frente a Él

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Hoy estuve ante el Señor
Su presencia omnipotente se colaba entre las fibras de mi corazón, dejandome sentirle mientras de rodillas lo contemplaba en silencio

Y le dije "imposible no amarte, no creerte, siendo que tú me has salvado"

Mire por sobre mi hombro, personas que al igual que yo, en silencio se entregaban a la presencia de Él

Y aun estando ahí, agradecida tan entera e infinitamente por todo, mientras hablaba con Él, viniste a mi mente

No hice más que sonreir al recordar tan bella mañana a tu lado

La algarabía que creaba tu risa mientras perpleja te miraba sonreir, me devolvió la dicha de saberme parte de ti

Le sonreí, y en silencio le pedí que su amor y bendición descendiera sobre ambos

Para verte brillar siempre, para estar para ti siempre, para amarte siempre...

Que dicha sería la mía, si ambos de la mano nos dejáramos guiar por Él

Y que sorpresa fue la mía, que al compás de mi latir, su bendición me dió

Y en el silencio me susurró, que así habría de ser

No cabía en júbilo y amor, tanto de ti como de Él, rompiendo en llanto entre quienes me estiman.

Solo pude agradecer en silencio, aquella dicha sería nuestra, y este sería el lugar donde habría de quedarme

El lugar donde habrías tú de quedarte, caminando junto a mi por un sendero hecho para nosotros.

Uno que recorerriamos en la eternidad, con Él amándonos y bendiciendonos en su grandeza

Levanté la mirada al sagrario, con los ojos empapados en amor, sonriendo como una niña llena de ilusión, agradeciendo en silencio

Me puse de pie, diciendo nuevamente "imposible no amarte, no creerte, siendo que tú me has salvado, y me has dado una dicha que de mi creía ajena, gracias, Padre, por amarnos y permitirnos a nosotros amarte de esta forma"

Así, con el corazón en paz y lleno de dicha, salí, en camino a encomendarte nuestra misión

Nuestra promesa, de por siempre estar juntos

-D. Auditore

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