1. Aguas Negras. (Parte 1)

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 Lauren estaba de rodillas sobre el pavimento frío frente a una chica más o menos de su edad. La chica se retorcía y gemía, tratando de zafarse de las manos de Lauren. Su cara brillaba débilmente en la oscuridad, pálida del miedo.

Y después su expresión cambió. El miedo se convirtió en furia, y un extraño sonido salió de su garganta.

<<Aquí vamos —pensó Lauren—. Ya está empezando>>

La chica empezó a poner los ojos en blanco muy lentamente, hasta que se convirtieron en 2 pozos de odio. Su piel se volvió de un blanco enfermizo, su cabello se hizo rígido y se le cayó a puños, volando con la brisa de la noche y dejando en su lugar un cráneo de calvo y grisáceo. De sus manos brotaron garras, su ropa se rasgó y dejó ver una piel tan delgada como el papel y extremidades largas y huesudas.

Como de pesadilla. Literalmente.

Porque había sido un sueño el que le dijo a Lauren dónde encontrar a esa chica y en lo que se había convertido; dónde encontrar a la criatura que había poseído su cuerpo y alma hasta destruir cualquier rastro, y que se proponía lo mismo tantas mujeres jóvenes como pudiera. Lauren había soñado que el demonio estaba en el parque esperando, acechando el momento oportuno en que llegara una víctima, hasta que Lily apareció. Lauren sabía que el sueño le decía que fuera, a pesar del miedo, y cazara a la criatura como lo hubieran hecho sus padres. Sólo que ella estaría sola.

Ahora, Lily se había transformado por completo y la criatura iba  a liberarse. Lauren tenía que actuar rápidamente. Cerró los ojos y empezó a invocar su poder.

<<Mi primera vez. —Pensó—. Justo como en mis sueños>>.

Durante algunos terribles segundos, Lauren temió que no pasara nada. Temió que las aguas negras, el poder que había heredado de su padre, le fallaran. Temió que sus manos permanecieran frías y que se quedara impotente, cambiando de cazadora a presa en un instante.

<<Deberían estar aquí. ¡Deberían estar aquí para enseñarme!>>

El dolor y la ira la invadieron, y con ellos llegó el alivio. Las aguas negras la inundaron como una corriente incontenible, y sus manos desbordaron calor. Lauren se miró los brazos con horror creyendo que estaban en llamas. La criatura se retorció bajo sus manos con un chillido que helaba la sangre. Su piel empezó a supurar y a disolverse. Casi después de un minuto, lo único que quedaba del demonio era un charco de agua oscura, tan fría que dolía tocarla.

Lauren se sentó sobre sus talones y exhaló lentamente, como si le hubiera quitando un peso enorme de encima. Se miró las manos atontada, como si no pudiera creer por completo lo que acababa de pasar, lo que había salido de ella. Hacía tiempo que sabía de las aguas negras; sabía que su padre tenía ese don y que ella estaba destinada a tenerlo también. Pero sentirlo…

Era diferente.

Estimulante y terrible al mismo tiempo.

Lauren se estremeció por la frescura del viento. Estaba empapada en ese líquido extraño y oscuro que llamaban “aguas negras”; pero en realidad era algo más, algo sin nombre. Se secó lentamente las manos en los pantalones, como aturdida. Estaba agotada, exhausta.

Su primera cacería.

Sus padres deberían haberla llevado, deberían haberle enseñado; pero los mataron demasiado pronto. Así que tenía que hacerlo sola.    Tenía que aprender, y rápido. Tantas veces les había pedido a sus padres que le enseñaran…

—Volvemos pronto, mi amor. —El cabello de su madre, Clara, le rozó suavemente la cara cuando se inclinó sobre su cama para darle un beso. La luz tenue de la lámpara de Lauren iluminó los delicados rasgos de Clara e hizo que sus ojos brillaran. Lauren quiso abrazar a su madre para mantenerla a su lado, en casa.

Sueños Secretos || Camren Adaptación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora