ¡Él le estaba ayudando!

Entonces pensó algo. ¿Y si ella cree que la información y todo lo que le estaba contando era broma? Eso tendría más sentido, eso haría lógica con sus palabras y su reacción. Entonces James entendió todo.

Ginny pensó que era una broma. Porque James siempre le hacía bromas.

-Por Godric-susurró. James estaba horrorizado.

Dejó de prestar atención. Tenía que hablar con Ginny de inmediato.

La miró del otro lado de las gradas. Pálida y ojerosa. Sus ojos estaban tristes e hinchados, probablemente de llorar. Eso hizo que a James se le rompiera el corazón.

Estaba enfadado. No con él porque todo era un mal entendido. Pero con su familia por hacerle pasar por eso. Él no quería verla así. Pero tampoco quería verla siendo engañada año tras año sobre aquel asunto.

Cuando la prueba acabó- con Diggory en la delantera y la expulsión de la chica de Beauxbatons- él salió pitando con dirección a Ginny, quién ya se dirigía sola a su sala común.

-¡Ginny!-llamó. Ella se volteó y al ver que era él el que la llababse giró molesta.-¡Espera!

Ginny aceleró el paso. No entendía que palabra de "estás muerto para mí" no había captado Potter.

Él la alcanzó y fue imposible ignorarlo. Él le detuvo el paso.

-¿Qué?-preguntó fríamente la chica.

-Es un malentendido.-comenzó él.-No trataba de hacerte una broma.

-¿Ah no?-preguntó ella sarcástica, claramente no le creía.

-Por supuesto que no.-dijo él.-Te contaré todo. Hoy no, pero pronto. Pero te juro por todo, por mi familia, por Albus y Lily, que no es una broma. Es la verdad.

Ginny lo miró. Algo en él, tal vez su desesperación, que casi estaba al borde del llanto. O su voz jadeante hizo que Ginny asintiera.

-Si descubro que es falso, se lo diré a tía Ginny, y ella te matará.

-Es justo.-dijo él. Entonces de su mochila le devolvió el libro que le había dado de cumpleaños. Ginny suspirando lo tomó y se dirigió a su sala común.

James gritó entonces.

-¡Hasta mañana!-exclamó. Ella ondeó la mano en forma de saludo y se metió a su sala común. James sonrió y se dirigió a la suya planeado con toda delicadeza el como le diría la verdad a Ginny.

-Eso no es mi trabajo-masculló para sí mismo.

Pero tampoco era como que tuviera otra opción. Y ella se merecía la verdad. Por eso James le dió igual y comenzó a idear su plan para que nadie terminará matándolo al final.

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2020 ⏰

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