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Capítulo uno : VUELVE PARA PODER AMAR.

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A mis veinte años me creía hetero y hice una tontería que se convirtió en lo mejor que me podría haber pasado en la vida

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A mis veinte años me creía hetero y hice una tontería que se convirtió en lo mejor que me podría haber pasado en la vida.
Tenía una novia.
Guapa, delgada, atlética, estudiosa... Estábamos enamorados, pero ella decidió dejarnos para convertirse en modelo.
Nunca le perdoné que abandonara a su hija.

Cuando cumplí veintiún años, nació mi patatita, mi rayito de sol.
Ahora tiene cuatro añazos y yo cada día me hago más viejo.

Aún que veinticinco años no es tanto.

Cuando ella nos dejó, entré en depresión, mas me vi obligado a superarla ya que me veía solo con una niña recién nacida.
Había terminado mi carrera, así que enseguida encontré un trabajo.

Actualmente vivo bien, mi hija tiene de todo y es muy feliz.

Nunca me habían gustado los colegios o guarderías privadas, así que dejaba a mi niña en la guardería del barrio, tenía muchos amiguitos y no quería que se alejara de ellos.

¡Papi, papi! — Cogí a mi niña en brazos y dejé un sonoro beso en su frente.

— Dime preciosa, ¿Cómo lo paso la niña de papi? — Ella sonrío y me contó todo lo que había pasado en el cole, y nuevamente volvió a mencionar a ese profesor que nunca había podido conocer.

— ¡Soonhe! — Mi hija se giro y saltó de mi regazo para reunirse con el profesor que la había llamado.

— ¡Maestro Hoseokie! — ¿Qué confianzas son esas, cielo?, Me acerque como un gato, sigilosamente y tranquilo. Pero siempre con los sentidos bien alerta.

— Te habías olvidado de la chaqueta, Cielin. — Le colocó la chaqueta con cariño y acaricio sus cabellos amorosamente.

Carraspee y me hice notar. — Eh, hola, ¿Me puede decir su nombre?, es para, ya sabes, saber qué profesor tiene mi hija ya que no le conozco.

— Soy Hoseok, Lee Hoseok. — Hija creo que ya no tienes padre.

Sentía que me iba a desmayar, su sonrisa, sus mejillas, su pelo... Todo de él me hacía delirar con solo echarle un vistazo.

— ¿Papi?

— ¿Si mi amor?

— ¿Nos vamos a casa?, Tengo frío.

— Oh sí, vamos. Adiós lindo. — Cargué a mi hija mientras dejaba a un Hoseok muy sonrojado

— Papi, ¿A que el maestro hoseok es muy lindo?

— Sí, es precioso — Creo que me he enamorado de él.

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—可 爱 的 友 谊 ❜

Me costó un poco seguir escribiendo, tengo muchos problemas en casa, y últimamente me siento bastante triste, de ahí que casi no hable con nadie ni coja las redes sociales.
Apenas contesto los mensajes y apenas veo Instagram.

Bueno, aquí les dejo esto.
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— Cuatrocientas cuarenta y cuatro palabras.             

Tєll mє. ࿊Yungi [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora