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ADVERTENCIAS:
》Escenas sexuales gráficas y fuertes.
》Consumo de drogas.
》Lenguaje obseno, palabras altisonantes, albur.
》Muertes gráficas.
Si no te gusta leer algo de esto, por favor retírate.
AVISO: Algunos capítulos serán largos, otros demasiado cortos, y así durante toda la historia. Les pido paciencia hasta que el clímax de la historia llegue. Las amo♡.

Sonreí mientras tiraba el cigarrillo al suelo. Lo miré durante algunos segundos, lo pisé fuertemente con la suela de mi zapato. El humo se apagaba cada vez más rápido. Y eso era lo que mejor hacía yo: apagar la llama de los demás. 

Entré a la universidad con mi mirada clavada hacia el frente. La gente se tomaba algunos segundos de su tiempo para mirarme, no los culpo. No soy vanidoso, ni nada de eso, pero ¿Quién no miraría a un chico con tatuajes hasta en las orejas? Además, casi siempre olía a cigarro, licor o sexo, si es que este último puede tener alguna clase de fragancia.

La escuela no era un gran problema para mí. Me daba igual estar aquí o en alguna otra parte, nunca hacía nada ni aquí ni allá, no había gran diferencia. Lo único que podría complicar las cosas eran las extrañanas miradas que recibía de algunas de mis "compañeras", a veces aburre ser el centro de atención. También el no poder tomar alguna clase de bebida alcohólica o fumar un buen porro o cigarrillo, podría representar algún pequeño problema de vez en cuando. 

Me puse los audífonos en el interior de mis orejas y entré a la biblioteca. Fui al pasillo cinco y tomé un libro cualquiera, sólo quería una excusa para estar fuera de clase porque realmente no quería pensar por ahora al menos. O tal vez sí, pensar en la chica de la noche pasada porque apenas pude recordarla esta mañana; ¿Habrá sido bonita? ¿Un buen polvo? ¿Qué estara pensando ahora, cuando despierte y no me vea a su lado? Mordí un poco mi labio, cuidando de no jalar mi piercing. 

Miré la cubierta del libro, "La lección de August", no. No leería esta porquería tan temprano, negué con la cabeza y me fui a buscar otro libro. Mis oídos comenzaban a punzar, el efecto de la música demasiado alta. Choqué con alguien, alcé la mirada y me encontré con una chica. Sí, una chica, ya saben... esas con dos pechos y un trasero. Desafortundamente esta no tenía mucho de ninguno, sólo una linda cara, sin exagerar. No es algo que realmente esté buscando.

—Perdón —me encogí de hombros y sonreí de lado. Ella me devolvió la sonrisa de una forma pícara.

—Vaya, Luke Hemmings disculpándose —medité rápidamente cuál debería ser mi respuesta, y sólo dije la primera patanería que se me vino a la mente sin pensarlo dos veces:

—Ese es mi nombre, no lo gastes —le guiñé un ojo, ella permaneció neutral. 

—Descuida, no pensaba hacerlo.

—¿Enserio? Porque yo podría dejar que lo hicieras durante algunos minutos si gustas, ya sabes en el armario del conserje o en mi casa más tarde.

—Deberé considerar esa propuesta. 

—No lo pienses demasiado.

—Pensar es bueno.

—En realidad es malo, creo que hay que dejarnos llevar por nuestros instintos y necesidades.

—Tal vez por eso tienes tinta hasta en las nalgas —inmediatamente se puso roja, en mi mente me extrañé pero traté no mostrar ninguna emoción.

—Parece que alguien me espía. Cómo sea, me voy, y por tu bien... ojalá no nos volvamos a cruzar —le guiñé un ojo—. Hasta nunca, chica desconocida.

Me di la media vuelta y sonreí mientras me alejaba. Este era mi estilo, si ella me quería para algo más, me buscaría más tarde aunque realmente no me importaba si lo hacía o no.

—¡Es Sydney! —gritó una dulce voz a mi espalda. No volteé a verla otra vez. 

Bad //punk l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora