Capítulo III : Los reinos de las maravillas

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Detrás de las columnas se hallaba un pintoresco pueblo de muchas casitas todas amontonadas, de diversos colore y con jardines delanteros llenos de flores. Seguí caminando con Karen por las empedradas calles blancas hasta llegar a lo que creo que era el centro del pueblo, una plaza con una estatua en el centro, la estatua era un árbol lleno de relojes derretido, como sacado de un cuadro de Dalí, luego confirme que el mismo había estado en el país de las maravillas y la había confeccionado en sus mejores años. Pasada una cuadra de la plaza llegamos a dos casitas de dos plantas muy pegadas una pintada de azul y blanco con adornos plateados y la otra roja y blanca con adornos en dorado. De esta ultima de asomaba de la ventana del segundo piso una muchacha rubia con la piel tan blanca como la mismísima nieve.
-así que ahí estabas perezosa, sentadita en la ventana sin querer ayudarnos, que zorra eres- le gritó Karen.
-Zorra no prima Coneja o se te olvidó nuestra especie, ademas estoy esperando la citación a la corte roja- le respondió la pálida muchacha
-ella es mi prima, se llama Mónica, se cree muy interesante por integrar la corte roja como nuestro tío tatarabuelo, esa es su casa y la de al lado es la mía- me decía Karen mientras entrabamos en la casa de Mónica
El interior de la casa de Mónica era exageradamente recargado, había espejos por todas partes acompañados de grandes candelabros dorados y cortinas con llamativos estampados florales. Karen se adelantó y subió por las escaleras que había en el salón, unas escaleras a tono con toda la habitación excesivamente barnizadas con un tinte rojizo. Al llegar al piso superior no hubo cambio alguno, el pasillo era abrumador, las paredes estaban decoradas con el mismo papel tapiz que cubría la sala, rojo con espirales negros y plateados, y las paredes estaban decoradas con cuadros de todos los tamaños y las más diversas formas que portaban fotos de al parecer toda la familia. De las cuatro puertas blancas que había, Karen entro en una sin llamar y me hizo un gesto para que la siguiera en silencio. Entramos a la habitación de Mónica, está de más decir que era exagerada la decoración, todo en rosa y dorado, parecía que habíamos entrado en un algodón de azúcar perfectamente ordenado. Karen se acerca sigilosamente a Mónica, que aún se encuentra apoyada en la ventana mirando a la nada.
-ja!- grita Karen y Mónica pega un brinco que casi sale por la ventana
Mónica no se vestía como Karen, ella llevaba un vestido cort de color blanco por encima de la rodilla y por encima de este un frag rojo brillante y un exuberante moño de tul adornaba su cuello haciendo juego con los pequeños lazos que llevaba en sus zapatos de plataforma rojos
-ay qué mala eres- se lamentaba Mónica con una vocecita de criatura indefensa
-mala yo?! Lo serás tú, que en vez de ayudarnos estabas aquí esperando que se yo que, mirando a donde se yo, y buscando un no sé qué, que no aprecia
- Gritaba Karen
- y ese quién es?- preguntó Mónica mirando hacia mí e ignorando completamente a Karen
-es un amigo va a estar un tiempo por acá y me gustaría que le dieras un mínimo del sistema de reinos-
-a claro encantada, pero como no lo va a saber de dónde viene el, acaso de la isla anarquista?- dijo Mónica en tono sarcástico
-Si de ahí mismo es- dijo Karen haciéndome una seña
- Me llamo Sediel- dije
-pues bien Sediel sígueme- dijo levantándose de la silla junto a la ventana. De su regazo cayeron un par de guantes- anda ahí estaban llevo todo el día buscándolos-Karen respiro fuertemente y reviró los ojos
Mónica se acercó a la pared contraria a la de la ventana una que estaba forrada de espejos, abrió uno de los espejos que resultó ser un armario y sacó una pizarra y tizas de muchos colores, más de 20 colores diferentes estoy seguro que sacó. Enseguida empezó a explicarme haciendo extraños diafragmas en la pizarra. Decía algo así de 6 reinos principales y poblados aledaños. Cada reino representa un interés y cada cual escoge en cual está dependiendo de los intereses, que incluso había algunas personas que estaban en dos o más cortes, a las cueles les llaman viajantes. La primera era la corte de corazones, se sentía muy orgullosa explicándome ya que era a la que ella pertenecía, esta corte representaba el dominio sobre todo ser viviente, y su gobernante, la princesa Amanda, Princesa de Corazones, esta corte se encontraba situada en el valle de corazones o SalasimGrome como le conocen. Después prosiguió con los demás. El reino blanco, ubicado en Mármol Real a Marmóreo, era gobernado por Heylen la princesa Blanca, y representaba la indecisión y las