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Emma Hamilton
-Lo encontré baby-le dije a Megan mientras stalkeabamos a Mía.
Fui a Instagram y busqué a Mía Bradley, y en sus seguidores busque a un tal "Zac". El único que encontré se llamaba Zac Matthews, y si, efectivamente era el. Era un galán.
Fui a sus historias destacadas y tenía una que decía "amor", entré y como era de esperar, fotos suyas con Mía.-Es su novia-bufé frustrada-aunque, realmente no me importa-puedo llegar a ser una zorra con los chicos, pero soy buena persona lo juro.
-Emma, te diría que no hagas nada, pero...a quién le importa? Esa chica no es tu amiga-tiene razón-porque no empiezas por seguirlo en Instagram y ver que pasa?
-Megan, eres una genio.
Y así, con un click, comenzó todo.
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-Pss Emma, mirame-susurró Morgan haciendo una cara rara-mmm te extrañé bebe, besamee-esta loca, confirmado.
-Sos una loca de mierda-le grité entre carcajadas.
-Emma! Megan! A dirección!-puta profesora.
-Esto es tu culpa estúpida!
-Shh yo sé que me quieres-es verdad, le había tomado un gran cariño.
Habían pasado ya 3 semanas desde que comenzamos el instituto, 3 semanas desde que había comenzado a seguir a Zac en Instagram.
Solo me había devuelto el follow, pero nada más.--
-Ma! me voy, tengo ensayo hoy-grité desde la sala principal-a la salida me iré a dormir a la casa de Megan, y mañana iremos juntas al instituto.
-Bueno, ve escribiéndome y no hagas cagadas! Recuerda lo que pasó en Chicago.
Que pesada es, cada día más insoportable. Como sea, tengo que irme, hoy es lunes y tengo hip hop juvenil, la coreo está quedando genial.
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Amo este lugar, es demasiado cool. Instalaron una gran televisión en la recepción en la cual se puede ver lo que está pasando en cada salón, ya que pusieron una cámara en cada uno. Super genial.
Pasando la recepción, hay un pequeño pasillo que conduce a los baños y a otro gran pasillo. Este otro tiene graffitis por todo lados (como en todo el lugar prácticamente) y tiene una gran estantería de vidrio con todos los trofeos y medallas que ganaron anteriormente. Lleva a un pequeño salón con puertas de vidrio, dónde hay un espejo bastante grande que recubre una pared, una pequeña ventana, un equipo de música y todas las demas paredes están cubiertas de grafitis, el que más me llamó la atención es uno que dice "DC", hecho de letras bancas y negras con un fondo violeta oscuro.
Este pasillo también lleva a otro salón, en el que ensayan los grupos más grandes, como el nuestro (cabe aclarar que todos los que estamos en el grupo de hip hop juvenil, también están en reggaeton juvenil). Este salón es enorme y tiene dos espejos que recubren dos paredes completas, tiene dos ventiladores, una ventana enorme (que da a la casa del vecino, nose como soporta la música), cuatro equipos de música en las esquinas superiores, una tarima dónde los profesores dan las clases, una pared estampada con diseño de ladrillos y una baranda negra para las chicas del grupo de ballet, y una última pared con un fondo negro que tiene el logo de "DC" en 3D, repleto de luces neon.
Entré.-Hacen todo mal! Son unos inútiles, déjenme mostrarles como es que en verdad se hace-chilló la mandona creída del grupo, Daisy. No la soporto.
-Callate insoportable! Deja de molestar-Abril, te quiero mucho. Ella es una de mis dos amigas nuevas en DC. La verdad es que en este grupo todos están muy separados, es muy triste.
-Basta las dos! Por favor, me van a hacer sacar canas verdes, parecen nenas de cinco años-sonó la voz Sydney en el gran salón, nuestra profesora de hip hop, junto a Alex-hagan todo de nuevo hasta Pump-la tercera canción de la coreo, Pump de Valentino Khan.
Sydney no se llevaba muy bien con Brenda. Ella es muy cariñosa y comprensiva, en cambio Brenda, es totalmente estricta, aunque las amo a las dos.
Al contrario, Ethan y Alex eran novios. Son los más tiernos del mundo.--
-El viernes un amigo da una fiesta, podemos ir a McDonald's, y luego a tu casa para hacer la previa antes de ir-le dije a Abril mientras salíamos de DC.
-Dale! Obvio que puedo, soy la fiestera número uno, nunca me pierdo una. Chau bombón-esta loca pero la quiero mucho.
Estaba yendo hacia Megan que me esperaba en la salida para ir a su casa, cuando de repente mi celular soltó un chillido. Zac me había puesto like en una foto, una vieja.
-ME STALKEÓ! ME STALKEÓ!-gritaba desesperada mientras corría mostrándole el celular a Megan, quien me miraba con una mirada atónita pero divertida, igual que todo el resto de la gente. Que vergüenza.
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Ilegal
RomanceEmma Hamilton era solo una niña de 15 años, pero con mucha rebeldía, demasiada, se podría decir. El alcohol, sexo y drogas no son la excepción. Zac Matthews, un joven de 20, era todo un galán, y no le importaba nada, al menos, no hasta conocerla a e...