Capítulo 8

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Nota de autora: Por cierto aunque escriba bien cuando Elías habla pues no se le entiende tanto pero Alan se esfuerza y logra entenderle. Se vienen muchas cosas, será algo bastante agridulce 💖 Gracias por el apoyo y las vistas.

Alan tuvo que dejar a Elías en aquel centro de adopción que quedaba a una distancia considerable de su casa. Le prometió al niño que lo visitaría en cuanto pudiera y que estaría atento a cualquiera de sus deseos.

-¿No me... dejaras como mami? ¿O si? -El pequeño temió el ser abandonado por segunda vez sin tener otra oportunidad para ser feliz. Temió no ser suficiente nuevamente.

-Claro que no, peque. Es más... -Alan se quita su collar que era de una media luna junto a una pequeña estrella y lo coloca en las manos del pequeño.- Con esto tienes una parte mía, Ely, es imposible que no regrese. Siempre lo haré. Toma este collar como una promesa, por favor.

El pequeño miró el fino collar que se encontraba en sus manos con mucha fascinación. Y a continuación, Elías levantó su cabeza y asintió en dirección a Alan.

-Okey. -Fue lo único que el pequeño dijo pero el albino supo ver en la expresión del niño de que estaba muy aliviado y de que se sentía mucho más tranquilo junto a la pertenencia del más mayor.

-Por favor, cuidate. Te veré muy pronto. -Una pequeña caricia en el cabello fue el último consuelo que obtuvo tanto el pequeño como el albino antes de la inminente despedida.

Alan sabía que no tenía sentido que se hubiera encariñado tanto con un pequeño que había conocido recién ese día. Pero no pensaba que ese niño fuera cualquier niño, era un pequeño triste, algo roto e inseguro. Creía que juntos podrían ser algo más que pedazos rotos de una persona que solían ser.

Alan después de eso, tomó un taxi para llegar a su casa. La cual por cierto, estaba vacía gracias a que sus demás hermanos y hermanas habían salido junto a su padre para celebrar el cumpleaños del mayor. Y obviamente no fue invitado, era algún tipo de vergüenza para su padre y no podía dejar que sus socios vieran en lo que se convirtió su hijo.

Si, aquel ser tampoco merecía que lo llamara papá.

Pero en cambio su madre, su madre que posiblemente se haya quedado esperándolo todo este tiempo cuando podía estar en un elegante y exclusivo restaurante que había abierto hace poco, bueno, su madre si merecía otra oportunidad. Y es que se veía que ella estaba forzada a fingir que mantenía distancia con su hijo para mantener felices a los demás miembros de la familia. Lo cual era bastante triste.

-Ya llegaste, te habías tardado. Nos cocine a los 2 algo simple pero creo que esta bastante bueno. Ven, los sirvientes no están gracias a sus vacaciones.

-Me alegra el estar a solas, mamá. Y es que... tenía algo que preguntarte.

-Adelante. Te escucho. -Mientras ambos se sentaban junto a una pequeña mesa, Alan se preparaba para pedirle aquel gran favor a su madre.

-Yo, quería pedirte algo de dinero prestado. Em, porque yo...

-¿Para que sería exactamente, hijo?

-Bien, te hablaré sinceramente. Encontré a un niño en la calle, de no mas de 4 o 5 años. Lo habían dejado, mamá. Lo botaron como si fuera alguna clase de basura. El estaba tan asustado, yo no sé que clase de monstruos lo dejaron allí pero sé que no lo merecían. -Alan guardo un poco de coraje y después dijo.- Creo que podría ser alguien bueno para ese niño, mamá. Sé que soy joven y que tengo mis propios problemas pero creo que si puedo.

-¿Quieres adoptarlo? -preguntó su madre con mucha calma.

-Sí.

-¿Tienes en cuenta lo difícil que es criar a un niño? ¿Y todas las responsabilidades que conlleva?

Shed A Tear. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora