PREFACIO

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Aún buscamos dónde ocultar el cadaver. Jenna no deja de hablar de lo preocupada que está, levantando los brazos y haciendo ademanes cargados de nerviosismo, sus grandes ojos miel demuestran terror.
Jenna:—Deberías de llamar a la policia, les diremos que fue en defensa propia, solo tenemos que ...—Hace una pausa para limpiarse las lagrimas—. Hay que esconder nuestras huellas, ocultar que estuvimos aquí, Jack.
—Jenna... vamos relájate, nadie sabrá qué estuvimos aquí, me encargaré de que así sea y borraré las huellas.—Al comentar esto observo cómo sus hombros se relajan—.mira todo estará bien, confía en mí—.La rodeó con los brazos y la abrazo—. Nada malo pasará, te lo prometo.
Nos encaminamos hacia lo más profundo del bosque, en donde encontramos una pequeña cabaña adornada con flores silvestres, sus tejas están  cubiertas de hojas secas, del árbol torcido de a lado, tiene una vista tenebrosa, pero por dentro se ve como un cálido y acogedor hogar. En el interior se alcanza a ver a una anciana preparando su té y echando más leña al fuego. Jenna y yo rodeamos la cabaña con cautela y seguimos con el trayecto.
Trasladamos el cadaver hacia un lugar recóndito mejor conocido como,"El pozo del augurio", llamado así por qué ahí es donde suceden grandes acontecimientos, ahí se hundió una gran casa representativa de Salt Lake. Al llegar ahí empiezo a sacar las herramientas.
—Deberíamos de cavar más profundo el pozo, así habrá menos probabilidades de que los perros rastreadores busquen aquí.—comenta Jenna mientras desenvuelve el cadaver.-hay una alta probabilidad de que se avecinen los policías hacia este lado del bosque.
—Tienes razón, ¿podrías sacar la cal, el aceite y el encendedor ,Por favor? Transcurrieron dos horas desde que empecé a cavar el pozo y quemar sus restos; Jenna estaba exhausta y se echó en el césped, sus largas piernas no le permitieron acomodarse bien y su curpulento cuerpo temblaba de frío; traía puestas unas medias Rojas con una falda gris que le llegaba a las rodillas, acompañadas de unas sandalias negras; su blusa negra es lo suficientemente delgada para mostrar sus pezones erizados, su largo cabello estaba cubierto de musgo y hojas secas, que rodeaban su pequeño rostro rosado por el agotamiento.
—Oye Jack.¿Alguna  ves intentaste hablar con ella, de una forma amistosa ?.—comenta mientras se incorpora boca abajo y coloca la cabeza sobre sus manos—.
—No, la verdad no me interesaba, era muy hermosa, pero tenía una familia que me hacía temblar del susto.—me estremezco al recordar sus lamentos y gritos resonando en el sótano.— La verdad estoy feliz de que haya muerto.
—Vaya odio que te cargas Jack.—al decir esto, se levanta y se sacude las hojas secas que cubrían su cabello.— Bueno.... ¿no quieres decir unas últimas palabras ?
—Fuiste una buena chica, hasta aquel día .....—dicho esto, prendimos fuego al pozo del augurio—.

EL SECRETO DE ESTHER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora