Cada vez eran más y más de esas pequeñas luces que comenzaron a variar en colores fosforescentes. Al acercarme a una de ellas pude ver que eran una especie de hongo, tal vez una especie bioluminicente. Las luce o mejor dicho los hongos estaban alineados a ambos lados del camino que había perdido poco antes, a medida que avancé y he de decir que no fueron muchos pasos, pude ver a la distancia enormes de los hongos luminosos. De inmediato llegué a las enormes y brillantes setas, estaban a ambos lados del camino, parecía como si este atravesara un bosque de gigantescos hongos de sombrerillo. A un lado del camino iluminado se encontraba como una entrada, un espacio sin hongo alguno rodeado por dos de estos de imponentes colores de neón, y encima de uno de ellos se encontraba un letrero negro escrito también con esos colores que ponía:
Hostal de luces de la Familia Bleu;
Habitaciones vacantes
-ja, un hostal, eso es genial!- exclamé ya que era perfecto, un lugar donde pasar la noche para continuar en la mañana.
Decidí entrar. Cuando pasé la puerta delimitada por los dos hongos me hallé en un pequeño patio interior rodeado de más hongos fluorescentes, solo que estos gigantes tenían en ellos puertas de entrada. En el centro del patio había un hongo tan grande como los demás pero mucho más bajo que el resto. Y sentado en el cómodamente una muchacha con los pies cruzados. La muchacha se encontraba leyendo un grueso libro repleto de ilustraciones en tinta negra y a su lado una gran pipa, que hacía más de humidificador para esparcir los aromas de su perfumado contenido que para fumar, la muchacha vestía un piyama compuesto de un chándal azul índigo con rallas negras y una enguatada del mismo tono de azul pero sin rallas y como si fuera todo a juego, llevaba su pelo negro pintado con rallas de un color azul marino, pero no me puede faltar el detalle más relevante, sus antenas terminadas en espiral que salían de su teñido cabello.
-Visita, visita!- una voz sonó a mis espaldas, y me hizo saltar de sorpresa. Era algo así como una mucama, con delantal blanco y un extraño vestido a rallas amarillas y negras, ella también tenía antenas, salían de su enmarañado pelo color amarillo, recogido en un alto moño, pero no un amarillo como el de su traje, sino un amarillo sucio como si barriera el suelo con su cabeza en lugar de la escoba, u no lo dudaría ya que la expresión de su rostro no denotaba mucha inteligencia.
-a ver pasa hijo mío- se refirió a mí la muchacha de azul, como si tuviera veinte años más que yo, y realmente parecía que cuando mucho tendría uno más.
Me acerqué a la chica sentada en el hongo siendo escoltado por la rara mucama delante de mí, y para mi sorpresa pude ver en su espalda un par de diminutas alas que en contraste con su cuerpo dudo que le sean útiles.
-Soy Samantha Bleu, hija de la dueña del hostal, y esa cosa que te acompañó hasta mi es mi empleada Paula Sofía Colmenero. Ahora dime que quieres- dijo la chica sentada en la seta
- Soy Sediel y quiero una habitación por esta noche-
-He tú cosa, vete a arreglar la habitación 6 para nuestro huésped- le dijo Samantha a Paula
-he?- dijo paula con una expresión en su rostro de no estar mirando a nada y tener la mente vacía del todo
-la que tiene el número pintado en verde, con hojitas al rededor- dijo Samantha como si supiera que significaba la extraña mueca de su empleada.
- y dime con que piensas pagar?- me preguntó Samantha después de que Paula se retirara
- yo... esto... no lo sé... No había pensado en eso- dije recordando que no tenía dinero de infratierra
- a ver que tienes en tu mochila que me guste- al decir esto hizo un ademan con la mano sobre la pipa, y el humo color morado de esta se extendió hasta mí, formando en su extremo una mano que abrió mi mochila e hizo que todo lo que llevaba flotara hacia Samantha
-oye son mis cosas- repliqué
- ay no chilles, déjame ver- tomo el pequeño frasco azul de tapa blanca que antes estaba en la caja de mi tatarabuela- con que no tenías con que pagarme he?-
- y no tengo- respondí
- y esto?- tenía el frasco en la mano y lo estaba agitando - es un contenedor para cristales, de los primeros modelos- lo destapó y volcó sobre su hongo, y de él salieron varios cristales de colores, yo jamás había visto eso ahí, supongo que todo cambia con el territorio, era muy curioso - ves estos cristales de las minas del reino de diamantes valen como diez coronas cada uno, pero me gusta este azulito, no importa que no llegue al precio del hospedaje, me lo quedo a cambio de tu estancia- dijo esto, hizo otro gesto con la mano y las cristales volvieron a su frasco y este junto con las demás cosas a mi mochila y esta última se cerró nada más estuvo el ultimo objeto dentro.
-Sígueme, tu habitación está lista- se levantó al escuchar una campanita tintinear
Caminamos hasta una de las setas que rodeaban el patio interior, la numero 6, como había dicho Sam anteriormente. La seta a pesar de ser enorme y con una puerta de mi tamaño, no creía que uno pudiera dormir ahí si no fuera de pie porque parecía no tener más de un mero de diámetro su base. Sam abrió la puerta e hizo un gesto para q pasara junto con ella. En serio estas persona, insectos, animales, cosas, lo que sea q viva en este país sabe cómo aprovechar el espacio con esas técnicas de espacio comprimido, ya que la seta por dentro era mucho más grande, constaba de una cama personal, un pequeño armario y una mesita con su respectiva silla, todo de madera blanca, y una puerta del mismo material que daba a un pequeño baño con todas las comodidades.
Si tiene baño hijo- me dijo Sam al darse cuenta que me había percatado – si te lo digo porque aquí estuvo una anormal preguntando que si mi casa tenia baño, le dije que no q me bañaba en el rio que había en el patio, ella se fue pero es que a quien se le ocurre preguntar algo así-
-señora todo listo- dijo Paula saliendo debajo de la cama llena de pelusas de polvo- ya lo desinfecté todo, ya no quedan rastros de la bicho palo esa que estuvo acá-
-cómo?- hice un gesto de intriga con las cejas
- tranquilo seguro que no te empatas con ella en persona, es insoportable, a mí me da igual pero en fin nadie la quiere, siempre trata de apoderarse de las cosas de los demás, dicen que ilusiona a las personas y luego las tira como basura y las cambia por otras, y ahora va de camino al reino de picas a saber qué hará por allá. Es casi tan insoportable como el grillo que decía ser mi amigo o el caracol gritón que tengo de vecino- se explicaba Sam- y ahora nos vamos, camina Sofía, deja que se instale-
A la hora más o menos tocan a mi puerta.
Soy Sam abre- le abrí la puerta y sostenía dos platos de lasaña- mira me caísteis bien toma comidita, la hizo mi madre así que no me eches las culpas si está mala- dijo esto y paso a la habitación y se sentó en la mesa – voy a cenar contigo, me aburro mucho y Paula Sofía no tiene tema de conversación alguno. Sé quién eres y lo que bienes a hacer acá.
Como lo sabes? Y en serio por favor dímelo porque realmente no lo sé-
Lo sé porque Mayi Christine me lo dijo, ella lo sabe todo-
Quien en ella?-
Ella es la maestra de maestras, y me dijo que no te dijera nada aun que todo se rebelaría cuando debiera hacerlo. Pero, me dijo que te dijera algo al respecto-
Dímelo entonces-
Los problemas asechan en las sombras, no en las nuestras que nos acompañan siempre y son parte fundamental de nuestra alma, se ocultan en otras, otras que en lugar de reflejar almas, reflejan catástrofes.-
Y eso que quiere decir?-
Lo tendrás que averiguar tú mismo –
No puedes decir nada claro he?-
Pues no, ni puedo ni quiero- se empezó a reír silenciosamente – por cierto date un baño, hueles a persona de la superficie, ahí te dejé algo de ropa, Mayi me dijo que estuviera preparada
Sin más nada que decir y terminando de cenar Samantha se retiró y se llevó con ellas los platos sucios. Me levanté en cuanto se fue y me di un baño después de colocar el seguro en la puerta, llene la bañera con el líquido que había en un frasco, el líquido hizo al instante una enorme masa de burbujas amarillas con olor a manzanilla. La ropa que Sam había mencionado estaba encima de un pequeño taburete que había en el baño. Me la puse y he de decir que me quedaba algo grande, quise ponerme mi ropa sucia pero no estaba, en que momento había desaparecido. En fin las cosas son extrañas aquí. La ropa que me había dejado era parecida a la que ella usaba lo que de hombre, a parte de la ropa interior compuesta por un calzoncillo, un par de medias y una camiseta, todos de color celeste, el atuendo contaba de un chándal azul oscuro y una sudadera con capucha un poco más clara que el pantalón. Todo me quedaba súper grande, peo tenia tanto sueño, que enseguida me quedé dormido en la cama. Al otro día me despertaron tocando a la puerta, era Paula llevaba un carrito de madera q pasó a la habitación, colocó una taza de néctar y unas tostadas con mermelada sobre la mesita y me entregó mi ropa limpia. Me dijo que ya era tarde y que debía de seguir el viaje, que me faltaba un poco por caminar, que el desayuno se servía tarde porque nadie se molestaba en levantarse temprano en el hostal. Intrigado le pregunté sobre la ropa y me dijo que la ropa sucia desaparecía de las habitaciones y se lavaba sola en un pequeño patio equipado para tal cosa. O eso fue lo que entendí, habla un poco enredado la verdad. Eché mi ropa limpia en la mochila y salí del hongo después de desayunar.
-que haces vestido así?- me preguntó Sam, que me esperaba donde la había visto la primera vez
- es la ropa que me dejaste, esta algo grande-
-no, no lo está, esto se ajusta- dijo esto y haló lo que yo pensaba que era la etiqueta en mi cuello y la ropa se ajustó toda perfectamente a mí. Parecía hasta mía.
-No tienes tiempo que perder, sigue por el camino que seguías anoche, y llegaras al pueblo de los menesteres, y por favor no te distraigas en la casa de la duquesa ya que tendrás que pasar por el páramo de los ébanos-
- está bien… pero con respecto a la fiera que me habían dicho...- no me dejó terminar
- a eso olvídalo, seguro que te lo dijo Karen mira que es melodramática-
-como digas, gracias por todo-
- a una cosa más, hasta ahora has visto un perfecto país de las maravillas, porque algunos seguimos como si nada pasara, pero a partir de este punto las cosas se pueden torcer un poco, no todos quieres disimular los daños, no te confíes de lo que ves, y se paciente con todos, la mayoría solo está bajo presión. Buen viaje-
Me despedí aun pensando en lo que me decía y emprendí nuevamente mi camino.
Llegaba por fin al dichoso paramo de los ébanos, realmente es algo oscuro y tiene una especia de niebla azulada q llega a altura de los tobillos solamente. Los árboles son preciosos, algo tétrico todo, pero he de decir que me agrada, la madera de estos ébanos parece tratada, esculpida y barnizada, más que arboles parecen esculturas de ellos perfectamente barnizadas para realzar su color negro y sus retorcidas ramas.
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Regreso a las Maravillas
FantasyEs mi primera histora espero q les guste... Cansado de la tormentosa realidad nuestro protagonista decide embarcarse en un viaje maravilloso luego de descubrir quien era realmente su tatarabuela y parte de sus raices y el porque es tan distraido y f...