Los duendes eran la raza mágica más numerosa de todas. Poseían diferentes habilidades las cuales utilizaban para ayudar al Guardián con el cual eligieran trabajar. Muchos optaban comenzar sirviendo bajo el mando de Santa Claus y desde ahí, luego de ganar experiencia, varios decidían ir a trabajar con algún otro de los Guardianes.
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El Hada de los dientes, llamado Peter, era el más joven de los Guardianes. Su antecesor resultaba ser también su querido tío Ben, quien lo preparó para la responsabilidad desde muy pequeño. Ahora él podía disfrutar del retiro junto a su esposa, tía May.
Peter amaba al hombre que lo crió como si fuera su propio hijo, pero uno de los primeros cambios que el menor realizó cuando asumió el cargo fue la modificación de los uniformes de trabajo. Los y las anteriores Hadas de los dientes y sus ayudantes vestían ropas coloridas, mallas y un par de alas en su espalda, buscaban tener apariencias amistosas para los niños; sin embargo a Peter y sus duendes asistentes les costaba trabajo moverse con la vestimenta (además les daba frío), por lo que decidieron hacer un rediseño (cortesía de Mary Janes, una de sus ayudantes) el cual parecía más un traje de combate o espionaje excepto por las alas en la espalda. Había algunas tradiciones que ni siquiera ellos iban a tocar.
-¡Cariño, traigo el reporte del día!
Peter salió de sus pensamientos al escuchar a lo lejos la voz de su segundo al mando, Wade. Hacía muchos años, cuando recién se conocieron, a Peter le exasperaban esos apodos y la forma en que Wade básicamente lo acosaba. Por eso resultaba gracioso que en la actualidad el Hada de los Dientes estuviera casado con él y poseyeran el matrimonio más longevo entre los Guardianes.
-¡Baby boy, mira también la comida que nos prepararon nuestras haditas!
-Ya te he dicho que no los llames así, Wade. La última vez Gwen y Miles te patearon por la misma razón.
A pesar de sus palabras, Peter le sonrió y se dejó abrazar por su esposo. Wade tenía el rostro desfigurado debido a un accidente sufrido cuando era un joven duende, poseía una personalidad irreverente, cínica y entrometida que llegaba a meterlo en muchos problemas; pero también fue el primero que lo apoyó y creyó firmemente en él cuando asumió su lugar como Guardián. Sí, a veces incluso a él lo exasperaba, sin embargo lo amaba por las virtudes que pudo descubrir bajo su físico (y de las cuales a veces el propio Wade se sentía inseguro). Incluso ahora ambos se reían de que los otros Guardianes no entendieran del todo cómo es que terminaron casados.
Peter comió el almuerzo hecho por algunos de sus duendes ayudantes (no hadas, a pesar de lo que dijera su título como Guardián), mientras Wade le leía el reporte diario. Por alguna razón los padres insistían en darles a sus hijos muchas golosinas en la época navideña, lo que provocaba que su trabajo aumentara igual que en Halloween (por suerte no llegaban al punto de estresarse como Steve con los juguetes para Navidad). Peter salió de sus pensamientos al escuchar la última parte del reporte.
-¿Gwen estará a cargo mañana? ¿Por qué?
-Cariño, ¿lo olvidaste? Mañana es la reunión informativa con los otros Guardianes y yo por supuesto iré como tu guardaespaldas.
-Solo si me prometes no causar problemas en el taller de Santa. No me haré responsable si molestas a Tony y Bruce y tratan de usarte como experimento. De nuevo.
-... Está bien, trataré de comportarme.
(O al menos lo haría mientras estuviera a la vista de los duendes científicos locos del sexy Santa Steve)
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El trabajo del Arenero era uno de los más ocupados entre los Guardianes, razón por la que T'Challa, su verdadero nombre, era junto con Santa Claus quien tenía más duendes ayudantes. Su hermana Shuri era su segunda al mando, pero ella se la pasaba en su taller creando nuevos inventos que los ayudaran a esparcir la arena somnífera de manera más eficiente y las personas pudieran tener tanto sus sueños como pesadillas a tiempo.
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Guardianes
FanfictionExistían muchos tipos de espíritus guardianes, incluyendo a los de festividades, cada uno decidido a cumplir con sus responsabilidades y deberes. Les divertían las leyendas que los humanos habían creado alrededor de ellos a través de los siglos, por...