dos caras de una moneda. El reino rojo que se encuentra cerca del blanco después de Las Ruinas del Tablero, en un territorio llamado RoseBane representa el conocimiento y la sabiduría y su regente es la princesa roja María de la Caridad más conocida como Mary. La ignovación y el asombro lo representa el reino ubicado en la zona de las minas de ideas más conocido como Cristalimindm era el reino de Diamantes, dirigido por el príncipe Christopher el príncipe de Diamantes, un astuto chico con muchos trucos bajo la manga. Los dos últimos reinos se encontraban en la misma zona, pero no quería decir que estuvieran cerca, ambos estaban ubicados en el amplio territorio de las colinas de las musarañas el territorio conocido como UmbreusBlack. Y en cada una de sus puntas los dos palacios, el palacio de tréboles que representa la armonía, la música y la paz dirigido por su princesa de ojos azules Darlene la princesa de tréboles y al lado opuesto el Palacio de Picas, dirigido por el príncipe de cabello largo Jose Carlos. Este último reino representa lo espontaneo y las bellas artes en general. Hablo también de algunas tribus como la tribu del parchís y su jefa Erica, pero no presté mucha atención ya que Karen estaba ya en la puerta haciéndome señas para irnos. Me levanté de la butaca donde me había sentado y fue silenciosamente hacia la puerta mientras Mónica seguía hablando virada para sus dibujos inentendibles en la pizarra.
-es mejor así, irnos mientras está entretenida, no hay quien la calle cuando empieza a hablar- me explicaba Karen mientras salíamos de la casa - bien ahora te llevaré a dónde quieres ir, o por lo menos te indicaré el camino, ya que yo tengo otras cosas que hacer y no puedo acompañarte-
-está bien no te preocupes-
Comenzamos a caminar en sentido contrario a la entrada del pueblo, a lo lejos se podía ver un portón de hierro forjado el cual se encontraba abierto y marcaba el final del pequeño pueblo. Pasamos junto a una pequeña panadería de la cual emanaba un delicioso olor a pan recién horneado, a su lado una floristería muy colorida y llena de vida entre orquídeas a rayas, crisantemos fosforescentes y rosas de todos los colores que te puedas imaginar. Más adelante había una tiendecita donde se exhibían elegantes vestidos y trajes de telas muy finas adaptados a la anatomía de esos conejos antropomórficos y alguna que otra variación de especie.
-Tienes hambre?- preguntaba Karen mientras pasábamos frente a una casita con una terraza muy amplia donde habían diferentes tipos de mesas y sillas y un cartel que te hacia entender que en aquel lugar servían comida, de lo cual me había percatado antes ya que salía un aroma a carne asada que hizo que mi estómago rugiera- ya eso me lo dije todo- rio al escuchar a mi estómago.
Entramos en la terraza y enseguida una camarera nos atendió. Karen pidió algo llamado urogallo, era algo que le gustaba mucho. No sé bien que era aún pero estaba delicioso era algo empanado y con queso
-a ver si vas a estar acá un tiempo también debería de explicarte como es nuestro sistema monetario. Y no te preocupes por el almuerzo que yo pago- dijo la del cabello color violín sacando un pequeño monedero de un bolsillo.
Karen colocó el pequeño monedero azul de estampado de botones negros sobre la mesa, lo abrió e introdujo su mano que increíblemente cupo a pesar de lo pequeño del monedero en comparación con su maño. Al sacar su mano sacó un paraguas celeste y lo colocó a un lado, volvió a meter la mano y sacó un martillo, la acción se repitió haciendo que al final en la mesa a parte de los dos primeros objetos hubiera también un reloj de pared, un candelabro, unos caramelos, un libro de poemas, dos polillas que salieron volando, una maceta con una planta muerta, un espejo de tocador, una botella de líquido azul que decía bébeme y una caja de cristal con galletas dentro.
-ajám!- exclamó Karen metiendo la mano una última vez en el monedero misterioso y sacando un saquito de cuero carmelita
-cómo es que hiciste eso?- pregunté atónito
- es un monedero de espacio comprimido de peso indetectable, Melani la tataranieta del sombrerero los hace en su taller, es su pasatiempo, eso y experimentar con sustancias explosivas- me explicaba
- que interesante necesito algo así-
-dale tu mochila ella te le puede poner un bolsillo así, mi monedero tiene la capacidad de un baúl grande pero puede tener la amplitud que le pidas su sombrero por ejemplo es un poco más pequeño que un almacén, ahora mira lo mejor de este monedero.- dijo abriéndolo nuevamente y apartandose un poco -Adentro!-gritó
Y todos los artículos que había sacado, incluyendo las dos pobres polillas que ya andaban algo lejos, regresaron al interior del mini bolso.
-wow!-exclamé - y no pudiste hacer lo mismo para sacar las cosa?
-por desgracia no, la orden solo sirve para guardar cosa no para sacarlas, así funcionan las cosas, que curioso no-
-curioso y recurioso-
Lo único que no se guardó fue la bolsita de cuero
-mira- extendió la mano enseñándome las monedas que acababa de sacar de la bolsita- las de oro se llaman coronas y pueden tener cualquiera de las 6 coronas en dependencia de donde se acuñe, las de plata se llaman cuernos plateados y tienen un unicornio grabado y las de bronce son las melenas y tienen grabado un león, por cierto que bueno que esa batalla de ideas se acabó antes el león y el unicornio hace años según me contaron mis abuelos se disputaban la jefatura del Bosque Trungal pero ya que hoy en día sus dos descendientes Luis Leónidas y Arelis Spark hicieron las pases y están gobernado juntos el territorio del bosque eso me huela a boda- comenzó a reír- pero a ver que me voy del temas, diez melenas hacen un cuerno, y cinco cuernos hacen 1 corona. Entiendes?-
-si claro es bastante fácil-
En ese momento llegó la comida, he de decir que deliciosa, hasta ahora todo lo que he comido acá ha estado espectacular, todo tiene un sabor único y casi ideal. Después de pagar salimos al camino nuevamente pasamos dos o tres casas y alguna que otra tienda más. Finalmente llegamos al final del pueblo. Pasamos por la última casa, a pesar de todas tener un hermosa jardín esta era las más bellas, tenía más flores incluso que la floristería. Pero me pareció ver algo extraño en ellas, como todo lo de aquí pensé, pero no era así. Al acercarme para ver que era descubrí que todas y cada una de las flores tenían amarrados con hilo de pescar varios cascabeles que a su vez estaban conectados por hilos igualmente invisibles a una d las ventanas de la casa. Toque uno de los cascabeles por curiosidad y este sonó más alto de lo que suele sonar un cascabel. En cuanto el cascabel sonó se abrió de golpe la puerta de la casa y salió corriendo un chico delgado y estirado con cara de amargura, vestido con un saco de cola larga, verde brillante que parecía de piel de cocodrilo, o mejor dicho de lagartija, porque eso creo que era.
-Quien ha tocado mis flores!- Gritaba el chico
-Lo siento Andri fue sin querer- excusó Karen- no te preocupes seguiremos en lo nuestro-
Mientras caminábamos nuevamente hacia el portón que parecía nunca llegar escuche a mis espaldas Andri murmurándole algo a las flores como si les contara un chisme nuestro, le preguntaba si estaban bien, lo que si no escuché respuesta de las flores. Seguimos caminando hasta perder de vista el pueblo, la casa de Andri y las llamativas flores de su jardín de cascabeles. Nada más perder el pueblo completamente de vista comenzó a caer la tarde y nosotros aun seguíamos caminando por el sendero de rocas blancas esta vez rodeados de enormes e intimidantes árboles. El camino dejó de ser de rocas blancas, poco a poco como si se degradara, hasta que no fue sino solo un sendero de tierra cubierto de hojas secas. Caminamos hasta llegar a una bifurcación.
-Aquí nos separamos, tú tienes que ir por ese camino- señaló el tercero de los cinco caminos que habían- tú tienes que llegar a las casa de los sombrereros y yo iré por este que tengo que llegar a la corte y voy tarde-
-que!? Yo solo?- exclamé preocupado
- si tu solo, no es tan difícil solo tienes que avanzar por aquí-
-está bien lo haré, que remedio-
- está bien entonces adiós y buen viaje, a y por cierto ten cuidado que en el Páramo de Los Ébanos hay una gata que seguro te quiere echar la garra- dijo esto ya en su camino, saltó hacia él y cuando llegó al suelo era una conejita color canela que se alejó a toda prisa.
Yo seguí por el camino indicado preguntándome que había querido decir con lo de la gata.-será un animal peligroso que anda suelto, uno que no es antropomorfo?- En ese momento mi mente comenzó a crear muchas teorías, pero se detuvo al darse cuenta que el camino había desaparecido, bueno el camino y todo. Solo había oscuridad, quise sacar el teléfono para usar la linterna pero no tenía carga alguna, lo cual era lo más normal de todo el día. Yo no soy miedoso, pero estar a oscuras en un bosque desconocido y con una supuesta fiera suelta. Y entonces a la distancia se veía una pequeña luz azulada, por un segundo creí que eran los ojos de la fiera, pero la luz estaba estática, y poco a poco empezaron a haber más de ellas.

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