Capítulo II lagrimas oxidadas

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-¡Wow!- fue lo único que pude decir ante el primer paisaje de las maravillas
Ante mí se alzaba un bellísimo aunque oxidado puente de hierro con espirales en las barandillas. Más adelante había una muchacha pelirroja; o como ella dice cabello color violín; sentada en la baranda, no era una muchacha tenia orejas blancas de conejo en lo malto de la cabeza. Digamos que era una mezcla de las dos, vestía zapatos de tacón negro un pantalón blanco y una chaqueta de mangas largas azul. La muchacha bajó de las barandillas y caminó hacia mí, era enorme, no en realidad era yo el pequeño. Busque la cajita con el pastel y le di un mordisco a este y aumente de tamaño, asumí que ese era mi tamaño natural y también comencé a caminar hacia el frente.
-Hola soy Karen White, encantada en conocerte. ¿Y tú cómo te llamas?- dijo cuándo nos cruzamos en el camino. Pude comprobar de que se trataba de la voz que me dijo que mirara en la mesilla y supongo que eran suyos los cabellos de la cortina.
- Me llamo Sediel Cabrera, el tataranieto de Alicia-
- Si me lo imaginé, ella era la única que conservaba una de las llaves de entrada, según me dijo me tatarabuelo. Si mi tatarabuelo ya sabes el conejo blanco.-
-haaaa, claro. ¿Y dónde estamos?-
- Estamos en el puente de los sollozos sobre el antiguo charco de lágrimas. Que ahora es más bien un desierto de sal. ¿Oye quieres ayudarnos?-
-¿Ayudarnos dijiste? ¿Y a qué?-
- Ya verás Alecito te agradara- Dijo consultando su reloj de bolsillo.- Como se demora Mónica, ella sí que va retrasada. Sígueme.-
Salimos caminando hasta mitad del puente y por un agujero en las barandillas se deslizo por una duna de sal que colindaba con el puente. La seguí e hice lo mismo, la vedad es que fue muy divertida la bajada. Nos incorporamos y salimos caminando hacia lo que parecía un naufragio de un antiguo barco pesquero.
-¿Y qué te trae por infra tierra? Que lastima que viniste en otoño, haber no me mal entiendas es una estación preciosa pero la más bonita es el invierno es la más bonita de las cinco estaciones. La nieve, los colores, los patines, la música que viene de todas partes, los bailes en el palacio blanco a y las galletas, esas maravillosas galletas calientes de fresas azules con el ponche de nubes de tormenta. Mmmm... Que rico-
- ¿has dicho cinco estaciones?-
- Si, primavera, verano, otoño, invierno y espio-
-¿espio?-
- Si es mi estación menos preferida en clima es húmedo, hay niebla y llueven burbujas, la ventaja es que solo ocurre durante unos pocos días durante el cambio de estación. Ja, llegamos a nuestro destino-
Llegamos al naufragio, olía a salitre, claro como todo por esos lares.
-¡Bajen la escalera!- gritó Karen y de lo alto del navío lanzaron una escalera de soga por la que subimos los dos. Al llegar arriba vi que la tripulación era como Karen, Humanos pero con rasgos de animales.
-Bienvenido a bordo, soy Alex Blue el capitán de este navío conocido como ´´Pluma Azul´´, sin comentarios.- Alex parecía un ave, era alto, rubio de orejas pequeñas y lentes de aumento con marcos oscuros, llevaba la típica vestimenta de corsario salvo que la gabardina que vestía era de plumas azules impermeables.
-mucho gusto soy Sediel-
-Hola Sediel soy Diosleidy, marinera del navío- Diosleidy era pequeña, con orejas redondas, cola rosada y abrigo de piel gris que le llegaba hasta las rodillas.
- y que haces bienes a ayudar, yo soy Wendy- Wendy era de piel oscura, ojos grandes con lentes, orejas pequeñas u vestida con una túnica de plumas cafés y unos adornos de plumos en el cabello que por cierto el cual no parecía ser peinado desde la edad media.- a por cierto puedes hacerme cualquier pregunta, yo me las se todas-
-bueno ya que insistes, porque es que parecen humanos y animales- tenía que quitarme la intriga
-que fácil, eso es lo que se da en la primera clase de creación, evolución y otras ión. Es que algunos organismos han evolucionado, digo hemos, aunque nos quedan características y habilidades. Mira- caminó hasta el borde del navío y salto, en el momento que saltó se convirtió en una lechuza café de enormes ojos que comenzó a aletear en el aire.
-cuanto quisiera hacer eso, mi trasformación no vuela, soy un ave que no vuela, valla que suerte ser un dodo- se quejaba Alex.
- por fin, ayudar a que- dije un poco alterado, nadie me había dicho ayudar a que.
-pues a levantar el naufragio- dijo Alex y Wendy de posó en la barandilla del barco y volvió a su forma semi-humana y comenzó a hablar
- pues sí, si mis cálculos no se equivocan, y nunca lo hacen ya que yo me las se todas, si comenzamos a pasar la sal que hay en la proa a la popa así se levantará-
-pero si el barco está inclinado no se correrá la sal de nuevo a la parte de atrás- dije queriendo ayudar
- ¡que ba!, los cálculos los hice yo y no me equivoco nunca- insinuó la lechuza humana.
-oye Mónica donde se habrá metido, que siempre llega tarde, si no fuera mi prima. Según ella se le quedaba los guantes, pero yo creo que lo que no quería era trabajar- comentó Karen
-¿bueno entonces vamos a trabajar? ¿O no?- se molestó Diosleidi
-ok comencemos, todos cojan una pala y comiencen a palear la sal- dijo Alex con entusiasmo.
Entonces cogí una pala que Alex había dejado en cubierta, y a palear se ha dicho. Bajé a la parte más inclinada del barco, cargué la pala de sal y subí la pendiente de madera quejumbrosa. Al llegar a mi destino descargue mi salada carga, no creo que sirviera de mucho ya que al momento de dejarla caer comenzó a correr hacia la parte póstuma de la desvencijado navío. Todos se cargaban de sal y descargaban pero no se avanzaba, el barco seguía tan encallado en la sal como cuando llegué.
-y si cantamos- sugirió Karen
-¡Noooo!- Gritó Wendy
-ay que pasada, pues un poema si digo- protestó Karen
Las flores de los cerezos llueven de sus ramas
Pues es que no se sabe aún a quien ama.
Rompiendo el espejo del cielo
Gotas de rocío cayeron al lago
Tan frías, como el blanco hielo
Ya no sé lo que digo ya no sé lo que hago.
-muy bonito Karen- la alagué
-Eso no es nada, yo me se miles de poemas más bonitos- agregó Wendy a mi alago
-saben que hemos trabajado bastante ya por hoy, y les tengo una recompensa por ayudarme- y con este comentario de Alex cesó la cascada salina que caían.
Alex entró a la bodega unida y salió con una bolsita de tela café
-miren, caramelos de chocolate imaginario. Saben que es una tradición regalar caramelos- dijo agitando la bolsita
- ¿imaginario?- dudé
- sí, son tan ricos que te parece que estas en trance- explicó la que se lo sabe todo
Empezó a repartir los caramelos, al comerlo sentí como un espeso trago de chocolate caliente con licor de cacao, se derritió lentamente en mi boca, que rico, jamás había probado caramelo más rico. Pero cuando llegó a Wendy solo quedaba un caramelo, y Alex no había comido. Alex tomo el caramelo en la mano y antes de que pudiera llevárselo a la boca Wendy lo agarro y se lo comió, tragándoselo sin masticar.
-¡Mi caramelo! ¡¿Qué te pasa?!- gritó Alex. Enfadado corrió a la bodega y sacó un bolso negro y lo arrojó por la borda.
-Oye mi bolso, ya verás si se me rompe el termo- protestó la lechuza y bajo volando, nunca mejor dicho, a buscar el bolso.-Me rompiste el termo, ya verás cuando se lo cuente a mi madre y a Mayi Christie- y se fue volando con el bolso en las patas.
-Ja y se puso brava, bravo me tenía que poner yo se comió mi caramelo. Y que se alegre que lo que tiré fue el bolso y no a ella.- se justificó Alex- voy a dar las quejas- decía Alex imitando a Wendy y agitando los brazos como alas
No me pude contener más y comencé a reír, luego me siguieron todos.
-Miren creo que tengo que ir a buscar a Mónica que llegamos tarde- comentaba Karen mientras bajaba por la escalera de soga.- ¿Sediel vienes conmigo? ¿Y por cierto a dónde vas?-
-A casa del sombrerero- conteste
-Pues vamos conmigo y ya después vas al pueblo de los adoquines-
-¡Adiós... nos vemos!- gritaban Alex y Diosleidis mientras bajaba la escalera.
-Vamos primero al prado del retraso, buscaremos a mi Prima- Y Karen empezó a caminar en el blanco desierto.
La seguí, caminamos en dirección diagonal al puente de ´´´Las Lágrimas Oxidadas´´. Mientras íbamos perdiendo de vista el barco y el puente nos introducíamos en un bosque que aunque era espeso era bastante luminoso, los árboles eran de un verde brillante y olían a menta fresca. El camino era de piedras blancas y redondas, lisas como las de un rio. Avanzábamos en el camino y aparecían tulipanes en flor rojos, rosados, amarillos.
-A que están bellas las flores, no, y deberías de verlas en la noche brillan con un color muy bonito y peculiar- sonreía Karen
-¿Falta mucho?-
- no, no te preocupes, esta al final del camino amarillo ¡A no, que esa frase no es de aquí! Es que me confundo, solo sigue caminando.-
Llegamos al final del bosque y habían dos grandes columnas de ladrillos rojos, en una ponía con grandes letras doradas ´´ Prado del reloj roto´´ y abajo en pequeñas letras rezaba: ´´No es el tiempo el que nos manda, somos libres de seguir los ritmos que queramos. El retraso es relativo.´´

Regreso a las MaravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora