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- ¡Hola Kakashi-senpai! -fue lo primero que Kakashi escuchó al abrir la puerta de su casa
- No me digas senpai Hayami
- Pero es lo que es -la castaña se encogió de hombros
- ¿Qué es lo que quieres? -se cruzó de brazos mientras se apoyaba en el marco de la puerta
- ¡Le traje comida! Gai-kun me dijo que no lo había visto comprar nada estos últimos días así que supuse que no tenía tiempo para cocinar algo así que yo lo hice -Hayami le extendió la bolsa que traía con una enorme sonrisa
- Tú y tus suposiciones tontas -Hayami borró su sonrisa y la suplantó por una mueca de confusión
- ¿A qué se refiere Kakashi-senpai? -ella trajo la bolsa hacia su pecho
- Te dije que no me digas senpai Hayami, si no fui a comprar comida es porque ya tengo, no necesito de la tuya, si solo viniste para eso puedes irte, no molestes -Kakashi cerró la puerta pero Hayami se lo impidió
Cuando el peliplateado estaba por regañarla se dio cuenta de que estaba cabizbaja, un leve temblor provenía de su cuerpo y pequeños sollozos se le escapaban
- ¿Por qué me alejas Kakashi? -la chica levantó su cabeza y él pudo apreciar que estaba llorando
Sintió una pequeña opresión en su pecho al verla de forma, él había prometido que no volvería a pasar, había roto una promesa una vez más
- Ya intenté de todo para que vuelvas a hacer el de antes, sé que es imposible, pero tenía un poco de esperanza, pero parece que solo fue otra tonta suposición mía -Hayami secó con sus mangas sus lágrimas - Entiendo todo lo que estás pasando ahora, esas distintas emociones que estás sintiendo yo también las siento y créeme, sé que te sientes culpable por todo lo que pasó, que si sigo estando a tu lado moriré como ellos, que solo corro peligro a tu lado, pero, estando solo no lograrás superarlo si es que lo quieres hacer -se dio la vuelta lista para irse y no volver -Y por lo que veo, no piensas hacerlo, nos vemos Kakashi
Kakashi veía como la única persona que le quedaba se iba, nuevamente se había quedado solo y todo por querer encerrar todas sus emociones dentro suyo y no dejarlas salir más
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Hayami se encontraba despidiendo al que alguna vez fue la persona más importante en su vida
Había decidido que se iría de la aldea por otra temporada, necesitaba volver a despejar su mente y alejarse de todo
- Bueno Obito-kun, ya se me hace tarde y todavía tengo que terminar de guardar algunas cosas para llevarmelas -miraba el cielo con sus ojos brillosos, ella no lo iba a superar nunca - No pienses que me olvidaré de ti, vendré a verte de vez en cuando, recuerda que sigues en mi corazón y nunca saldrás de ahí - se paró y sacudió su ropa - Nos vemos Obito-kun - suspiró y se dio media vuelta - Ya puedes salir Kakashi, ya terminé
El chico saltó del árbol en el que se encontraba y cayó frente a la chica
- Así que te vas otra vez
- Sí, pensé que estarías feliz, ya no me verás por un largo rato -dijo ella con la cabeza baja mientras jugaba con sus dedos
- Es que no quiero que te vayas -aquellas palabras del Hatake la sorprendió y levantó su cabeza rápidamente para mirarlo fijamente
- No digas tonterías Kakashi -Hayami frunció su ceño y a Kakashi se le hizo tierno y lindo el sonrojo que se había apoderado de su rostro
- Es la verdad, quería disculparme por como te he tratado al querer ayudarme, solo tenía miedo de que algo te pase solo por estar a metros de mí, eres la única que me queda y no podría soportar el perderte, pero te prometo que ya no te alejaré más, de ahora en adelante seremos nosotros dos, juntos -el sonrojo de la casta solo aumentaba - Soy un imbécil
- ¿Y?
- Un malagradecido
- ¿Algo más?
- Amargado y creído
- Hmp
- Y un... Bakakashi -ella sonrió y se acercó más logrando que se ponga un poco nervioso
- Eso es lo que quería escuchar -le regaló una sonrisa - Bueno Kakashi-senpai como me convenciste de no irme me ayudarás a desempacar
- Que no me digas senpai maldita mocosa
- Sabes que lo seguiré haciendo -le sacó la lengua - Apurate que después iremos a comer
-Está bien, adelantate que tengo algo que hablar con el otro tonto -Hayami lo miró mal
- No le digas tonto, ese es tu puesto
- Si si ya vete ahí te alcanzo -no dijo nada y se fue - ¿Estoy haciendo lo correcto Obito? ¿La estoy cuidando bien? Estúpido, tú tendrías que vigilarla, ella te merece más que a mí -sin nada más que decir siguió el rastro de la castaña
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